LA LEONA PERDIDA
¿Alguna vez tiene sentido que simplemente “sabes” cuándo alguien no es para ti? Que con solo cruzar unasQue con solo cruzar unas pocas palabras ya puedes etiquetarlo mentalmente como: “esta persona no va conmigo”cuando esa . Todos lo hemos hecho. Algunos lo llaman intuición, otros lo llaman prejuicio. Pero, ¿qué pasa cuando esa intuición se convierte en un muro que te aísla más de lo que te protege?
María era experta en eso. Leer “vibras”. En decidir, en cuestión de segundos, si alguien merecía su tiempo o si era mejor ni intentarlo. En la oficina, su radar funcionaba como un escáner implacable. Si le caías bien, tenías una aliada leal y solidaria. Pero si no… bueno, mejor busca a otra persona para resolver tus problemas. El asunto es que, con los años, su círculo se fue haciendo cada vez más pequeño. Tanto, que apenas cabía en él.
Y no era solo en el trabajo. Su vida personal también reflejaba esa desconexión. Tras un matrimonio fallido, días grises y muchas noches de silencios incómodos, María sintió una necesidad urgente: huir de todo . De su entorno, de sus rutinas… y, quizás, también de sí misma. Así que, en un arranque casi cinematográfico, decidió apuntarse sola a un viaje a Tanzania. Un safari exótico, lejos de todo lo conocido. Un escape perfecto… o eso pensaba.
Lo que no sabía María era que ese viaje no iba a ser solo una aventura entre elefantes y sabanas africanas. Iba a ser, en realidad, un espejo brutal de su manera de ver el mundo. Porque en ese grupo de viajeros no encontró almas gemelas ni espíritus afines. Encontró justo lo contrario: un desfile de personas que, en su versión anterior, habría evitado como si fuera spam humano. Una señora que hablaba con sus gatos. Un influencer pegado a un dron. Una pareja que discutía hasta por el orden del desayuno. ¿Y lo peor? Iban a compartir dos semanas enteras.
Pero lo que parecía una mala comedia de enredos se transformó cuando María cometió un error. Uno grande. Uno que la dejó sola, perdida y vulnerable en medio de una reserva natural. Fue entonces, en el punto más bajo, cuando descubrió algo que no estaba en ningún folleto de viaje: las personas que menos entendía… eran las que más necesitaba.
frases ,Esta es la historia de cómo perderse en la selva llevó a María a encontrarse a sí misma. Pero no con frases de autoayuda ni rituales espirituales. No. Esta es una historia real, con sarcasmo, mosquitos, arroz frío y muchas lecciones incómodas. Una historia sobre lo difícil que es abrirnos cuando sentimos que nadie nos entiende. Y sobre cómo, a veces, los mayores cambios empiezan con una sola pregunta: ¿Y si me estoy equivocando sobre los demás?
Prepárate para conocer a María. Puede que al principio no te caiga muy bien. Pero dale una oportunidad. Ella también aprendió a hacer lo mismo.
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