¿QUIÉN NO HA TENIDO UN JEFE QUE LE DECÍA QUE A LAS 17 DE LA TARDE SE CAÍAN LOS BOLÍGRAFOS?
Tampoco podemos negar que aun más empresas de las que nos gustarían ven con malos ojos que sus personas se vayan a su casa a la hora en la que en teoría acaba su jornada laboral. Es una regla no escrita: los empleados se quedan más horas sin remunerar por supuesto y, peor aún, sin motivo objetivo por el que quedarse. Estas medidas no lo van a evitar porque, como se suele decir, hecha la ley, hecha la trampa y esos registros horarios siempre podrán maquillarse o modificarse si no existe un control externo de los mismos.
Se debe educar a las personas que ocupan las direcciones de las empresas que hacer más horas porque si no tiene nada que ver con la productividad. Aun vivimos en una cultura de calentar la silla, no siendo tan importante si una persona es productiva o no. El depender de un sistema de fichaje, hace que las personas se preocupen de cumplir sus horas estipuladas sin importarles lo que hacen durante ese tiempo. Al final conseguimos burocratizar el horario de trabajo. Parece que el horario que no está registrado, es que no lo has trabajado.
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