Hace tiempo que sigo a Dani Rovira, no solo por su trayectoria como actor sino también en su faceta de humorista; sus monólogos te hacen reflexionar a posteriori sobre temáticas que pueden parecer livianas, aunque muchas de ellas tienen su miga en el mundo profesional y personal.

Hace un tiempo le escuche decir una frase que se me quedo grabada en mi cabeza «La envidia es una admiración mal gestionada» y he estado reflexionando sobre ella de forma concienzuda.

Para empezar, no existe la envidia buena o la mala; bajo mi punto de vista, nunca es sana. Podría decir que es la certeza subjetiva de pensar que merecemos nosotros lo que otros tienen, consiguen o alcanzan. Otra definición es la emoción egoísta de desear lo que otro tiene sin valorar el esfuerzo que existe detrás. Por supuesto, si os pregunto cuántas veces habéis sentido envidia del prójimo, seguro que todos me decís rotundamente, aunque igual con la boca pequeña, que nunca. Ese sentimiento insano y dañino lo hemos sentido todos en alguna ocasión de nuestra vida. Conseguir enmendarlo y eliminarlo depende del trabajo individual de cada persona.

La envidia suele surgir en la mayoría de las ocasiones por una mala práctica muy extendida que es compararnos con el prójimo. Tendemos a buscar símiles a nosotros, aunque en ocasiones las personas con las que nos tendemos a comparar estén a años de luz de nuestra situación, preparación o circunstancias en el buen sentido o en los enfoques más infames. La comparación no ayuda nada y menos con personas que no están en nuestras mismas circunstancias y aun estando en ese mismo punto de partida, no nos aporta nada constructivo y beneficioso.

Quizás debemos analizar qué podemos hacer de otra forma para llegar a resultados más satisfactorios para nuestro desarrollo profesional. Muchas personas tienen mucho talento para algo, unos conocimientos sólidos y un buen producto, aunque fallan en su visibilidad, en su forma de vender, en su estrategia o en su forma de tratar a su red de personas. Haciendo lo mismo, vamos a alcanzar unos resultados prácticamente idénticos. Tenéis que estudiar todo vuestro proceso de acciones y decisiones que desencadenan ese desenlace que, en ocasiones, es injusto, aunque es el que tenéis. Debéis cambiar cosas de esa estrategia para alcanzar otro tipo de finales más gratificantes. Otras personas hacen un buen marketing, saben venderse muy bien, aunque les falta conocimiento, talento en un tema o trayectoria.

La envidia dice todo del que la sufre y nada del afectado. Suele ir acompañada casi de forma inmediata de la crítica burlona para quitarle méritos y pensar que, es muy probable que lo hayas conseguido por estrategias que nada tienen que ver con tu valía, talento o esfuerzo. Normalmente, aquello que envidias y criticas es lo que desea tú y posiblemente no hayas hecho el esfuerzo para conseguirlo y, si lo has hecho, es probable que no hayas tenido resultado. Debes plantearte lo siguiente: ¿Qué sacrificios ha hecho la persona a la que envidias y/o críticas? ¿Qué inversión de tiempo ha realizado esa persona que no soportas? ¿Qué acciones, esfuerzos, penurias y tropezones ha tenido esa persona que no se ven? Muchas veces solo envidiamos y criticamos cuando alguien triunfa o le va bien; no vemos la travesía invisible por el desierto, es decir, todo el tiempo que lleva luchando por alcanzar ese objetivo ya completado.

Normalmente, no admiras de forma correcta aquello que envidias o críticas. Deseas tenerlo sin esfuerzo, sacrificio, trabajo duro ni perseverancia. Cuando admiras a alguien a nivel profesional, es probable que, en alguna ocasión, intentes seguir sus pasos, poder colaborar de alguna forma, recomendarle sin dudarlo, ayudarle si está en tu mano y otras muchas cosas.

La envidia y la crítica dejan en mal lugar al que la tiene. Tendemos a criticar lo que no entendemos o tenemos. A veces es una vendetta personal porque sí, aunque también es probable que comenzase esa guerra la otra parte.

Mientras envidias y críticas, te alejas del foco vital, es decir, te olvidas de tu persona, invirtiendo tiempo en cosas que no te aportan nada bueno. Estás perdiendo lo más valioso que tienes y que no vuelve: tu tiempo. ¿Qué te aporta envidiar o criticar a otros? Bajo mi punto de vista, nada saludable. Si algo lo envidias mucho, lo que debes ponerte es manos a la obra para conseguirlo. Traza tu estrategia y ponte en acción cuanto antes; nadie dice que sea fácil, aunque tampoco es inalcanzable. Asume que intentarlo no garantiza conseguirlo a la primera.

Igualmente, antes de envidiar y/o criticar, ponte en el pellejo del otro. Estás viendo la situación con tu visión parcial y no con la objetividad que se debe tener. Debes tener en cuenta todo, lo que te han contado, lo que sabes y lo que no sabes. Muchas veces, lo que nos cuentan o lo que creemos saber, es mentira y desconocemos la verdad. Quizás debas asegurarte de cuál es la verdad de esa historia. Cada persona tiene derecho a hacer lo que quiera, mientras no afecte los derechos de los otros. La envidia y la crítica suele surgir de la inquina hacia esa persona. Puede caerte alguien mal porque no te encaje su forma de ser o actuar, sin embargo, debes saber diferenciar unas cosas de otras. Y no voy a mentir. Me he encontrado con personas que se han cruzado en mi vida, con las que no tengo sintonía alguna. Eso no quita, no obstante, que sepa valorar que han sabido enfocar muy bien su talento y encontrar su hueco, por su valía y méritos propios.

No debemos olvidar que la vida es injusta y toca asumirlo. Los que más saben sobre un tema no suelen siempre ser los que triunfan. Depende de muchos factores, de cómo lo cuenten, de qué personalidad tengan, de su estrategia, de sus redes de personas, de su generosidad, de su enfoque… También tiene que ver, en la mayoría de ocasiones, de la capacidad de flexibilidad, para ajustar nuestro plan rápidamente, ya que el rumbo tomado es incorrecto, aunque lo que ofrezcas sea muy valioso. Igual tienes que intentarlo en otro segmento de cliente, entrarle de otra forma o buscar otras argucias de éxito.

También decir que normalmente cuando uno comienza a destacar y/o tener cierta visibilidad en alguna faceta o área profesional, suele venir acompañado de envidias y criticas de personas que les resulta más fácil y cómodo hacer eso antes que ponerse a conseguir sus metas o sueños. Los que critican y envidian se alegraran si os va mal, así que la admiración no la veo por ningún lado. Nos han educado para pretender gustar a todo el mundo, pero la realidad es que eso es algo propio de una sociedad consumista e idealizada. Tenemos que asumir esa parte incontrolable y pasar totalmente de quién nos crítica y envidia. Debes quedarte con las personas que te admiran y que te dicen a veces cosas que no te gustan para que mejores y progreses, no con la intención de boicotearte.

A veces la crítica surge del desahogo propio, para sentirse un poco más aliviado sobre todo con las personas con las que chocas, porque ven una situación o el mundo de forma totalmente diferente a ti. Nos guste o no, nos vamos a encontrar con muchas personas que tendrán una forma diferente de ver las cosas; es parte de la vida. Pero lo más importante es que tendremos que aceptarlos como sean, estemos de acuerdo o no con sus ideas.

¿Por qué motivo envidias y críticas a otros?

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