Hace ya un tiempo que se publicaba en el blog Concilia2 el artículo titulado “Ni igualdad ni leches: Madres en el trabajo no, gracias”  cuya lectura recomiendo. De la misma forma, hace unos días Uxío Malvido publicaba en su blog Diversidad Corporativa un post titulado “La diversidad también es cosa de hombres: cómo involucrarles en la igualdad de género” de lectura obligada para sacar unas conclusiones interesantes.

Supongo que a estas alturas ya habréis averiguado que el tema de esto post no es otro que la igualdad de género del que ya he hablado en otras ocasiones. Voy a proceder a dejar mis impresiones tras reflexionar sobre estos dos magníficos artículos que he mencionado antes.

Lo que está claro es que España, pese a quien pese, aun está muy lejos de llegar a los niveles de integración y consolidación de la igualdad en la sociedad donde el género que uno tiene es indiferente para desarrollar nuestra carrera profesional. Indiscutiblemente que si miramos hacia atrás y si nos comparamos con otros países menos desarrollados, comprobaremos que hemos avanzado mucho, sin embargo, no podemos quedarnos con esto.

Por muchas campañas de sensibilización que se sigan haciendo, no conseguiremos el fin principal que es involucrar al máximo al padre en el cuidado de los hijos hasta igualar a las madres. Muchas personas dirán que ya existe la posibilidad de que los hombres se cojan una excedencia para el cuidado de los hijos o una reducción de jornada o que disfruten de parte del permiso de maternidad, sin embargo, me surge la pregunta: ¿cuántos conocéis que lo hayan disfrutado o lo estén haciendo? Personalmente he de decir que solamente conozco un caso y me gustaría conocer muchos más.

Para normalizar la igualdad y que se integre, debemos conseguir que los hombres ejerzan estos derechos para acostumbrar a las organizaciones y a sus cúpulas directivas a que cualquier persona pueda disfrutar de una excedencia o de una reducción de jornada sin que pase nada porque es un derecho que todos tenemos y el poderlo disfrutar sin pegas hace que el compromiso con  la organización sea mayor porque se adapta a nuestra necesidades actuales. Todo es cuestión de acostumbrarse. Al principio, cuando comenzó el permiso de paternidad de 15 días naturales muchas empresas miraban mal a sus trabajadores que lo disfrutaban completo y sin embargo, ahora está integrado y se ve con normalidad.

Muchas veces, el problema principal también radica en la mentalidad de los hombres de hacer algo diferente a lo que hacen la mayoría porque “fíjate tu lo que van a decir los demás”; el qué dirán nos debe dar igual. Que los demás no disfruten de una excedencia o una reducción de jornada para el cuidado de vuestros hijos no es cortapisa para que no lo podáis hacer vosotros. Porque tanto los hombres como las mujeres pueden y tienen el derecho de poder compatibilizar el disfrute del cuidado de sus hijos y el desarrollo de sus carreras profesionales. En otras ocasiones son las mujeres las que ponen trabas a la normalización de estos permisos porque no están acostumbradas a ver en sus entornos familiares y personales a hombres que se involucren en el cuidado de sus hijos. Y debéis asumir que el que hasta ahora no lo hiciesen en igualdad de condiciones no quiere decir que no puedan hacer igual o mejor que vosotros.

Mientras no abandonemos los tópicos de “es tarea de hombres o de mujeres” no avanzaremos porque está comprobado que las personas son capaces de muchas cosas independientemente de su género porque, al final, todo es cuestión de trabajo, constancia y motivación por conseguirlo.
El día que los hombres soliciten flexibilidad laboral de forma mayoritaria para compaginar su vida familiar y personal las cosas comenzarán a cambiar y encauzarse hacia la rutina de verlo como algo natural. Existiendo formulas como el teletrabajo, ambas facetas son totalmente compaginables, sin embargo, el teletrabajo es disfrutado en su mayoría de ocasiones por las mujeres porque se asume que el cuidado de los hijos les corresponde a ellas.

Como experiencia piloto se deberían comenzar a implementar programas experimentales donde hombres que ocupen diversas posiciones altas en el escalafón empresarial comiencen a alternar jornada con cuidado de hijos para concienciar y motivar a otros hombres a que cumplan con el ejemplo desde la acción.

¿Qué opináis al respecto?