En un artículo escrito en mi blog este año titulado “¿Qué opinión te merece la reputación online?” decía que esta no deja de ser una casación entre lo que somos y hacemos y lo que se dice que somos y hacemos.

Lo que quiero abordar en el artículo de hoy es como construir una reputación online de forma adecuada porque debéis tener claro que no todo vale; nuestras actuaciones conllevan consecuencias tarde o temprano.

Antes de nada, habría que contestar a las siguientes preguntas: ¿Por qué queréis estar en la red? ¿Cómo queréis que os vean los demás? Y por último ¿Cómo os ven ya las personas que están en la red? Porque no olvidemos que todo lo que hagáis genera una opinión en los demás.

Para empezar, os recomiendo ser fieles a vuestro estilo, es decir, debéis ser vosotros mismos y no interpretar papeles o roles que no sois. De la misma forma, se debe asumir que caer bien o gustar a todo el mundo es imposible.

La red requiere conversación, interactuación y establecimiento de sinergias de diversa índole con otras personas. No podemos pretender hacer monólogos e ignorar las opiniones, dudas y críticas constructivas de otras personas con presencia en los diversos medios sociales disponibles en la red.

Igualmente, debemos identificar qué plataformas sociales existentes en la red son las más adecuadas para nuestros objetivos, intereses, para encontrar al tipo de personas al que queremos dirigirnos y con los que queremos conversar, etc.

El estar en la red no significa pretender recibir solamente, es decir, no podemos pretender ir en modo “Yo he venido a hablar de mi libro” y eso significa que todo lo demás no os interesa u os resulta indiferente. En la red debemos ofrecer, aportar y participar, sin pretender esperar nada a cambio a priori; después pueden llegar cosas insospechadas. Por supuesto, con esto no quiero decir que debáis ofrecer vuestros servicios o trabajos gratuitos porque en la red, como en el mundo real, existen personas sin escrúpulos que no valoran el trabajo de los demás. Una cosa es colaborar y participar con otras personas sin esperar recompensa alguna y otra muy distinta, “hacer el primo”.

De la misma forma, en nuestra presencia en la red debemos dejar claro quiénes somos, qué hacemos, qué aportamos, etc. para que las personas que nos visiten o que dialoguen con nosotros se hagan una idea clara de nuestro perfil. No podemos pretender saber cosas de los demás sin intercambiar información de nosotros mismos. Porque, como dice un amigo mío, si no quieres que te pregunten, el primero que no debe preguntar eres tú.

Debemos saber dialogar en la red con personas de todo tipo y eso requiere asumir que, en muchas ocasiones, escucharemos cosas que no nos gustan porque contradigan nuestra postura. No se puede pretender tener siempre la razón o que todos los demás piensen lo mismo que nosotros porque la libertad significa diversidad de criterio y de acciones. Así que la soberbia se debe dejar en casa porque si no, debéis asumir lo que os puede acarrear. Por supuesto, la diversidad no significa que debamos tolerar faltas de respeto e insultos hacia nuestra persona porque ante este tipo de actitudes, la mejor compañera de viajes es la ignorancia más absoluta. El entrar en su juego es ponernos a su altura que es lo que quieren esas personas y esto nos hace perder la razón y el respeto. 

Debemos responder a las personas que nos pregunten cosas y dudas aunque sea tarde. La red supone dialogo con otras personas. Si pretendemos hacer monólogos la red no es nuestro lugar porque llegará un momento que con toda razón se nos ignore. Por supuesto, cada uno debe comportarse en la red como quiera siempre que aporte cosas y respete a los demás. No podemos pretender que todas las personas se comporten de la misma forma porque cada uno somos de una forma aunque siempre existen unos mínimos que todos debemos cumplir.

La reputación conlleva esfuerzo y trabajo, es decir, debemos ser consistentes y seguir con nuestro trabajo porque todo lleva un proceso continuo en el tiempo, es decir, las cosas no ocurren de un día para otro.

Igualmente, debemos preocuparnos, dialogar y dedicar nuestro tiempo en la red a las personas que nos siguen, que participan en las conversaciones que generamos y que están ahí para lo bueno y lo malo. Si no les dedicamos tiempo nos quedaremos solos. El tiempo de los demás es igual de importante que el nuestro, independientemente de quien sea la otra persona.

Constantemente debemos ponernos en el lugar de los demás porque así conseguiremos llegar a gente que, a priori, puede parecernos extraña. A veces, las personas más interesantes pueden ser las que nos lleven la contraria, generando interesantes debates e intercambios de opiniones que pueden aportarnos mucho a las dos partes.

Por ir finalizando yo os recomiendo que os marquéis plazos de tiempo para ir haciendo autocrítica de vuestra presencia en la red, de la opinión que creéis que los demás tienen de vosotros y de todo en general porque esto os dará alternativas de qué cosas debéis cambiar para dar un giro al rumbo que lleváis en el mundo en la red. Al fin y al cabo, todos sabemos lo que está bien y lo que está mal, la cuestión es hacerlo o no.

¿Cómo estáis construyendo vuestra reputación online?