A la hora de elaborar el CV, uno se suele enfocar en sus necesidades y lo elabora desde su prisma subjetivo, pensando que todo es importante. Pero… ¿qué necesita encontrar la empresa o el/la reclutador/a en tu CV?

Puedes tener mucha experiencia, aunque quizás no toda sea relevante y/o importantes para esa oferta de empleo concreta a la que optas. Es por ello que, a la hora de presentarte con tu CV, lo hagas centrándote en la oferta de empleo a la que optas.

Mi consejo es que te fijes en detalle en la descripción de la oferta de empleo y asegurarte de que tu CV y/o perfil profesional cubre al menos un 75% (aunque un 100% siempre es óptimo) de esos requisitos, requerimientos y responsabilidades que debe aportar la persona que buscan. Pero no acaba aquí. No se trata de una “enumeración” de funciones, sino que tienes que desarrollarlas, para conseguir el primer paso: la entrevista.

Cada persona está en un estadio diferente de su vida, con experiencia o sin ella. Pero hay que saber explotar todo aquello que podemos ofrecer. Quizás, lo más complicado sea cuando no dispones de experiencia laboral. Habrá que enfocarse en tu educación y formación, aunque debemos ser breves. Aquí debes especificar tus titulaciones de más nivel y también aquellos grados o cursos de especialización más relevantes, indicando la fecha de finalización real o prevista. Personalmente, no soy partidario de incluir la nota media de esas titulaciones, salvo que se trate de un notable o superior. Pero no olvides mencionar premios que hayas recibido por esos estudios o relacionados con ellos, esto siempre ayuda bastante, de cara a marcar la diferencia con el resto de candidatos. Incluso prácticas.

Cuando tenemos experiencia, hay que tener en cuenta que la otra parte querrá comprobar el impacto y relevancia de esas experiencias que indicamos en nuestro CV, en relación con lo que necesitan y buscan.

Por lo general, cuando uno especifica las tareas o funciones realizadas o desempeñadas dentro de cada experiencia laboral, se suele centrar en los logros alcanzados, olvidando otros parámetros muy necesarios para destacar ante el/la reclutador/a esas funciones o tareas ejecutadas en tus diferentes experiencias laborales. Les interesa saber cómo has conseguido esos logros.

Imagínate que pones como logro, organizar un congreso de ventas, conseguir abrir mercado en Australia, aumentar en un 20% el número de candidatos inscritos a las ofertas de tu empresa, etc.

Se nos olvida a todos especificar y destacar el valor cuantificable de nuestras acciones en esos logros que has alcanzado. Con los ejemplos que he puesto antes, debes plantearte estas preguntas: ¿Cuánta gente ha acudido al congreso? ¿Qué peso tiene en la estrategia de ventas Australia? ¿Qué encaje tienen los candidatos y candidatas inscritos con lo que se precisa? Tendrás que adecuar tus preguntas a los logros que mencionas o específicas. Con esto, la tarea o función podría ser: Organizar un congreso especializado en ventas para más de 300 personas del sector de la automación. Conseguir el primer cliente en Oceanía (Australia) siendo esta zona prioritaria para la estrategia comercial. Aumentar en un 20% el encaje de las personas inscritas con lo que se precisa para las ofertas. Pero aún podemos añadir más información: Organizar un congreso de ventas en la automoción con más de 300 asistentes con una estructura atractiva e innovadora. Conseguir el primer cliente en Oceanía (zona prioritaria estrategia ventas) utilizando el sales navigator de LinkedIn. Aumentar en un 20% el número de personas inscritas que encajan con la oferta de empleo utilizando un lenguaje atrayente y explicando que les ofrecemos a cambio. En estos ejemplos, hemos, además, añadido cómo hemos conseguido el logro.

Lógicamente, esto es más fácil para las personas que tienen experiencia profesional en el campo al que pertenece la oferta de empleo a la que optas. Si no tienes experiencia laboral debes centrarte en destacar entonces los logros de tus experiencias educativas, de proyectos de los grados universitarios o de FP o de trabajos de temporada o realizados durante tu época como estudiante. Normalmente para ese tipo de ofertas de empleo a las que optes, si estás recientemente egresado, no suelen pedir excesiva experiencia laboral.

La falta de experiencia tampoco tiene que ser un problema para ciertos puestos. Es por ello que, en perfiles con poca experiencia, sería fundamental mostrar en el CV aquello que hayas liderado en tu vida, tus experiencias vitales, educativas y profesionales, además de tu forma de ser y actuar. Se trata de dejar constancia de cómo inspiras y motivas a otras personas. Esto no deja de ser explicar, los pasos que has realizado, es decir, cómo te has autoliderado para conseguir tener un expediente brillante, cómo has conseguido que te contratasen para esa experiencia como becario/a, qué pasos seguiste para conseguir que tu equipo de colaboradores cumpliese sus tareas y plazos para llegar a la fecha de lanzamiento de ese nuevo producto, etc. Para demostrar tu capacidad de liderazgo no tienes que tener equipo a tu cargo. Si no sabes autoliderarte a ti mismo, serás incapaz de hacerlo de forma efectiva con otras personas. Muchas personas que ocupan puestos de jefe o responsable tienen muchas carencias en la gestión de sus equipos y ser los líderes a los que seguir.

Respecto a la formación complementaria, personalmente, os recomendaría incluir solo los cursos más recientes y de las temáticas relacionadas con el trabajo que desempeñarías en esa empresa a la que optas a entrar. Iría muy bien vincular esos conocimientos con competencias técnicas, idiomáticas y transversales que te hayan proporcionado. No te quedes en una mera enumeración. Desarrolla esa formación que demuestre lo que sabes hacer.

No obstante, hay que tener en cuenta que nuestro CV debe ser lo más breve y escueto posible, sin olvidar incluir todo lo relevante para la empresa o el reclutador que va a recibirlo y analizarlo para la oferta de empleo para que solicitan esa persona. Céntrate en lo que se pide para esa oferta de empleo, todo lo que tengas en tu mochila profesional que no sea relevante para esa oferta, no lo pondría.

Es por ello, que siempre recomiendo tener un CV matriz o extenso en donde especifiques toda tu experiencia académica, vital, competencial y profesional. Cada oferta, deberías seleccionar y destacar solamente la información que ayude a demostrar que cumples y encajas con al menos el 75% (como he dicho antes, incluso más), requerimientos y responsabilidades objetivas que buscan en la persona que quieren incorporar para esa oferta de empleo.

Partamos de la base que es muy difícil encajar con el 100% de los requerimientos de una oferta de empleo. Una empresa pide muchas veces muchas más cosas de las que necesita. En esa oferta, habrá cosas que sean esenciales y otras no tanto. Eso, quizás, sea lo más complicado de identificar, pero, al fin y al cabo, si eres capaz de presentar un perfil que sea atractivo para ellos, tienes más posibilidades de tener esa entrevista. Pero no olvides que luego te toca demostrar con ejemplos específicos todo lo que pones en tu CV, para convencer a la empresa y al reclutador. No inventes por quedar bien… porque todo aquello que no sea cierto, llegará la entrevista y se desvelará. Esto, supondrá una descalificación inmediata.

Para ir afinando cada vez más tu CV, no pierdas ninguna oportunidad de preguntar a cualquier persona que trabaje en recursos humanos y con lo que interacciones de alguna forma las siguientes preguntas: ¿Cómo ven tu CV? ¿Qué mejorarían? ¿Qué destacarían? Y ¿qué eliminarían? De sus comentarios, irás sacando cosas de ese análisis rápido que haga cada uno de ellos, si es que decide ayudarte con su análisis rápido. También va bien que preguntes esto a otros profesionales de tu red de personas de contacto y con los que tengas confianza.

¿Qué hace que un CV sea top para ti?

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