Hoy quiero ampliar sobre un tema del que ya he hablado en varias ocasiones: el teletrabajo. Básicamente, quiero hacerlo desde otra perspectiva. El teletrabajo es una opción muy adecuada para poder conciliar la vida profesional, personal y familiar porque hace de la flexibilidad una forma de trabajar. Lo que menos importa es donde se hace el trabajo y lo realmente importante es que el trabajo se haga con los máximos parámetros de calidad y alcanzando los objetivos establecidos.

Para que se implemente le teletrabajo de forma global en España, las empresas deben confiar mucho más en sus personas y permitirles ser protagonistas de su trabajo, es decir, esto supone que cada persona encuentre la forma más adecuada de hacer su trabajo, que encuentre soluciones y alternativas a las pegas del día a día. Las empresas deben cambiar de mentalidad y asumir que lo más importante es hacer el trabajo y no prestar tanta atención al tiempo que se dedica al trabajo. Se debe estimar cuánto cuesta el trabajo que cada persona debe sacar a la semana y al mes para que ya se lo distribuya como mejor le vaya a sus requerimientos personales adaptándose a los mínimos necesarios de la empresa y de los clientes.

Muchas empresas ponen como excusa que la gran mayoría de los trabajos no se pueden efectuar desde otro sitio que no sea desde la oficina, sin embargo, si nos ponemos a analizarlo la gran mayoría de las tareas y los trabajos se pueden hacer desde la oficina o desde casa. Los trabajos de atención telefónica y por email con los clientes internos y externos son compatibles. Igualmente el tratamiento de datos, la realización de labores de prospección, la elaboración de informes, la búsqueda de soluciones, la toma de decisiones, reuniones con compañeros de trabajo y clientes, etc. Simplemente deberemos ver qué herramientas se precisan para poderse efectuar desde otro lugar ajeno a la oficina y el coste que eso conlleva. Siempre habrá alguna tarea que requerirá ser flexible y alternar cierto tiempo a la semana el paso por la oficina y tener presencia física en el puesto. Como protagonistas de vuestro puesto de trabajo, debéis plantearos la pregunta de cuántas de vuestras tareas laborales actuales son imprescindibles tenerlas que realizar desde la oficina. Para responder a esta pregunta debéis hacerlo de forma global y con una mentalidad abierta al cambio y a ver las cosas desde otra perspectiva.

Las empresas y sus cúpulas directivas deben plantearse las preguntas de cuántos problemas laborales se ahorrarían con sus trabajadores implementando el teletrabajo como formula flexible. No se puede saber si funciona o no sin haberlo probado. Sin embargo, para implementar esto, debe existir un trabajo de campo y debe partir el cambio desde la dirección porque realmente cree en estas nuevas formulas. La comunicación es lo que más falla en las empresas y antes de nada, para mejorarla, se debe prestar atención a lo que necesita cada parte y que soluciones son las más factibles. Para tener una comunicación fluida y adecuada no sólo se consigue de forma presencial.

Por supuesto, las personas, en su desarrollo profesional necesitan relacionarse con otras personas, sin embargo, esto compatible con el teletrabajo porque simplemente es adaptarse a las necesidades de cada trabajo, trabajador y empresa y marcar un plan de trabajo dónde se establezcan todas las condiciones, formas de comunicarse, forma de dar los reportes y todos los detalles que se estimen necesarios concretar.

Lo realmente importante es que el trabajo se efectué de forma adecuada, que el trabajador esté a gusto con el trabajo y su compañía y sobretodo, que sus parámetros de productividad sean los esperados. Aun se sigue dando excesiva importancia a la presencia en el trabajo cuando lo realmente importante es lo que cada persona hace en su tiempo de trabajo y es eso lo que se debe controlar de forma flexible pero con rigor. Uno puede estar 12 horas en su puesto de trabajo y estar perdiendo el tiempo, independientemente de que esté pegado a su silla en la correspondiente oficina corporativa.

Todas las empresas pueden asegurar de forma rotunda que las personas que conforman sus compañías aprovechan al máximo su tiempo de trabajo y que hacen todo lo que tienen que hacer y que no se dedican a hacer otras cosas. En caso de no estar de acuerdo, deberían preguntarse que quizás el problema no sea que el trabajo se efectué desde la oficina o desde otro lugar, sino que podría tratarse de un problema de actitud o de motivación y ahí será donde debamos centrarnos.

El sistema de organización del trabajo debe cambiarse y romperse la excesiva burocratización existente tanto en el ámbito público como en el privado de la empresa, donde sigue importando más el tiempo de trabajo que se dedica y no lo que se hace en el mismo.

¿Qué pegas veis como empresarios para implementar el teletrabajo? Como trabajadores ¿estáis a favor de esta fórmula de trabajo?