La gran renuncia. Este movimiento empezó en Estados Unidos y ya di mi opinión en este artículo en mi blog en el que dejaba claro que esta gran renuncia no iba a ocurrir en España, porque los mercados laborales de ambos países no tienen nada que ver. Este artículo se titula ¿QUÉ HARÍA QUE RENUNCIASES A TU TRABAJO ACTUAL? Por si queréis leerlo.

Que no se produzca en España esa gran renuncia masiva, es decir, que las personas no se vayan si no tienen otro proyecto previsto o atado, no significa que más gente de la que nos gustaría esté desmotivada de su organización. La pandemia y el confinamiento, imprimió su huella. Tuvimos mucho tiempo para pensar sobre nuestro estilo de vida, trabajo, metas profesionales, expectativas, necesidades y aspiraciones. Mucha gente despertó de golpe de ese letargo vital en el que vivía, dándose cuenta de que la vida es muy incierta y que solo vivimos esta vida.

Lo que sí que observo en España es bastante gente que sigue en su empresa o proyecto, mientras no encuentren otra cosa. Eso sí, hace tiempo que se despidieron de “forma interna”. Hay quienes llaman a esta fase el “aparcamiento en la trastienda”. Tienen claro que esa empresa y proyecto no les conviene y porque tienen otras necesidades a las que no se le presta atención. No se marchan porque no surge otro proyecto y, si se marchan, aunque tengan generado el derecho a la prestación por desempleo no pueden acceder a ella, al tratarse de baja voluntaria. En ocasiones, algunas personas fuerzan esa salida, para conseguir ser despedidas y cerrar capítulo. Son muy pocos (y valientes) pero necesitan cortar de tajo esa relación contractual y evolucionar.

Esas personas que siguen desmotivados en la empresa, continúan haciendo su trabajo; su involucración, motivación y esfuerzo no son iguales claro está. Se limitan a realizar su trabajo y se nota su falta de pasión. Incluso se limitan a calentar la silla, sin hacer nada relevante. Si surge un problema a algún cliente interno o externo, lo ven con lejanía y no sienten ese problema como suyo, sino que es cuestión y problema de la empresa que representan. Aunque esas personas no deben olvidar que a día de hoy siguen siendo la imagen de esa empresa y la representan.

Las personas que han dejado de tener ganas de hacer cosas, de seguir aprendiendo, de aportar y de seguir creciendo hacen un gran descosido quedándose en las empresas en las que están trabajando. Esto hace a esas organizaciones perder competitividad, conocimientos y años de supervivencia. Es gente que sigue en ese barco, mientras no encuentren otro bote salvavidas.

¿No sería más fácil el facilitar la salida a esas personas, para que pudiesen acceder a la prestación por desempleo que tienen generada y así pudiesen comenzar otro capítulo vital? Personalmente opino que, si tienes generado el derecho a la prestación o al subsidio se debería regular la posibilidad de acceder durante un período de tiempo al mismo, aunque causes baja voluntaria, esto es beneficioso para las empresas y para las personas.

No podemos echar toda la culpa a las personas de tu organización que se han despedido interiormente.

Las empresas, por no entrar en problemas con sus trabajadores, “aparcan” a ciertos integrantes de la misma. Pérdida de confianza puede ser una de las causas, o simplemente, no usar el potencial de las personas adecuadamente. Han podido entrar para llevar a cabo una función, pero quizás funcionen mejor en otro departamento u desarrollando otras funciones.

La empresa representada por su cúpula directiva debe asumir su parte de responsabilidad y plantearse las siguientes preguntas calientes:

  • ¿Por qué algunas personas han desconectado con la empresa?
  • ¿Cómo saben si sus personas están satisfechas con su trabajo y su empresa?
  • ¿Cuántas personas se marcharían si facilitasen la salida de su organización con acceso a la prestación de desempleo?
  • ¿Qué hacen para cumplir las expectativas de sus personas?
  • Cuando algún empleado manifiesta un problema con la empresa ¿qué hacen para intentar solucionarlo?
  • ¿Cómo fomentan la confianza mutua entre empleados y dirección?
  • ¿Qué foros permanentes existen para comunicarse de forma abierta y directa?
  • ¿Qué tipo de liderazgo se permite dentro de esa empresa?
  • ¿Qué hacéis para conseguir la involucración de tus personas?
  • ¿Qué hacéis para que vuestras personas tengan la certeza de que su trabajo es importante para vuestra empresa?
  • ¿Qué haces para que tus personas sigan creciendo, evolucionando y aprendiendo? Tus planes de desarrollo, ¿realmente velan por el desarrollo de las personas?
  • ¿Qué medidas potencian el reciclaje directo de tus personas?
  • ¿Conoces el potencial de todos tus empleados? ¿Están desarrollando las labores correctas que podrían beneficiar a la empresa?

Está claro que muchas personas, al mínimo problema, adversidad o piedra en el camino, tiran la toalla sin luchar por conseguir lo que quieren o necesitan. Plantea tu necesidad de forma directa en tu empresa. El no ya lo tienes. A veces nos podemos sorprender. Si, en varias, lo has intentado con todas tus fuerzas sin obtener el resultado esperado, igual hay que cambiar la estrategia.

También os diré que, si os encontráis en fase de despido interior, tenéis que salir de ahí cuanto antes y empezar a tomar decisiones. Pon en acción tu plan de cambio. Para que ocurran cosas tienes que provocarlas. Si quieres conseguir otro trabajo o proyecto, ¿qué haces para que llegue esa oportunidad? En ocasiones buscamos milagros sin hacer nada de forma activa. Muchas de estas personas están sin energía y no tienen fuerzas para nada, no ven salida a su problema, se encuentran atrapadas. Tienen que cambiar el chip, su actitud y su mentalidad. Es posible que su organización les haya vapuleado tanto, que hayan llegado a creerse que no tienen valía, que no tienen nada que ofrecer y que no tienen otra salida.

No pienses que esa situación es culpa tuya, es imposible encajar en todas las empresas. Ya he comentado en varias ocasiones que ni todas las empresas son para todas las personas y viceversa. Tenemos que encontrar el sitio que valore nuestro perfil, que nos permita ser nosotros mismos, que se preocupen por nuestras necesidades, que nos deje crecer y que confíen plenamente en nosotros.

También cada persona tenemos que asumir que trabajar en una compañía supone esforzarnos, asumir nuestros errores, adaptarnos a los cambios, ayudar a la organización a crecer y asumir que nos tocará remar cuando sea preciso.

¿Por qué motivo has decidido despedirte de forma interior de tu empresa?

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