Todos los que en menor o mayor medida nos dedicamos al mundo de la selección de personal nos hemos dado cuenta de que esto no es una ciencia exacta. Hay muchas formas de seleccionar, sin ser unas mejores que otras; con tal de que funcionen y os ayuden a conseguir el objetivo de encontrar al candidato que mejor encaje con el perfil que buscáis habrán sido efectivas.

Cada vez más, seleccionar es más complicado porque ahora sois vosotros, los seleccionadores, los que tenéis que atraer a los candidatos con más esfuerzo, incluso encontrando problemas para conseguirlo. Antes, los profesionales de recursos humanos vivían en un pedestal, mirando por encima del hombro a los cientos de candidatos que llamaban a su puerta buscando un empleo.

Este cambio de situación ha venido bien para que se volviera a la realidad, de entender que vuestro trabajo es buscar personas que se adapten a unos requisitos que conforman en su globalidad la armadura de determinado puesto de trabajo.

Para esta labor, debéis de estar preparados, sabiéndoos poner en el lugar de los que buscan trabajo para comprender que hay tratarlos a todos por igual, con educación, sin olvidar que son personas.

Muchos os preguntareis ¿Por qué ahora no abundan los candidatos inscritos a las ofertas de trabajo?

En cierta manera porque se ha producido un cambio radical y han proliferado las ofertas de trabajo, lo que hace que las personas que buscan empleo tengan un abanico de medios donde recurrir a la hora de buscar empleo. A parte, muchos ojean todas las ofertas de su área de interés aunque muchas veces solo se inscribirán a unas pocas que les llamen la atención o que, mejor dicho, las vean atractivas para ellos.

Las empresas, a la hora de elaborar los perfiles concretos de los puestos de trabajo vacantes no son realistas, al pedir multitud de cosas que, en realidad no van a ser necesarias ni prioritarias para el puesto y que sólo van a hacer que candidatos idóneos no se inscriban a las mismas por no cumplir todos los requerimientos que supuestamente se han identificado como necesarios para ese puesto.

Es por esta razón que deberéis ser muy concretos a la hora de redactar las ofertas de trabajo, pidiendo explícitamente lo imprescindible para cada puesto, yendo al grano y evitando dar rodeos que despistarán a candidatos adecuados.

Aun así, a veces que para un determinado perfil puede haber 4 requisitos que consideréis imprescindibles y a primera vista los candidatos no cumplan todos ellos, por los que los desecharéis sin dudarlo. Os aconsejo que no lo hagáis tan rápido porque a veces, las apariencias engañan y entre los rechazados en las cribas iniciales puede estar vuestro candidato idóneo.

En más de una ocasión nos hemos quedado con 3 candidatos finalistas que, a priori según ellos, cumplían todos los requisitos y que posteriormente el elegido una vez incorporado nos demuestra en el escenario real que no es la estrella que aparentaba y de repente se convierte en una ameba. Aun así, la empresa decide dar una oportunidad a otro de los finalistas y vuelve a ser un estrepitoso fracaso o no.

Los seleccionadores de personas tenéis que tener claro que conseguir candidatos que cumplan todos los requisitos necesarios para desempeñar el puesto no os garantiza el éxito. Es vuestro deber saber ver más allá de los requisitos. Porque a veces lo que los candidatos cumplen no es lo que buscáis. Que pongan que tiene experiencia de 4 años en puestos de director comercial, por ejemplo, no quiere decir que sea lo que buscáis; quizás lo que él llama director comercial significa en realidad administrativo comercial o en simplemente comercial. Por eso, no va nada mal preguntar a los candidatos idóneos ¿Qué significa para ellos ser director comercial?

También puede ser que tenga la experiencia que requerís y esto haga que venga muy confiado, pensando que se le va a permitir todo por su reputación. Las cosas nunca se pueden dar por conseguidas antes de empezar. El tener experiencia previa no es sinónimo de triunfo porque en cada empresa habrá que empezar de cero y currar igual o más que en los anteriores trabajos.

Quizás puede ser que un candidato que a priori muchos seleccionadores rechazaríais por no tener experiencia para cualquiera de los puestos buscados, pudiese encajar y hacerlo fenomenal.

Con todo esto, quiero decir que, como seleccionadores de personal, deberéis dejaros guiar en más de una ocasión por vuestro instinto personal a pesar de que os haga apostar por una opción descabellada. Vuestro instinto os puede llevar hasta un candidato novel con poca o nula experiencia pero, sin embargo, con gran potencial y muchas ganas de tener una oportunidad de demostrar lo que vale.

Obviamente este tipo de candidatos, en caso de ser los elegidos, lo van a tener mucho más complicado porque van a tener que esforzarse el triple por llegar al nivel que se espera de ellos. El aprendizaje les costará más, pero si el potencial que vimos en ellos no falla, en seguida, se pondrán al día.

A veces hay que dar oportunidades a las personas, a pesar de que a simple vista no encajen; en más de una ocasión os llevaréis gratas sorpresas aunque también alguna decepción.

Cuando se da una oportunidad a una persona que no cumple todos los requisitos estamos jugando con una bomba de relojería y puede pasar de todo. Por ello, es muy buena idea hablar seriamente con ese candidato e indicarle que vosotros le vais a dar la oportunidad que tantas veces le han denegado y que éste es el momento de demostrar todo lo que vale. Va muy bien que le preguntéis ¿Eres consciente de todo el esfuerzo que te va a requerir este puesto? ¿Estás dispuesto a sacrificarte inicialmente por demostrar lo que vales?

Estos candidatos tienen que tener claro que no se les va a dar ningún trato de favor por no cumplir algún requisito y que deberán evolucionar más rápido que el resto. Así que deben esforzarse adecuadamente siguiendo los pasos correctos o lo pagaran caro.
Si tras la oportunidad, algún candidato no cumple las expectativas puestas en él estará demostrando que no está preparado para ello y que tenían razón los que anteriormente le rechazaron. Hay candidatos a los que se les da esa oportunidad que otros muchos nunca tendrán y a la primera dificultad con la que se encuentran, tiran la toalla. La vida profesional está llena de obstáculos que diariamente hay que superar. La resolución de todos los retos y problemas laborales que ocurren en el mercado laboral no se enseñan en ninguna carrera, master, o libro alguno y cuanto antes lo aprendáis mejor.

Yo en más de una ocasión he dado una oportunidad a personas que no cumplían el perfil pero que con su actitud, buscaban una oportunidad. En más de una ocasión me he llevado verdaderas decepciones porque les das la oportunidad soñada y en vez de aprovecharlas, dejan pasar ese tren acabando sin superar la prueba y encontrándose otra vez en el punto de partida. Aquí los únicos culpables son ellos por pretender conseguir las cosas sin el mínimo esfuerzo.

Pero no siempre es así. Hay gente que te sorprende gratamente. Recuerdo a un candidato que estaba preparado y que tenía muchas ganas de tener una oportunidad, sin embargo, no poseía experiencia. Tenía algo especial y nos demostró desde el primer día que se desenvolvía mejor que personas que decían tener experiencia y a día de hoy es un gran profesional.

En resumen, a la hora de seleccionar, no todo el mundo es igual. Los papeles nos pueden decir mucho, pero será el propio candidato, quien, con su actitud se convierta en merecedor de una oportunidad. No todos la merecerán. Habrá que saber detectar quienes son los que de verdad las merecen antes de concederlas.