Lo que tú necesitas para dar ese giro a tu trayectoria profesional o para comenzar tu futuro laboral, es gestionar y trabajar tu marca personal.

Está claro que la marca personal que tienen algunas personas les puede ayudar, sin embargo, no es la panacea. Las empresas y las personas que trabajan en sus departamentos de reclutamiento, buscan y necesitan conocimientos, competencias transversales y específicas, experiencias, actitudes y tipos de personalidad, para poder valorar tu candidatura y decidir si incorporarla o no. No he visto a ninguna empresa que solamente busque a personas con una potente marca personal, sin analizar previamente su mochila experiencial, competencial y sapiencial.

Además, la marca personal te acompaña desde el momento que comienzas tu trayectoria académica y profesional en cualquier ámbito, aunque no sea a lo que finalmente te dediques a nivel profesional en tu carrera más cualificada. Tu marca personal la conforma tu forma de ser, todo lo que haces, dices, gestionas, consigues, manifiestas y compartes en tu vida online y offline. Todo eso genera una imagen y una percepción en los demás, que puede ser positiva o negativa. La gente juzgamos rápidamente y nos dejamos llevar por la primera impresión, que en muchas ocasiones puede estar equivocada, aunque no harán demasiado por cambiar esa idea, a no ser que te lo trabajes en exceso. Además, todas las marcas personales tienen etapas álgidas, otras oscuras y algunas épocas valle o de estancamiento. Lo clave es saber remontar y mantenerte en lo alto.

Así que gestionar tu marca personal no consiste en simplemente estar en todas las redes sociales y profesionales, diciendo cosas sobre un tema que te interese, para ver si “suena la flauta de vez en cuando”, consiguiendo que alguien quiera contar contigo; en esas ocasiones tendrás que cumplir las expectativas para que el boca a boca, te ayude a conseguir más clientes, que se fíen de las buenas recomendaciones de otros.

La marca personal no se puede vincular solo al mundo online, mucha gente con presencia solo en el mundo offline, tiene una gran marca personal, es decir, la gente conoce su valor, gracias a sus logros profesionales en su sector, en el que lleva años trabajando para otros, creando contenido propio en medios de comunicación, publicando libros, dando conferencias, creando productos, lanzando proyectos (apps, juegos y cursos), colaborando y ayudando con proyectos y personas que precisan su ayuda altruista, además de estar ahí de forma permanente.

Antes de nada, tienes que investigar y saber con certeza qué imagen tienen los demás de ti, qué imagen se han conformado de ti con tu trabajo, a qué creen que te dedicas, qué competencias destacan de ti, si coinciden esas competencias que indican con las que destacas tú de ti mismo, qué aspectos consideran que debes mejorar, en qué creen que les puedes ayudar, por qué motivo no te solicitan parte de los servicios en los que les puedes ayudar… Esto se hace preguntando, conversando y escuchando con las personas que te conocen y con el publico objetivo al que te diriges. Supone hacer un verdadero ejercicio de análisis, porque vas a escuchar cosas buenas y otras menos agradables y asumir que estas últimas no será fácil de admitir. Nos toca ser maduros y centrarnos en nuestro avance, mejora y evolución, como persona y profesional.

Se trata de conocernos bien, pero ¿cuánto tiempo dedicamos a conocernos a nosotros mismos? Posiblemente, muy poco. Vamos transitando por la vida y en cuanto algo no gusta de nosotros, nos defendemos diciendo que nosotros somos así y al que no le guste, ya sabe lo que tiene que hacer, es decir, marcharse de tu vida. También algunas personas dicen que ellas son las mismas de su niñez, adolescencia, juventud y madurez. Pues si no te ha cambiado lo que has ido viviendo, experimentando, pasando y haciendo, tienes un gran problema. La clave es evolucionar como personas. Se trata de analizar por qué haces eso, a qué se deben esas reacciones, por qué te comportas así, detectar qué emociones te dominan en cada momento, por qué decides de esa manera, qué hechos y personas te marcan más en tu vida, qué cosas son necesarias que cambies y qué aspectos debéis mantener. En ocasiones, reaccionas de la mejor manera posible con los medios disponibles. No podemos descuidarnos por dedicarnos a los demás. Tú eres la persona con la que mas tiempo pasarás y eso conlleva que seas benevolente contigo mismo, queriéndote y aceptándote tal y como eres, con tus virtudes y miserias.

La marca personal tiene que ver con tener claro tu foco, es decir, qué quieres conseguir y en qué tipo de personas o empresas quieres impactar. No puedes dirigirte a todo el mundo, porque eso hará que te frustres. Mucha gente no tiene claro lo qué puede hacer por los demás. Es decir, con tus conocimientos, competencias y experiencias ¿en qué puedes ayudar a los demás? ¿qué eres capaz de solucionarles o mejorarles? ¿Qué logros puedes ayudarles a materializar? ¿Qué problemas eres capaz de resolver? Tienen que ser cosas concretas y medibles, así que cuidado con creerte un super héroe o una super heroína. Una vez que uno tiene clara su meta u objetivo profesional, es más fácil definir la estrategia o el plan prioritario a seguir, viendo los ajustes que uno debe realizar en cada momento, analizando con qué medios y recursos dispones para trazar esa estrategia. Se trata de hacer cosas con los medios disponibles, aunque tengas carencias, no dudes en echar mano de la creatividad y la imaginación. No consiguen mejores resultados las personas que disponen de más recursos, sino los que son capaces de persistir y de lanzarse a intentarlo con lo que tengan; no importa cómo comienzan sino cómo acaban.

Luego podemos ser excelentes, aunque no por eso tenemos garantizado el éxito. En muchas ocasiones las personas con más coeficiente intelectual no son a las que mejor les va en el mundo profesional, cuando a priori lo tienen más fácil. Tienes que ser capaz de expandir tu valor, mensaje y logros; esto supone estar en los medios online y offline más expansivos, en los que estén las personas que sepan valorar lo qué ofreces y haces. No se trata de estar en todos los medios sino en aquellos en lo que sepan apreciar tu valor real. Da igual que no todo el mundo te conozca, es suficiente con que te conozcan las personas que están dispuestas a pagar por lo que haces, que creen en tu potencial y que no dudarán en recomendarte. Esto supone estudiar, analizar y empatizar con tu cliente ideal, para saber qué problemas, necesidades y expectativas tienen, para ofrecerles productos y servicios que les ayuden a mejorar y con los que seas capaz de fidelizarlos.

Cuidado con exponerte en exceso, se trata de saber diversificar y equilibrar lo que muestras de ti mismo, no puedes solo alardear de lo que haces y consigues, sino que también debes de aportar valor a las personas a las que te diriges, publicando cosas que les ayuden y contando claramente con qué productos y servicios les puedes ayudar. No podemos saber de todo y tenemos que centrarnos en aquellos que se nos da bien y que nos hace diferenciarnos.

La marca personal autentica no tiene nada que ver con ofrecer lo mismo que otros a un precio de saldo, esto es hacer daño al sector y a la profesión. Se trata de saber diferenciarte, haciendo algo de una forma única, al tener una metodología propia, unos productos o servicios, a garantizar unos resultados o unos avances, aunque esto implicará que tus clientes pongan de su parte. También debes saber explicar a quién no te diriges y en qué no puedes ayudarles; eso te ayudará a evitar a la gente que puede hacerte perder tiempo.

Tu marca personal habla por ti, es decir, gracias a lo que has hecho, alcanzado y conseguido con otros, te llegan pedidos y nuevos clientes y requiere que sigas siendo proactivo, creando nuevas cosas, publicando nuevos artículos, desarrollando otros proyectos. Ser capaz de reinventarte constantemente, no pretendiendo vivir con lo que te funciona, porque esto puede tener fecha de caducidad. No todo lo que lances, publiques o creas va a funcionar igual; se trata de estar en constante experimentación. Una marca personal se debe gestionar de forma permanente y no solo cuando te interese a ti. Igualmente, la marca personal supone saber mantener ciertas facetas de tu vida fuera de la exposición pública; debes guardarte cosas para tu faceta íntima. Esas personas que exponen toda su vida, cruzan esa fina capa en la que permites que todo el mundo sepa todo de ti.

¿Qué peligros tiene para ti tu marca personal?

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