NORMAS Y REGLAS EN LA EMPRESA ¿PARA TODOS IGUAL?
Las tareas y proyectos asignados a cada empleado o colaborador pueden variar, aunque que esas nuevas funciones no estén recogidas en nuestra relación de funciones de puesto de trabajo, que suelen ser muy vagas y genéricas. En más de una ocasión se escucha decir que esas tareas no constan en tu RPT. No podemos olvidar que nos pagan por desempeñar unas tareas vinculadas a unos proyectos prioritarios. Lógicamente esto puede variar porque las empresas son entes vivos. Esa redistribución de tareas debe ser equitativa, proporcional y lógica. Más que nada porque algunas personas competentes en determinadas empresas, son verdaderos apagafuegos heterogéneos, es decir, les meten en “todos los fregados”, porque las empresas saben que van a responder y resolver. Al mismo tiempo, hay quienes nunca saben nada, ni llevan nada, ni gestionan nada. Este tipo de comportamientos ocurren porque las empresas los permiten. Es claramente una mala gestión de las cargas de trabajo por parte de cada jefe/a de departamento o área. No puede ser que no sepas de forma detallada las cargas de trabajo real de cada uno de tus empleados o colaboradores. Tener más trabajo no significa decir más veces que nadie “cuanto trabajo tengo y no llego a nada”.
No obstante, algunos problemas corporativos no dependen de nosotros. Cada persona se debe responsabilizar del trabajo que tiene asignado, es decir, de realizar sus tareas, de resolver los problemas que surjan y de tomar la iniciativa. La organización tiene que facilitarle los medios, recursos y herramientas adecuadas para poderlo hacer, cosa que no siempre ocurre, desgraciadamente.
Las reglas y procesos que se implementan en las organizaciones deben ser coherentes y adecuadas a todas las personas. Por ejemplo, las medidas de flexibilidad horaria suelen estar pensadas solo para las personas que tienen cargas familiares de algún tipo. ¿Qué ocurre con esas personas que no tienen familia a cargo? Parece que no tienen derecho a nada. Pero no olvidemos que pueden tener otro tipo de cargas personales, profesionales y sociales, que pueden requerir tener esa flexibilidad o, al menos, tener la opción de acogerse a ella. Lo importante es que las personas hagan su trabajo, se involucren y den lo máximo de ellas siempre que se requiera. Todas nuestras personas y sus circunstancias deben ser importantes. Recuerdo en una empresa en la que trabajé, que para coger vacaciones tenían prioridad las personas con hijos, cargas familiares y que su lugar de origen no era el de su puesto de trabajo. Esto hacía que las personas que no estábamos dentro de esos parámetros, nos quedáramos siempre lo que no querían las personas que encajaban dentro de esas reglas. Suele ocurrir que el que se ve beneficiado por la norma, en vez de ser flexible, quiere tener ese privilegio en todos los puentes, fechas y períodos. Nos toca ponernos en el lugar de los demás, para que nuestro derecho no genere perjuicio en el prójimo.
Leer más