Cada vez se puede garantizar menos la permanencia de las personas en las organizaciones. Preocuparnos por sus necesidades, desarrollo y expectativas es una garantía de que nos sigan teniendo en cuenta como proyecto que les ayuda a su crecimiento, que necesita su potencial y que consideran vital su valor profesional dentro de esa compañía.

Parece que las grandes oportunidades solo están en las grandes empresas/multinacionales, cuando esto no siempre es así; las oportunidades de crecimiento dependen de la apertura mental de las personas que dirigen cada empresa, con independencia de su tamaño. En ocasiones, las oportunidades surgen una vez que se incorpora una persona con talento y vemos todo su potencial en acción real.

Un buen amigo mío llevaba 3 años trabajando en un grupo multinacional con grandes oportunidades de desarrollo. Su perfil (técnico, especializado en el desarrollo de proyectos, la redacción y preparación de toda la parte especializada de requerimientos técnicos) era óptimo para realizar sus tareas. No obstante, le iban metiendo en mil batallas que nada tenían que ver con sus tareas y, al final, no llegaba a nada. A su responsable directo le manifestó en varias ocasiones sus expectativas de crecimiento en el área técnica de proyectos, su necesidad de seguir desarrollando su potencial y sus ganas de crecer en esa organización. Es una persona con mentalidad global, es decir, se considera ciudadano del mundo, no tiene inconveniente en cambiar de lugar de residencia si el proyecto lo merece. Su situación personal y familiar actual también se lo permite. A pesar de sus conversaciones con su jefe directo, ese crecimiento, desarrollo y apoyo para su crecimiento, evolución y proyección no ha llegado. Esta persona se cansó de esperar y comenzó a plantearse otras opciones. Rápidamente le surgió otra oportunidad en un importante grupo empresarial internacional.

Esta persona estaba en la disyuntiva de qué decisión tomar. A esa gran oportunidad dijo que necesitaba sopesarlo y le dieron 5 días para dar una respuesta. Necesitaba ver si su empresa actual apostaba por él y decidían luchar por que siguiese en esta multinacional. Decidió establecer una reunión con su responsable para tratar este tema. Le comentó a su jefe que le había surgido una gran oportunidad profesional, aunque él quería quedarse en esa organización, si le ayudaban en sus necesidades. Su jefe directamente le dijo que ya esperaba su marcha y que en esa empresa iba seguir como estaba. Además, le remarcó que nadie era imprescindible. Esa reunión duró muy poco y esta persona, al acabar esa jornada laboral, llamó a la organización que le hizo esa gran oferta y les comunicó que aceptaba su propuesta.

Esta organización se dará cuenta de lo que ha perdido como ocurre siempre, cuando ya no esté esta persona, que era muy necesaria. Su vacante se cubrirá con otra persona que, seguramente cumplirá los requerimientos, pero que habrá que formar desde cero en la forma de trabajo de la empresa. Pero no olvidemos que esa persona tendrá otras necesidades, inquietudes y motivación, y no garantiza el que su llegada a la empresa sea para largo plazo.

Esto ocurre en muchas empresas; algunas personas con potencial manifiestan sus necesidades, inquietudes y problemas a sus responsables directos. Le indican que por el momento les toca seguir esperando a que llegue su oportunidad. Esto es lo mismo que no decir nada. La gente es lógica que se canse de esperar, porque lo que está claro es que solo vivimos una vida. Algunas personas quieren aprovechar al máximo su vida.

Cuando una persona de tu equipo te plantea sus necesidades, expectativas, inquietudes y problemas le debes escuchar y preguntarte lo siguiente:

¿Qué valor tiene esa persona dentro del equipo de trabajo?

¿Ha llegado al máximo de su potencial dentro de su trabajo?

¿Qué posibilidades de crecimiento tiene dentro del equipo y de la compañía?

¿Cómo puedes ayudarle a evolucionar y crecer dentro de la empresa?

¿Por qué motivo te da miedo que se marche de tu departamento?

¿En qué tareas deja una huella única esa persona?

¿En qué debe mejorar como profesional?

¿Qué pierde tu departamento y la organización se decide marcharse?

¿Qué le podéis ofrecer a corto y medio plazo para conseguir que continúe su evolución en vuestra organización?

¿Por qué motivo te da miedo su potencial y talento?

¿Por qué no le planteáis un plan real de desarrollo y carrera personalizado?

¿Cómo podéis ayudarle en su formación y aprendizaje?

Mirar hacia otro lado cuando ves el potencial y valor de una persona, no soluciona nada y hace que el problema se agrande, es decir, que esa persona no dudará en marcharse rápidamente. Sobre todo, cuando ve que su organización actual le ignora y le da igual su potencial. Las personas con talento e inquietudes necesitan percibir y sentir de forma real que son importantes para su empresa y que quieren seguir contando con ellos.

Siempre me he preguntado qué interés tiene una empresa en tener un nivel alto de rotación. Lo obvio es lo monetario, pero… ¿Cuánto cuesta reclutar a nuevas personas y formarlas antes de que puedan hacer su trabajo correctamente? Si tu actitud es que te da igual si alguien se marcha o no de tu empresa, esto da el mensaje claro a las personas con necesidades, que el que no esté contento ya sabe dónde está la puerta. Este tipo de actitud empresarial te hará perder mucho talento y, a la mínima oportunidad que tengan, se marcharán.

Las empresas tienen que trabajar, cuidar y abordar de forma personalizada las diferentes experiencias del empleado existentes dentro de sus plantillas. Afortunadamente, cada persona es diferente y quieren que se cuide, escuche, desarrolle y valore ese potencial único en esa empresa. Si la empresa pretende que te amoldes tú exclusivamente a la organización, te está diciendo que tu talento, potencial y valor, le es indiferente. Te deja claro que le vale cualquier persona para cubrir esas necesidades.

Las personas necesitan sentirse parte de un todo que es la empresa. Quieren encontrar sentido a su trabajo y que se demuestre que son importantes para su organización y las personas que la dirigen. Si uno siente que es uno más, está claro el mensaje que te dan.

Que menos que tu empresa, cuando comunicas que te quieres ir, intente luchar por ti. Ya es tarde, pero por lo menos, demuestra que tu trabajo es apreciado. Si, por el contrario, te dicen que “ahí está la puerta”, te hace sentir un sudor frio, además de plantearte qué has estado haciendo en esa empresa. A nadie nos gusta perder el tiempo y tampoco que nos lo hagan perder.

Debes plantearte de forma habitual qué valor real tienes para tu empresa y sus dirigentes. No des por hecho nada y busca una respuesta clara y objetiva. Va bien tener una fotografía real de tu situación y no idealizarla. Si tú no miras por ti y tus necesidades, nadie lo hará.

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