El tema de la función pública en mi blog ha sido bastantes veces tratado y ahora este tema está en auge, con opiniones para todos los gustos e intentare aportar mi punto de vista al debate generado.
Muchos lanzan la pregunta ¿sobran funcionarios? Y el porcentaje mayoritario de ciudadanos dicen que sí. Sin embargo, debemos de tener en cuenta que ninguno de los más de 4 millones de desempleados son funcionarios y es más, muchos de ellos se están preparando para poder entrar en la administración pública.
Lo que está claro es que algo no funciona cuando el sector que más empleo creó en nuestro país en el 2009 fue la administración pública, estatal, autonómica o local. No es lógico que por un lado, la empresa privada esté recortando puestos para ser más competitiva (o simplemente para hacer una limpieza interna) y por otro lado, las administraciones públicas aumenten el número de trabajadores. Lo primero que uno piensa es… ¿estarán algunos puestos duplicados? La distribución de funcionarios no es homogénea tampoco y seguro que hay departamentos en los que sobra gente y otros en los que falta gente. Así, de repente, me surge la idea de los funcionarios del servicio de empleo, cuyas oficinas están desbordadas con el trabajo extra que la situación laboral que vivimos les ha generado.
Los funcionarios públicos deberían poder ser reubicados rápidamente y a eso ayudaría si fuesen más multivalentes en las disciplinas donde poder actuar. La especialización ayuda al avance siempre que sea flexible a las necesidades. Lo que está claro es que cuando se produce la remoción de un puesto de trabajo la reubicación de su ocupante en un puesto del mismo nivel debería ser más rápida; es increíble que pasen más de 9 meses y esas personas estén cobrando sin desempeñar funciones productivas y, tras ese período, pasan a expectativa de destino sin trabajo, pero cobrando. Está claro que se deben respetar sus derechos y no tienen obligación de aceptar un puesto de trabajo fuera de su localidad de destino, sin embargo, debemos ser flexibles y coherentes.
Mientras no se tomen medidas reales que ayuden a que la administración publica mejore en eficacia y eficiencia, tenemos a muchas personas chupando de la burra hasta que no dé más de si. ¿La culpa? Como siempre, de nuestros políticos, encargados de efectuar la normativa de la función pública.
Y ahora todo pasa por controlar más a los funcionarios para lavar un poco su mala imagen pública y no tendría que existir tanto revuelo porque cuando se quejan es porque tienen algún problema. Siempre he dicho que si uno hace lo que le corresponde no debería tener ningún miedo. Lo que pasa es que tienen razón en plantear la pregunta ¿Quién controla a los cargos públicos? Pues a día de hoy, ellos mismos y ¿alguien pone en duda que trabajen? Es increíble que nuestros representantes parlamentarios solo tengan sesiones plenarias de septiembre a diciembre y de febrero a junio y el resto del tiempo vacaciones con la cantidad de problemas que tiene nuestro país. Porque el único órgano que permanece todo el tiempo es la diputación permanente (una por cada cámara) pero son un grupo de parlamentarios minoritario. Las comisiones en períodos no activos no funcionan.
Después creo que se debe plantear la pregunta de ¿Quién evalúa a los funcionarios? Hoy en día no tienen evaluación del desempeño que nos cuantifique y mida cuánto producen y aportan en proporción a lo que perciben. Esto incentiva que la gran mayoría de funcionarios trabajadores que hacen más de lo que les corresponde a seguir el ejemplo de los que no pegan un palo al agua porque cobran los mismo, hagan que no. Es más, su salario por lo que más aumenta es por la antigüedad, es decir, por los años que llevan en la administración. Aunque al menos la normativa actual está cambiando porque la Ley 7/2007, de 12 de abril, del Estatuto Básico del Empleado Público (EBEP) ya contiene una nueva formulación de la carrera profesional en todas las administraciones publicas, introduciendo los sistemas de evaluación del desempeño que pretende tenerse en cuenta a efectos de la promoción, provisión y mantenimiento de los puestos de trabajo de los funcionarios. De la misma forma, pretende que una parte de la remuneración vaya en variable en función de lo que cada uno rinda. Hasta que no les toque en el bolsillo nada cambiará. La pega es que hasta que no se aprueben las correspondientes leyes de desarrollo del estatuto del empleado público, esta normativa no entrará en vigor. Y no tienen prisa por hacerlo porque es un tema que levanta ampollas y no entiendo por qué. Si que entiendo que alienta un sistema de vagos (y ojo, que no quiero decir que todo los funcionarios sean vagos). Está claro que a todos ellos les costó su esfuerzo sacarse la plaza pero a ellos les pagan por hacer un trabajo y si no lo hacen deben de ser apercibidos de forma real. No olvidemos que muchos trabajadores de las empresas privadas tuvieron que pasar duros procesos de selección para ser seleccionados y eso no les da derecho a tumbarse a la bartola.
Los funcionarios tienen un régimen disciplinario que debería dar garantías de que aquellos que no trabajan y dan problemas pueden ser sancionados y hasta perder el puesto y aun peor la condición de funcionario. Pero os lanzo la pregunta ¿a cuantos funcionarios conocéis que les hayan aplicado el régimen disciplinario por incumplimiento de su trabajo? Pues yo solamente un caso y fue porque la hizo muy gorda y la sanción fue bastante leve y a día de hoy sigue en el mismo plan. Porque le sale a cuenta vaguear teniendo en cuenta lo que le supone. Su régimen disciplinario esta muy burocratizado y no funciona de forma ágil y rápida. Y me pregunto yo ¿a qué es debido?
Personalmente pienso que estas son las 3 claves en las que debemos ahondar para hacer que nuestra administración funcione mejor en aquellas patas en donde cojea. Porque no olvidemos que poniendo parches no hacemos nada y se debe reeducar la función publica para que el problema no resurja cada vez con más fuerza.
¿Estáis de acuerdo?
A estas alturas creo que la respuesta a la pregunta admite poca discusión. Lo que aún estaría por ver es cuántos sobran, dónde sobran y quienes sobran. Pero si consideramos el tipo de trabajo que hacen muchos funcionarios (burocracia pura y dura) y las posibilidades que la tecnología ofrece para automatizar procesos de escaso valor añadido, es evidente que se podrían amortizar muchos puestos de funcionarios que no justifican su coste.
Por otra parte lo que comentas sobre el rendimiento y el control es el otro gran problema del funcionariado. Hay funcionarios que trabajan duro y en serio pero otros que no. Al final el tratamiento que reciben ambos es muy similar y eso no tiene sentido.
Estoy de acuerdo con el comentario anterior. El futuro pasa por las nuevas tecnologías y la e-administración. Solo con ese objetivo en el horizonte, se puede empezar a plantear realmente una mejora en la eficacia y una reducción no traumática del número de funcionarios. ¿Cuántos trámites absurdos nos obligan a realizar aún de forma presencial? ¿Cuántos se podrían evitar?
No se puede tratar de reducir sin mejorar y automatizar los procesos, porque eso lo único que provocaría es una merma de los servicios públicos. Primero un plan real y global de modernización de la administración (sistemas, bases de datos, procesos, recursos, formación) y luego un plan de reducción y optimización.
Y que conste que conozco muchos funcionarios que trabajan mucho y bien y están tan saturados como el que más. También conozco el caso contrario…tanto en el sector público como en el privado.
Gran post Juan.
Pues yo digo que no sobran.
El problema del funcionariado está el la dicotomía existente entre derechos laborales / eficiencia y control.
Está claro que deben impulsarse medidas de calidad que garanticen unos mínimos, visibilicen y premien a quienes hacen bien su trabajo y sancionen a quienes no lo hacen. Pero no se puede hacer a cualquier precio. Hay que garantizar la estabilidad laboral y la conciliación familiar, laboral y personal, cosa en la que es puntera la Administración y de la que adolece mucho mucho en sentido negativo la empresa privada.
Recordemos además que la Administración no tiene ganancias (cubre costes en sus servicios), sin embargo en las empresas privadas la mayor parte del dinero se va en los beneficios. ¿Queremos que nuestros impuestos se vayan al bolsillo de los empresarios? Porque tener menos funcionarios sólo puede significar subcontratar más servicios. Ni más ni menos. Y si «sale» más barato, es a costa de empeorar la calidad y rebajar los salarios y condiciones laborales en general.
Si hay muchos funcionarios no es porque sobren (que hacen falta más, realmente) sino porque el problema está en el sector privado, que no es atractivo, no valoran el talento adecuadamente (y muchas personas con talento se cansan de una inagotable carrera por convencer a las empresas de que son válidos para trabajar o mantener el puesto) y además hay demasiada diferencia entre los MINIMOS logros laborales (que realmente lo son) que ofrece un puesto público y lo que se ofrece en los privados, por no hablar de la enorme brecha salarial entre altos directivos y el resto en el sector privado, y por la brecha salarial de género, exclusiva del sector privado al hablar de igualdad de funciones y categoría profesional.
Así que esta es mi conclusión: Hay que mejorar la eficiencia de la administración, pero sin recortar derechos. Seamos serios, no podemos «atacar» cuando no somos funcionarios, y «defender» cuando nos convirtamos en ellos, si es que lo hacemos. Y soy el primero al que le «revienta» toparse con muchos funcionarios que merecerían el despido inmediato…
Hola José Miguel,
Deben de automatizarse muchos procesos y tramites en la administración para agilizar e innovar. Aun muchas tareas se hacen de forma manual. Igualmente debe permitirse la iniciativa y el desarrollo de ideas por los funcionarios pero para eso debe descargarse la burocracia existente. Una vez realizado esto tendríamos que ver donde se pueden reubicar esos trabajadores, porque existen áreas con poco personal. También se deben amortizar los puestos de trabajo duplicados a nivel estatal, autonómico y local. Se debe modernizar el funcionamiento de la administración.
Prioritario también el rendimiento y control de trabajo de cada funcionario. Quien no haga su trabajo debe ser amonestado con todo el peso de la normativa vigente para que no le salga a cuenta hacerlo. De la misma forma se deben premiar a los que hacen más y mejor. En la administración se incentiva la mediocridad de todos sus integrantes.
Saludos,
Juan
Hola Aitor,
Gracias por participar.
Coincido con tu punto de vista. Se debe modernizar y cambiar el funcionamiento de la administración. Algunos trámites los complican de forma incomprensible por falta de planificación y automatización. Se debe fomentar la mejora de los servicios ofrecidos a los ciudadanos.
Después se deben reestructurar departamentos y valorar la productividad de cada persona. Aquellas personas que no hagan su trabajo se les debe apercibir y sino cambian deben existir mecanismo que les pongan fuera de la administración. El sacar una plaza no debe garantizar conservarla a toda costa haga lo que haga.
Entre la maraña de funcionarios existen grandes profesionales que trabajan todo lo que pueden y más, sin embargo, no pueden luchar contra una administración politizada en sus altas esferas.
Saludos,
Juan
Hola Felipe,
Interesante tu punto de vista.
Creo que en primer lugar debemos analizar cada administración en detalle para saber la carga de trabajo de cada persona y una vez que tengamos eso ponernos a reestructurar allí donde haga falta.
Por supuesto, la reforma de la función pública no debe ser un recorte de garantías y derechos en las que son pioneros en comparación con la empresa privada. Sin embargo, eso no es justificativo para garantizar el puesto hasta la jubilación por el simple dato de sacarse una plaza. La estabilidad debe existir pero debe ir vinculada a la productividad y aportación en el puesto. El régimen disciplinario prácticamente no se usa en la administración porque es muy burocrático y nadie quiere problemas.
La subcontratación de servicios no es la solución porque en muchos casos viene acompañada de precariedad e inestabilidad. Y eso conlleva a veces menos calidad.
Muchas empresas privadas funcionan igual de mal que la administración porque malos profesionales e improductivos existen en todas las partes. Lo único es que aquí es mucho más fácil deshacerse de ellos.
Debe adquirir realidad las máximas de eficiencia y eficacia de la administración al 100% con los cambios que eso conlleve garantizando los derechos.
Saludos,
Juan
Felipe, muy interesante tu punto de vista y muy acertado creo. A veces no nos paramos a pensar en las consecuencias de una excesiva privatización, aunque sí que creo que un sector privado, orientado a beneficios tiene ciertas ventajas que el sector público no puede cubrir.
En cualquier caso, harían falta muchos datos para pasar de las impresiones particulares a un conocimiento algo más cercano a la realidad.
Interesante el debate que has montado, Juan!!
Ambas posturas tienen cierta parte de razón, ya que, como bien dices, hay disparidad en la distribución del trabajo, de manera que hay algunos que están sobrecargados mientras otros pasan bastante.
Yo creo que que sí existe cierto exceso en la Administración Pública, estoy convencido de que si rigiesen los criterios de la empresa privada no habría tantos trabajadores, conozco varios casos de ésos en los que el funcionario ha aprobado y está en espera de destino literalmente sin pegar palo -dicho por el mismo-, y una frase muy habitual entre los funcionarios es: yo me lo he ganado, he aprobado la oposición, y el que quiera tener mi situación, que haga lo mismo.
Ahora bien, por supuesto, insisto, hay de todo, los hay trabajadores como el que más, al igual que en la empresa privada hay de todo.
Por comentar otro aspecto, la sobrecarga de funcionarios no sólo es dentro de cada organismo, sino que también se produce una duplicidad de funciones entre distintos niveles de la Administración: Estado, Autonomías, Diputaciones, Ayuntamientos…
Un abrazo
Pablo Rodríguez
Qué tal, Juan?
Muy buen debate; poco puedo añadir de todos los comentarios; no se si sobran funcionarios o no, pero lo que está claro, es que como apuntas, la cosa está fatal repartida… si habéis tenido oportunidad de entrar en las secretarías de un juzgado, lo entenderéis perfectamente. Y mientras tanto, como ya se ha apuntado, engordando las listas del paro.
Por otra parte, creo que la clave está en la valoración del funcionariado y en su retribución variable (claves que ya se han apuntado); no puede ser (no debe) que cobre lo mismo el productivo que el que no lo es, ya que al final, estamos creando una cultura empresarial de la ley del mínimo esfuerzo, con todas las ineficiencias que ello conlleva.
Si alguien interpreta ésto como una pérdida de derechos adquiridos, pienso que es otro indicador de la cultura empresarial que estamos creando en la administración.
Por último, el otro gran foco de ineficiencias es la estructura de niveles administrativos que apunta Pablo… pero es que en Cataluña quieren crear beguerías!!!! cuánto tardará La Mancha en sacar comarcas?? aparte de la ineficiencia que se genera por división de tareas que se pudieran centralizar, se suma la ineficiencia que cualquier empresario tiene a la hora de intentar crear valor en una nueva zona: costes de aprendizaje de la burocracia y normativa de turno, barreras de entrada particulares de cada región, etc…
En fin, la Administración actual es un auténtico foco de ineficiencias; el debate es si está la clave en la eliminación de funcionarios. Probablemente sea un punto a considerar.
Gracias por dejarnos participar, Juan, y un saludo,
Pepe Moral
Hola Pablo,
Me alegro que te guste el debate.
Ambos puntos de vista son coherentes y están muy relacionados aunque pueda parecer que no.
En efecto, en la administración muchos funcionarios que han sacado plaza están en expectativa de destino sin puesto y cobrando por mirar las musarañas. Y muchos de estos funcionarios dicen a vivir pero por mucho esfuerzo que les llevase aprobar la oposición, el dinero de todos los contribuyentes con el que le pagamos el salario debería ser suficiente para darse cuenta que se le paga por hacer un trabajo de calidad y productivo. En la empresa privada también hay que pasar duros procesos de selección con múltiples pruebas y si entras te toca demostrar tu valía dia a dia. Y los vagos por regla general se van a la calle cosa que en la administración es una excepción esto.
Por supuesto, la duplicidad de puestos y el aumento del gasto público es brutal. En Aragón tenemos el claro ejemplo con la constitución de las comarcas.
Saludos,
Juan
Hola Pepe,
Gracias por pasarte y participar en mi blog.
Por supuesto, en determinados sectores de la administración falta personal como en justicia y sanidad. Luego en otros se nota que van muy desahogados. Luego vienen con la excusa de que no hay dinero, sin embargo, depende de para que si que existe presupuesto y muchas veces para cosas prescindibles (jornadas, seminarios, etc.)
La evaluación de los funcionarios es vital para que comiencen a cambiar las cosas. No puede ser que dos personas que ocupen el mismo puesto cobren lo mismo con independencia de lo que hagan y aporten.
Existe mucha ineficiencia y derroche de recursos que con planificación, formación y concienciación se puede solucionar. La eficacia y la calidad no solo deben aparecer en todos los textos y leyes de la administración sino que se deben producir en la realidad.
Saludos,
Juan
Hola!! Que la Administración pública en nuestro país funciona muy mal lo sabe cualquier persona que haya tenido el «placer» de acercarse a cualquier dependencia administrativa para la gestión de sus asuntos público. Pero la lentitud con la que opera la administración y el exceso de trámites y documentación no se debe a la ineptitud de los funcionarios o que más de unos cuantos puede que sean bastante vagos sino a la falta de medios tecnológicos con la que cuenta la administración pública. Pero para la implantación de una eficiente administración electrónica se necesita una gran inversión de dinero público que en estos momentos parece imposible afrontar. El proceso de modernización de nuestra administración está puesto en marcha pero con la situación económica del país será más lento.
¿Sobran funcionarios? en algunos sectores de la administración puede que sí pero en otros hay un déficit de personal considerable como en los cuerpos y fuerzas de seguridad del estado o en la administración de justicia por decir algunos ejemplos. De todas maneras hay que tener en cuenta dos características muy peculiares de la administración pública que ayudan a explicar la dificultad de su gestión y su diferencia radical con el sector privado: su enorme tamaño (multitud de dependencias, organismos, un elevadísimo número de personal) y la rigidez de su personal, ya que la mayoría de empleados públicos son funcionarios de carrera y a éstos últimos se les garantiza el derecho a la inamovilidad en su condición, por lo que, si no hacen falta en la dependencia donde estén destinados, hay que buscarles un nuevo puesto a través del oportuno sistema de provisión que figure en la ley . Quizá sea éste uno de los derechos de los funcionarios que más polémica genera porque mucha gente lo considera injusto pero no hay que olvidar el enorme esfuerzo que supone lograr una plaza en el sector público; los procesos selectivos son muy exigentes y los temarios son amplios. La persona que aprueba una oposición se ha dedicado entre 2 y 5 años aproximadamente a estudiar un número de horas igual a la jornada laboral de un trabajador sin percibir ninguna compensación económica (tan lógico como duro) y renunciando a casi todo lo que no sea estudiar. Da la sensación de que, a veces, no se tiene demasiado en cuenta el gran esfuerzo que hay que hacer para aprobar una oposición.
Según la normativa actual en función pública, si un funcionario fuera separado del servicio (máxima sanción disciplinaria) no podría volver a trabajar en ninguna administración pública desempeñando cualquier empleo público, por lo que esta sanción debería estar reservada para casos de máxima gravedad. Para sancionar el bajo rendimiento de un funcionario se le pueden imponer sanciones como la suspensión firme de funciones o un traslado forzoso con o sin cambio de localidad pero se deberían aplicar con más frecuencia que actualmente. Igualmente se debe premiar a los funcionarios más productivos y pongan más empeño e interés en el ejercicio de sus funciones
Muchas gracias Juan!
Hola Morete,
Gracias a ti por participar.
Esta claro que el principal problema es la falta de adecuación y modernización tecnológica de la administración publica. Deben priorizar e invertir en eso para ahorrar costes a las arcas y trámites a los ciudadanos. Se van realizando avances en su puesta al día pero de forma muy lenta y más en épocas de vacas flacas.
En determinadas áreas sobran y en otras faltan, así que se debe de equiparar y equilibrar.
Por supuesto, determinadas garantías de los funcionarios son todo un logro de las que deberían aprender algunas empresas privadas. Por supuesto, que al menos yo soy consciente del esfuerzo que supone a las personas sacarse una plaza publica y es de admirar. Sin embargo, eso no puede justificar que compense esos años de rendimiento de estudio en no hacer su trabajo cuando ya tiene la plaza de funcionario de carrera. Solamente se les pide que hagan su trabajo de forma productiva y el exigir eso no supone no valorar la inversión de tiempo para acceder a la función pública.
Efectivamente las penalizaciones por bajo rendimiento deberían estar a la orden del día, igual que las que premien el desempeño ejemplar que no existen. No puede ser que el máximo reconocimiento sea la antigüedad porque eso no es garantía de que haga bien su trabajo.
Saludos,
Juan
Interesante tema, Juan.
Desde luego, funcionarios hay para todos los gustos. Si tú tuvieses la oportunidad de firmar un contrato con una empresa donde pusiese «siempre, de por vida, trabajará en este lugar…..». ¿Siempre rendirías lo mismo, aunque tu trabajo no necesitase jamás alcanzar objetivos nuevos?
No trato de justificarlos, pero comprendo que, como seres humanos, a veces dejarse llevar y tener un rendimiento bajo es fácil.
En casa tengo a algún funcionario/a y aman su trabajo, pero no todos sus compañeros son así; sin embargo, más allá de un clima laboral ´psi, psá´, no existe más que el callar y seguir en tu asiento.
Y sí que los ´controlan´, pero de higos a brevas, y eso, como dicen en mi pueblo, «no sirve pa ná».
Un saludo!
Hola Jesús,
Esta claro que si no se incentivan la obtención de objetivos en la administración al final es normal que se estanquen hasta las personas que rinden adecuadamente.
Esta claro que son personas y pueden tener momento de menos rendimiento como los trabajadores de las empresas privadas. Pero una cosa es bajar el ritmo de forma puntual y otro de forma permanente como les pasa a unos cuantos funcionarios sin que nadie les diga nada.
Muchos funcionarios creen en su trabajo y lo hacen con motivación pero claro al que tienen al lado que le van a decir aunque no trabaje porque encima el problema lo tendrá el que trabaja. Se debe controlar el rendimiento de forma habitual porque sino no sirve de nada, especificando áreas de mejora y objetivos de los que dependan variables económicos.
Saludos,
Juan
A ver compañero en acuerdo con el fondo, no con el trasfondo
Cierto, me declaro culpable, soy funcionario, «un delincuente en 2010» sentenciado por los políticos que enchufan en la administración publica a cargos de confianza, y ratificado por un pueblo de votantes sin alternativa política, ¡Gane quien gane, a los de siempre, funcionarios, nos toca perder!
Goberno el PP de PP Maria, y con «El España Va bien» los funcionarios perdimos mucho poder adquisitivo con respecto a los que que hoy se alegran de nuestra continua desgracia, solo hay que revisar la subida del IPC año tras año y la subida salarial, siempre muy por debajo.
Oposición de PSOE, es más el PSOE de «ZP» el amigo Obrero Español, echo en cara la congelación salarial, cual eslogan político hasta que se le cayo la careta, y no de vergüenza en 2010, ZP no ha congelado, como Pepe Mary, es peor, ZP ha bajado el sueldo por ir de feliz por la vida
Hay que recordar que hasta hace dos días Madrid de bandera, y españa de palo, se presentaban a candidatos a SEDE Olímpica
¿No hay pelas para el gasto publico, y hay ganas de ir a una fiesta que no podemos pagar? ahora en verano tendrermos gasto publico por doquier, fiestas municipales a tope de fuegos artificiales, de toros y salvajismo, si hay CRISIS hay CRISIS, y si hay que aplicar austeridad se hace primero de los gastos innecesarios, de las luces de adorno, que además contaminan, de los cargos a dedo de la administración publica que solo maman del bote y dan mal nombre a la función publica, etc…
Y esa responsabilidad, es del político y de los que le le ponen hay, por orden bancos, especuladores «causantes de la crisis» y los que les votan, no del FUNCIONARIO…
Señores en mi curro, hay cargos a dedo político, que a su vez eligen quien asciende y quien no, y esto no se hace por valía, cualificación y profesionalidad, se hace por filia sindical (UGT) y partido político en el poder (PSOE) gente que no sabe hacer la «o» con un canuto, sin contar con los requisitos a plaza funcionarial, no solo la han «usurpado» sino que han ascendido en carrera meteórica en la administración, a los que denunciamos, se nos ha perseguido, apaleado, coartado, y los tribunales en este país, como los derechos Constitucionales son un chiste…
Ahora a su propuesta ¿estos acosadores que han elaborado los requisitos de sus bases de ingreso, ascenso, son los que propondrán la legalidad de echar o dejar en su puesto a «los malos»? quien sera el juez imparcial ¿el político? ¿el sindicato? los compañeros que miran a otro lado?
No sobran FUNCIONARIOS sobran sinvergüenzas de los que dicen una cosa y predican la legalidad para el resto, y de los que hacen otra y se pasan la legalidad por el forro de los «tal y tal»… y esta patente, NO DE CORSO, no es de dominio de FUNCIONARIOS que haberlos «haylos» sino de todos, que serlo, para cuando nos va el tema en ello, «lo somos».
Un saludo de un funcionario muy a disgusto con este sistema tan injusto, desigual, y cínico.
Hola Un quemado Funcionario,
Gracias por pasarte y participar.
Esta claro que los que marcan las reglas del juego de la función pública son los causantes directos de las injusticias, abusos y desproporciones que existen en las diversas corporaciones públicas.
Es desde arriba donde se debe dar ejemplo recortándose privilegios y medidas más típicas de épocas pasadas que de la era democrática en la que nos encontramos.
Deben establecerse medidas adecuadas para penalizar al que no trabaja y premiar al que es más productivo en la administración independientemente del puesto que ocupe.
Saludos,
Juan
Hola a todos,
con el aumento del tiempo que pasamos sufriendo la crisis se han ido incrementando los debates sobre los empleados publicos. Basta con navegar un poco por internet, hojear un periodico o ver cualquier programa de television basado en una mesa con un grupo de «opinadores» profesionales.
Es bastante habitual el desconocimiento de la materia en todos estos foros, donde la gente que opina desconoce la legislacion que afecta a los empleados publicos, la necesidad de la administracion publica, la garantia que supone para el ciudadano la inamobilidad de los funcionarios, etc. Y asi encuentras expresiones como «funcionarios a dedo» y terminos parecidos que realmente no existen en nuestra administracion.
La administracion publica, como cualquier sector ya sea publico o privado, necesita actualizarse pero eso no significa que sea la causa de la crisis que padecemos. Entonces ¿por qué los funcionarios estamos en el foco?. No deja de ser curioso que los que nos pongan en el disparadero sean los empresarios. Al sistema empresarial le interesa un estado con una estructura debil por dos razones. La primera es porque a menos administracion publica mas laxitud en el mercado y menos control para que estas empresas ejerzan su labor. Y no nos olvidemos que su labor es generar beneficios y no el bien de la sociedad. Claro que una empresa le gustaria que para colocar una empresa de telefonia, verter sus residuos a los rios, etc. no necesitara contactar con la administracion o hacerlo con un empleado publico en una situacion lo mas debilitada posible. La otra razon es que las empresas privadas quieren entrar en el negocio de lo publico: la seguridad, la sanidad, la educacion, etc. Pero no con los parametros de servicio publico, sino con los parametros de margen de beneficios. No os engañeis, no deja de ser curioso que quienes estan cuestionando nuestro sistema publico es personas interesadas y que ademas no necesitan del mismo. Asi vemos a botin cuestionando el sistema de pensiones, sistema que el nunca va a necesitar.
Por contra, nadie dirige el foco hacia los no-empresarios. Es decir, los empresarios del fraude a hacienda, que es ya el 20% de la economia sumergida, los empresarios que reciben ingentes cantidades economicas por subvenciones, compensaciones, los de las tramas de corrupcion, etc. , o el increible caso de la crisis bancaria saldado. Crisis que se ha saldado con dinero publico pero sin ninguna consecuencia ni administrativa, ni juridica ni economica para esos banqueros.
Todo esto por no hablar de aquellos no-empresarios cuyas empresas cuya unica actividad es la administracion publica. Pero eso lo dejo para otra vez.
Para concluir creo que hace falta mas informacion a los «opinadores» sobre lo que es la administracion publica y el empleado publico y que aun necesitando como cualquier sector una mejora en sus procesos no es el problema causante de la crisis. Cuando se pueda despedir a los funcionarios y la crisis no se resuelva ¿quienes seran los proximos?
Saludos a todos.
Hola a todos, interesante tema de debate. Me gustaría decir que yo también he cometido el terrible delito de ser funcionaria y añado que tras cinco años estudiando una licenciatura universitaria y aproximadamente seis años más estudiando unas oposiciones conseguí una plaza como profesora de secundaria. Así que no, no me regalaron mi puesto. En general no decido en qué provincia de mi Comunidad Autónoma voy a trabajar, son otros los que lo deciden por mi y yo no puedo ni protestar. Por lo que eso de «Siempre trabajará en este lugar…» no tengo ni idea de lo que significa. Cada comienzo de curso llego a un centro nuevo en el que otra vez tengo que demostrar mi valía, mi valía como profesora y como persona cuando eso ya lo hice ante un tribunal de oposición. Cuando por fin consiga que me adjudiquen una plaza seguramente será a cientos de kilómetros de mi lugar de residencia, sin importarle a nadie si podré o no conciliar mi vida familiar y laboral. Ahora, eso sí, hay muchos que opinan que yo debería trabajar el mes de julio para que en otras familias sí exista dicha conciliación.
Paso algunas horas al día intentando enseñar a adolescentes, a los que ni sus propios padres aguantan, lo maravillosas que son las matemáticas (es mi especialidad). En la mayoría de ocasiones no tengo tiempo ni para un café a lo largo de la mañana. No llego tarde a mi puesto de trabajo porque unos treinta alumnos/as se encargarían de hacerlo saber al resto de personas que están en el instituto.
Un trabajo que en la mayoría de los casos es vocacional, sólo sirve hasta ahora para que se nos desprestigie.
No tengo ni idea si sobran funcionarios o no, sólo sé que no se debería meter en el mismo saco a todo el mundo se dedique a lo que se dedique. Sé también que las plazas que salen a concurso no dependen de nosotros y que es el trabajo perfecto para no hacer nada si no quieres o para matarte a trabajar y que en ninguno de los dos casos se note.
Pero no es justo que cuando todo el mundo nadaba en la abundancia nadie se acordaba de nosotros ni de nuestro modesto sueldo y ahora que la situación está como está cargamos contra los funcionarios porque, desde mi punto de vista, es lo más sencillo.
Hablo del gremio de profesores porque es el que conozco, pero ahí están los policías, bomberos, funcionarios de prisiones o médicos entre otros que no creo que se dediquen a vivir del cuento.
Nosotros somos los primeros a los que no nos importa que se controle el trabajo que realizamos o que queremos que se sancione a los que lo incumplen. Así evitaría tener que estar justificando lo que hago y a lo que me dedico, como es el caso.
Por último añadir que son otros los que se han gastado el dinero y nosotros los que tenemos que reponerlo? Me parece cuando menos curioso…
Saludos a todos.