¿CÓMO PODEMOS AUMENTAR LA COMPETITIVIDAD DEL SECTOR PÚBLICO?
El concepto extendido entre la población española es que la administración pública está llena solo de gente que no trabaja en exceso. Pero seamos conscientes que buenos profesionales y malos trabajadores existen tanto en el sector privado como en el público. En el sector público, aunque a algunos les parezca bastante extraño, hay bastante gente que trabaja de forma eficiente, profesional y con mucha productividad, aunque en ocasiones es el propio sistema el que burocratiza los procesos.
Trabajar en un proyecto en la administración pública de X años y querer volver a la empresa privada, supone saber enfocar muy bien tu perfil. Aunque suele ayudar que esas empresas del sector privado y sus equipos conozcan ya al profesional que está en la administración pública. Si, por el contrario, esas empresas no conocen al profesional, es probable que, directamente, desechen su candidatura, por no considerarla atractiva, por pensar que los proyectos públicos y su gestión no tienen nada que ver con los proyectos que se gestionan en la empresa privada.
Algunas multinacionales del sector privado son, en sus procesos, funcionamiento y toma de decisiones, excesivamente burocráticas. Las administraciones públicas se llevan la palma. Son muy lentas en la toma de decisiones y les cuesta mucho cambiar su forma de ejecutar, hacer y pensar. “Siempre se han hecho las cosas así y llevamos idea de seguirlo haciendo así, aunque no tengan ningún sentido y sea muy farragoso para la ciudadanía” suele ser el argumento contra el cambio.
La implementación y uso de nuevas metodologías, herramientas, tecnologías y aplicaciones van siempre en el furgón de cola. Cuando el sector privado ya puede llevar años utilizando esas herramientas, técnicas y aplicaciones, en el sector público se está planteando si hacerlo y ya en esos momentos esas tecnologías no son tan novedosas. Al sector público le falta rapidez y agilidad en un cambio mental. La resistencia al cambio es muy elevada y si no cambian, no pasa nada; su cliente final (el ciudadano) tiene que seguir y aceptar sin rechistar sus procesos, métodos y pasos, aunque sean más del siglo XX que del siglo XXI. Como habrá algunos que salgan a la defensiva, solamente hay que ver la política de “papel cero” en los trámites públicos; aun para algunos procesos toca presentar infinidad de papeles y algunos que ya están en poder de la administración pública, aunque en otro organismo, al no estar interconectados, es como si no existieran y hay que volver a presentarlos en todos los organismos en los que haya que hacerlo.
Por lo tanto, si estás trabajando en el sector público en estos momentos y tu idea es volver al sector privado, mi recomendación es que no dejes de formarte, actualizarte y reciclarte en nuevos conocimientos, herramientas y aplicaciones novedosas. Otro punto clave es que saques tiempo para colaborar, implementar y establecer sinergias con proyectos, personas y empresas del sector privado. Esto te abre un campo directo a la realidad del sector empresarial de tu interés o rama en el momento actual. Tenemos que saber la realidad de nuestro público objetivo, es decir, la persona de la calle, que trabaja o que busca empleo y que tiene unas necesidades, expectativas y problemas.
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