Solemos decir que debemos empatizar con el prójimo, es decir, ponernos en su pellejo para saber qué piensa, necesita y valora, aunque luego se nos olvide rápidamente.
A cada persona y/o empresa nos importa lo que necesitamos personalmente y, al final, la necesidad del otro pasa a un segundo plano si no a un tercero. Intentamos entender al cliente para conseguir llegar mejor a él y conseguir llegar a su corazón, para hacerle ver que podemos satisfacer sus necesidades o solucionar sus problemas.
En el mundo empresarial, cuando se necesita incorporar nuevo talento, la mayoría de las ofertas de empleo, son redactadas pensando en lo que necesita el departamento y la empresa, es decir, requerimientos, conocimientos, experiencias, competencias necesarias y tareas que tendrá que desempeñar esa persona, si es la elegida.
Estas ofertas, poco (o nada) hablan de las necesidades, expectativas, problemas y requerimientos de las personas que pueden desempeñar ese puesto de trabajo y que por ende cumplen el perfil exigido.
Las empresas, a la hora de presentar una oferta de trabajo, una vez que se tienen los requerimientos del perfil que se precisa, la redactan y publican en los diferentes portales, webs, redes sociales, apps o herramientas que se utilicen para obtener personas interesadas en esas ofertas de empleo.
Esas ofertas de empleo suelen tener poca repercusión y se consiguen pocas personas que encajen con el perfil que realmente necesitamos. De nada nos sirve que se inscriban a una oferta de empleo muchas personas con un perfil y rol diferente a la necesidad concreta que precisamos. Es preferible conseguir pocas personas interesadas que encajen con lo buscado, que tener mucho volumen que no casan con las necesidades en absoluto. Es necesario primar la calidad a la cantidad de candidaturas.
Así que os recomiendo un cambio de chip y previamente hacer una recopilación de información por dos vías diferentes. Por un lado, personas que trabajen o quieran trabajar en ese puesto de trabajo o rol, que tengan un bagaje profesional en otros sitios. Selecciona entre 2 y 6 personas que tengan ese perfil que precisas. Coge personas muy diferentes para llegar a conclusiones más amplias y categóricas. Las preguntas que les puedes hacer son las siguientes: ¿Por qué te dedicas a esa profesión? ¿qué es lo que más valoras de trabajar en ese perfil? ¿Por qué es importante para ti trabajar en este puesto? ¿Qué te atrae de tu sector profesional? ¿Cuál es tu misión principal trabajando en ese puesto? ¿Cuáles son tus principales responsabilidades? ¿Cómo es tu día a día desempeñando esa profesión? ¿qué es lo que más te gusta de trabajar en ese rol? ¿por qué es importante para ti trabajar en esa profesión? ¿qué es lo que mejor se te da hacer de tu profesión? ¿Qué habilidades crees que se precisan para poder trabajar en esa posición?
También te va bien preguntar a esas personas que trabajan en ese rol y que están abiertas a una nueva oportunidad profesional, sobre las herramientas que utilizan para buscar oportunidades laborales. Así que lanzales estas cuestiones: ¿qué portales de empleo utilizas para buscar nuevas oportunidades? ¿Qué redes sociales utilizas más para buscar empleo? ¿Qué aplicaciones genéricas y especificas de tu sector tiene más utilidad para ti a la hora de encontrar nuevas opciones? ¿Qué tipo de contenido especializado de tu sector consumes más? ¿Qué fuentes de información son las que más consumes para estar informados de tu sector y profesión?
Muchos pensaréis que no vais a recibir respuesta pero, ¿por qué no lo intentas para ver qué obtienes, intentando hacer algo diferente?
Al final, se trata de recopilar información para tener una radiografía lo más exacta posible de las necesidades y formas de pensar y actuar de las personas que queremos atraer para que apliquen a esa oferta de empleo. Esta información nos ayudará para redactar una oferta de empleo atractiva para esas personas que son el público objetivo de nuestras ofertas.
La segunda vía de obtención de información es preguntar y conversar con personas que ocupan ese rol que necesitas y que ya están trabajando en tu empresa. Se trata de hacerlo de forma informal para entender mejor lo que supone trabajar en ese puesto en la empresa, a gente que ya lleva un poco de tiempo y tiene una opinión real formada sobre trabajar en tu empresa. Algunas preguntas que puedes hacer: ¿qué te gusta de trabajar en esta empresa? ¿Qué es lo que más valoras de trabajar aquí? ¿Qué es lo que más valoras de tus compañeros y compañeras de trabajo? ¿Qué es lo que más valoras de tu jefe/a? ¿Qué es lo que más te motiva de trabajar aquí? ¿Qué es lo que más te entusiasma del ambiente de trabajo de esta empresa? ¿Me podrías dar 3 razones que mencionarías a alguien de por qué debería trabajar en nuestra empresa? ¿Qué cultura corporativa tiene esta empresa? ¿Cuál es tu cultura ideal de empresa? Si tu empresa desapareciera, ¿qué cosas mirarías para elegir un nuevo proyecto? ¿Cómo es tu día a día trabajando aquí? ¿Qué es lo que más te motiva de tu profesión en nuestra empresa? ¿Qué te sorprendió al entrar a trabajar en nuestra empresa? ¿Cuáles son las misiones de tu puesto de trabajo en esta empresa? ¿Qué responsabilidades asumes? ¿Qué habilidades son las que más utilizas en este puesto? ¿Qué habilidades deberías adquirir para desempeñar tu puesto con más soltura? ¿Por qué recomendarías esta empresa para trabajar a otras personas que pueden encajar en las vacantes? ¿Qué se te da mejor del trabajo que desempeñas en esta organización? Estas preguntas no son cerradas y son un punto de partida, para que analices, que preguntas son más adecuadas para recopilar esa información; se trata de que mantengas una conversación tranquila con esas personas que trabajan contigo.
Nos debemos centrar en los aspectos positivos y que les hace estar satisfechos a aquellos que trabajan en ese rol; podemos comentar también los aspectos mejorables, que nos ayudarán a hacer la oferta llamativa y atractiva. Estos aspectos sirven para priorizar esas mejoras dentro de las posibilidades de la empresa y conseguir, así, tener a la gente lo más satisfecha posible, sintiendo que se cuenta con ellas para mejorar la compañía.
Tras esta recopilación de información, recomiendo no olvidar agradecer a la gente que participa con su tiempo y su sinceridad, explicándoles adecuadamente para qué necesitáis esa información. Un pequeño detalle con la gente que participa, siempre es de agradecer, para que vean que valoráis su sinceridad y participación. Esto es trabajar la experiencia del candidato y del empleado.
Con toda esa información, se trata de redactar una oferta de empleo atractiva e interesante para las personas que necesitamos incorporar, contando con la retroalimentación de persona que trabajan en ese rol dentro y fuera de la empresa; es una forma de hablar su lenguaje y conseguir llegar a ellos para llamar su atención.
Con este tipo de acciones, pones a tus personas en el centro y cuentas con ellas a la hora de seleccionar a nuevo personal, asumiendo que todas las organizaciones tienen cosas potentes y otras mejorables. Lógicamente, como con todo, no hay garantía de resultados, pero sí que nos permitirá comparar lo que os proporcione hacer lo de siempre sin personalizar y lo que os aporte el personalizar esas ofertas, poniendo al tipo de persona que necesitáis atraer en el centro del proceso.
Un cambio de este tipo de estrategia tendrá que ser refrendada por la cúpula directiva y tienen que creer y apostar por el talento de la gente, asumiendo que la transparencia es el camino adecuado para atraer calidad en el talento de las personas que quiera trabajar en tu proyecto empresarial.
¿Por qué motivo no se inscriben candidatos adecuados a tus ofertas de empleo?
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