Los seres humanos somos personas de hábitos; cuando uno va a trabajar a la misma hora, uno se encuentra con la misma gente con sus mismos comportamientos y acciones, viendo que todos vamos en piloto automático. No arriesgamos ni cambiamos nada y, como algo nos lo cambien, nos descuadra el día.

Esa mañana, Lorenzo, se encontró, inesperadamente, cortada la avenida principal de acceso a la sede de la empresa LUXTRI, dedicada a artículos de lujo. Su descontento fue supino, pues tenía controlado el tiempo de desplazamiento y ese día, tuvo que empezar por buscar ruta alternativa, que le dejó en su oficina con un ligero retraso.

Esa mañana, la cúpula directiva de LUXTRI de la que formaba parte Lorenzo, decidían el futuro de muchas personas que trabajaban en esa organización; para los accionistas eran meros recursos humanos necesarios en ocasiones y prescindibles en otros momentos. Las empresas son entes vivos, que cambian de forma constante. El consejo transcurría sin nada imprevisto. Lorenzo estaba pensando en qué comprar a su mujer, porque se había olvidado de su aniversario de boda, tenía que hacerle un regalo para compensar ese olvido.

En paralelo esa misma mañana, se celebraba también en la sede la reunión del equipo de calidad, un grupo consultivo con voz, aunque sin voto en la organización. Formaban parte del mismo 15 personas de diferentes departamentos y roles de toda la empresa, para que estuviesen representadas todas las áreas. Al estar todas las salas ocupadas, tuvieron que ocupar una antigua sala de reuniones, que estaba en la zona de garajes y que no figuraba en los planos de la sede, ni constaba en ninguna parte. Era un trastero, reconvertido en sala de reuniones para imprevistos corporativos como este. De hecho, mucha gente de la organización desconocía de su existencia.

El almacén de la empresa estaba lleno y ese día salía uno de los envíos de máxima seguridad. Se trataba de 50 kgs de oro perteneciente a un cliente árabe y que poca gente estaba al tanto de los detalles precisos. Todo el protocolo de envío estaba muy blindado.

Eran las 11 de la mañana y dos blindados para en la puerta de la empresa. Se bajaron los dos agentes de la empresa de transporte debidamente uniformados. Nada más entrar, apuntaron con una pistola a la recepcionista y exigieron máxima discreción, en menos de 1 minuto entraron otras 5 personas más. Ese asalto lo estaban perpetrando 13 personas, que iban con la cara tapada. 5 de ellos irrumpieron en la última planta en la sala de juntas, interrumpiendo de forma abrupta el consejo de administración. Al resto de los empleados los llevaron al comedor corporativo. Todos estaban controlados menos las 15 personas que conformaban el equipo de calidad, que se enteraron de lo que estaba ocurriendo gracias a la cámara de seguridad que estaba conectada en su sala, aunque no constaba en ningún lado esa cámara.

Los secuestradores estaban organizados y lo tenían claro cada 2 horas ejecutarían a una persona del equipo directivo, sino cooperaban para ayudarles a poder extraer todo el oro, las 45 dársenas estaban llenas y no sabían en cuál se encontraba el oro.

Dentro del equipo de calidad estaba la directora financiera, que se quedó bloqueada y creía que lo más oportuno era no actuar. El resto de personas del equipo, lideradas de forma espontánea por Sonia, que era ingeniera de sistemas en el departamento de informática. Ninguno de ellos sabía, que, en el consejo de administración, se había pactado la salida de la organización de la mayoría de ellos, incluida Sonia.

Sonia tenía claro que las 10 personas del consejo de administración debían sobrevivir. No cabía otra opción, debían conseguir que esas personas estuviesen a salvo. Carmen que trabaja de contable en el departamento financiero, vio a través de la cámara un tatuaje de una calavera con la frase PEACE + LOVE que le sonó familiar, aunque no caía de qué. Estaba claro que alguien que había trabajado ahí estaba en el ajo. De repente, Alfonso hablando con Carmen, dijo

-“Ese tatuaje es de Andoni, el guardia de seguridad del almacén de camiones, que fue despedido por robar material. Ese tatuaje no se olvida”.

Sonia, tenía claro que tenían que distraer a las personas que retenían a los del consejo de administración; habían descubierto que no había secuestradores entre la planta 2 y 6, tocaba poner un señuelo. Sonia, mando a Carmen a la planta cuarta para provocar un incendio que hiciese saltar las alarmas y eso hiciese que los ladrones, tuviesen que improvisar.  Así que, tras subir a la cuarta planta sigilosamente, saltaron las alarmas de incendios. Los 5 secuestradores que estaban en el consejo de administración, reaccionaron de forma inesperada: 4 de ellos salieron para ver que ocurría. Solo se quedó 1 atracador. Sonia había ideado también, poner un señuelo para que pensasen que el oro estaba entre la dársena 5 y 9, para que se centrasen los ladrones en esos camiones. Había pasado 1 hora y media, quedaba media hora, para que llegase la primera ejecución.

Se había quedado vigilando a los miembros del consejo de administración, Andoni, el secuestrador que había sido reconocido por su tatuaje por Alfonso y Carmen. Andoni, no tragaba a Lorenzo director de recursos humanos y persona que materializó su despido. Lorenzo intentó levantarse, ante esto el secuestrador le pegó un culetazo con el arma y entonces se desplomó en el suelo, en ese momento reconoció el tatuaje.

Sonia había organizado a parte del equipo de calidad, para que fuesen a la última planta usando la escalera de emergencia. Sonia lideraba al grupo de 3 personas y rápidamente escucharon detrás de la puerta a uno de los secuestradores, dieron un empujón y este se desestabilizó y en ese momento Sonia lo desarmo y desenmascaró a Andoni.

Debido a la alarma de incendios, los bomberos y la policía acudieron al edificio, descubrieron que la puerta estaba bloqueada; los secuestradores no contaban con este imprevisto y de forma desorganizada intentaron exigir una furgoneta a la policía para huir, aunque tenían muy complicado zafarse de este secuestro y robo que sobre el papel estaba bien organizado.

Finalmente, los 13 secuestradores y ladrones fueron detenidos, encabezados por Andoni, también cayó en el desmantelamiento de la banda, dos personas que trabajaban en el almacén de camiones y que habían puesto sobre aviso al grupo de ladrones.

La junta de accionistas de esa mañana se pospuso y no se materializaron los despidos por el momento. El equipo directivo se dio cuenta que 15 de sus empleados habían puesto su vida en juego para salvarles y garantizar que la organización no sufriese un robo que les hubiese dejado contra las cuerdas. Asumieron que la salida de sus personas era lo más fácil y si se recortaba otras partidas presupuestarias, se podrían evitar esas salidas de personas valiosas y talentosas.

Rebobinemos porque ese es el final esperado y deseado, aunque en algunas organizaciones hubiese dado igual y muchas de esas personas valiosas y talentosas, hubiesen salido de la organización, porque algunas de esas partidas presupuestarias son intocables. Da igual lo que esos empleados hubiesen hecho por la organización para salvar a su cupula directiva de una situación peligrosa.

¿Qué hubiese hecho la cúpula directiva de tu empresa si el grupo de personas que estaba en peligro hubieran sido los miembros del equipo de calidad de tu compañía? Al final son personas de tu equipo, aunque lógicamente no son tu familia corporativa y surge la duda de hasta dónde sacrificarías cosas por mantenerlos a salvo.

Un liderazgo compasivo es aquel, que antepone a los demás por encima de uno mismo y que sabe que se deben tomar las decisiones más justas y adecuadas (aunque no sean las más fáciles), mirando por los intereses de todas las personas que forman parte de la compañía, es decir, preocuparse por los intereses del empleado temporal, aunque no sepamos su nombre y del máximo accionista, porque ambos deberían ser igual de importante, aunque sabemos que la realidad no es así. Debemos estar ahí defendiendo a nuestras personas, porque ellas todos los días dan su mejor cara para que la organización obtenga los mejores resultados posibles.

¿Hasta qué punto te involucrarías por salvaguardar el bienestar de tu empresa?

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