Hace unos meses, leí en la versión digital de expansión.com un artículo titulado “Cuatro de cada cinco candidatos no superan la entrevista de trabajo” cuya lectura recomiendo para que podáis reflexionar.

 
Normalmente, como ya he comentado en alguna otra ocasión, cuando uno no supera una entrevista de trabajo, es decir, cuando no obtiene el puesto de trabajo, tiende a tirar balones fuera y la culpa siempre es de la empresa o de los entrevistadores. En más de una ocasión puede ser así, sin embargo, los candidatos deben ir más allá, teniendo espíritu de autocrítica para querer avanzar. Nadie es perfecto y por lo tanto podemos mejorar. Tras finalizar las entrevistas de trabajo, recomiendo escribir las preguntas que nos formularon, nuestras respuestas, las reacciones que tuvimos, nuestro comportamiento, comparar estas respuestas con el perfil requerido y llegar a conclusiones objetivas para identificar todos esos aspectos por los que no os han seleccionado.

 
No podemos olvidar que las empresas y los entrevistadores deben asumir su parte de culpa porque, en la gran mayoría de las ocasiones, cuando algún candidato descartado les pide que le indiquen la razón por la que no fue seleccionado, le indican “Que había otro perfil profesional que encajaba mejor con lo que se buscaba”. Fuera de esta frase que parece que dice mucho existe un vacío de contenido que no nos ayuda a mejorar. No cuesta tanto especificar más y decir quizás que podías encajar pero que el nivel de inglés que tenías está por debajo de lo necesario para el puesto al que optaba. El candidato sabe que su nivel de inglés no es bueno, aunque se autoengaña o no le da importancia y quizás es precisa que esto se lo diga una empresa o un seleccionador para que abra los ojos si quiera alcanzar ese tipo de puestos. Y pregunto yo ¿Qué inconveniente tienen los entrevistadores o las empresas en hacer esto? Los candidatos lo agradecen y por otro lado las empresas mejoran su imagen incoherente que les precede en sus políticas selectivas.

 
Lo que también deben asumir los candidatos es que las entrevistas cada vez requieren mayor preparación y más con la competencia existente. Esto requiere conocer bien la propia trayectoria académica y profesional, escanear el perfil profesional solicitado por esa compañía dando más peso a los requisitos solicitados como imprescindibles y buscar información sobre la empresa, sus valores, el departamento, etc. Una vez rastreado y analizado esto debemos asimilarlo. El primer paso es adaptar la forma de enlazar nuestra trayectoria a los requisitos que más peso tienen para ese puesto y la empresa. No podemos siempre contar lo mismo y de la misma manera. No todo lo que hemos realizado en cada puesto de trabajo y empresa es igual de importante para todos los puestos a los que queremos optar y debemos saber identificarlo.

 
Las empresas, en muchas ocasiones, también tienden a no elegir el perfil adecuado porque las descripciones de puestos de trabajo que tienen no se están actualizadas ni se ajustan a la realidad de las personas que ya ocupan esos puestos. El saber lo que se precisa para una nueva necesidad de personal no se hace en media hora rápidamente y de palabra, diciéndole lo que precisamos al departamento de recursos humanos. El responsable del departamento que necesita nuevo talento debe estar involucrado en la definición, plasmación, y búsqueda de esa persona, barajando las diversas opciones posibles y, una vez decidida la formula, participar en el desarrollo del proceso de selección interno o externo.

 
Los candidatos deben ser razonables y asumir las consecuencias de las palabras que salen por sus bocas, es decir, uno debe pensar lo que dice y cómo lo dice. Lógicamente cada uno somos libres de decir lo que nos apetezca, sin embargo, el criticar a nuestros jefes u empresas anteriores, a pesar de poder tener razones de peso, no nos ayuda un ápice para conseguir un nuevo puesto de trabajo. Esto demuestra que no hemos superado esa situación anterior y, por otro lado, que a la mínima problemática vamos a hacer eso en cualquier empresa. La convivencia no es fácil, sin embargo, se debe demostrar que sabemos estar a la altura de cada situación laboral que se nos pueda presentar.

De la misma forma, debemos tener claro el tipo de puesto al que optamos y las competencias que se piden porque no se pueden interpretar papeles. No todo el mundo tiene iniciativa y eso no es ni bueno ni malo porque cada persona somos de una forma y podemos adaptarnos y evolucionar de cierta manera. Sin embargo, si un puesto al que optamos por la estructura, valores y demás circunstancias de esa empresa requiere una persona activa y con iniciativa y vosotros tenéis cosas buenas pero no excesiva iniciativa porque sois personas que necesitáis que os digan lo que tenéis que hacer, a priori ese puesto y organización no es para vosotros.

 
No todo el mundo encaja en todas las organizaciones porque cada puesto, aunque a priori tenga la misma denominación, cambia mucho dependiendo de la empresa en la que se desempeña.

 
Las entrevistas exigen en un período de tiempo escaso e inmediato a las personas demostrar y convencer de que son los más adecuados para ese puesto. Esto, a su vez, precisa de un conocimiento en profundidad de uno mismo, que nos permita transmitir de una forma eficaz cómo somos y qué estamos mejorando de nosotros.

 
El quedar descartado de una entrevista no gusta a nadie porque exige tener que comenzar la búsqueda de nuevo, sin embargo, nos llevamos una aprendizaje que debemos saber aprovechar.

 
¿Cuáles son los principales motivos objetivos por los que creéis que habéis sido descartados en los últimos procesos de selección en los que habéis participado?