Jaime se desplazaba en metro en su día a día a los sitios a los que llegaba el transporte público, aunque, en ocasiones, tenía que usar su automóvil, pese a no entusiasmarle conducir; se orientaba muy mal y, aun con GPS, se perdía. Hay quien no nace con la habilidad de orientarse.

Participaba en un proceso de selección para trabajar en la empresa FHJ como reclutador en el departamento de RRHH; buscaban a una persona con algo de experiencia, con iniciativa, ganas de hacer las cosas, capaz de solucionar problemas y tomar decisiones.

Conocía la ubicación de las instalaciones de la empresa FHJ, en el polígono de Arenal; era ya la tercera entrevista, aun así, se volvió a perder. Llegó a un barrio dormitorio que no conocía. Dos mujeres discutían de forma airada en el semáforo, porque la que conducía casi se lleva a la que cruzaba el paso de peatones. Situaciones cotidianas a las que nos enfrentamos todos en nuestro día a día.

Aparcó y decidió preguntar, iba bien de tiempo. Su madre siempre se lo decía: “Ve con tiempo a las entrevistas por lo que pueda ocurrir”. En esa calle había un cierto tumulto, sonaba una voz que cantaba como los ángeles. Elsa aprovechaba sus horas libres para mostrar su talento, con canciones propias y se sacaba un dinero extra cantando en la calle. Tenía bolos esporádicos, había participado en un talent show de nuevas estrellas, llegando a la final y teniendo cierta repercusión, aunque cuando ese programa acabó, la fama se fue evaporando. Siempre estaba acompañada por Charly, su agapornis, que lo llevaba en una jaula y le acompañaba en todas sus actuaciones callejeras.

Jaime no se paró a escuchar a Elsa. De hecho, se fue dos calles más allá y decidió tomarse un café en el bar MOSTOLES, en la terraza, ya que hacía sol y los primeros días de la primavera asomaban. En el bar le explicaron como llegar a la empresa FHJ, se había equivocado de salida en la segunda rotonda.

De repente un pájaro se posó en su mano. Le vinieron un montón de recuerdos. Su madre había tenido durante años una pareja de agapornis, que ya habían partido al cielo de las mascotas y eran unos pájaros que le encantaban. Charly se había escapado y se había desorientado, no sabía regresar donde Elsa. Elsa al acabar su actuación, estaba contenta con las propinas de las personas que se paraban a escucharle. Al día siguiente tenía una audición, de repente se dio cuenta que Charly no estaba. Cayó en la desesperación, echándose a llorar, ya que, para ella, Charly era un miembro de su familia.

Jaime tenía que irse, decidió llevarse al agapornis con él. Parece que la mascota y él encajaron a la perfección.

En la empresa FHJ estaba todo preparado desde hacía días para recibir a los 10 candidatos citados para la última entrevista, aunque estaban citados en días alternos. Las otras dos entrevistas del proceso habían sido estándar y bastantes personas se había quedado por el camino, comenzaron 50 personas la primera entrevista, llegar allí era ya un éxito. Llego a tiempo a la entrevista Jaime. Decidió llevar con él a Charly, no se atrevía a dejarlo en el coche, se podía meter por cualquier hueco y liarla. Así que lo metió en el bolsillo de su chaquetón y este, rápidamente, asomó su cabeza de colores. Dolores, la recepcionista, rápidamente vio que Jaime no iba solo, se ganó su cercanía y dijo

– “veo que te traes a tu mascota”,

– “No es mi mascota. Es una larga historia, pero me lo acabo de encontrar y no lo iba a dejar abandonado”.

-“No creo que sea bueno que entres a la entrevista con él, así que, permiteme que me lo quede, en esta jaulita que tengo, y te lo cuido mientras estés en la entrevista.

Marcelo, el responsable de recursos humanos, ya conocía a Jaime de las anteriores entrevistas. La entrevista comenzó con normalidad. A los 10 minutos Marcelo se sintió indispuesto, se mareó y cayó al suelo, aunque todavía estaba consciente. Jaime, rápidamente, salió a buscar a su secretaria. Jaime estaba que no se lo creía, vaya día llevo se dijo a sí mismo. Entonces entró Elisa otra persona del departamento de RRHH y le dijo a Jaime que le tenían que pedir un favor:

-“Mira, tengo que llevar al hospital a Marcelo y ahora tenía tres entrevistas para un puesto de técnico comercial y como tú tienes experiencia en selección, ¿podrías realizar las entrevistas? Se que no estás contratado, y que puede parecer raro, pero me gustaría tener este tema resuelto cuanto antes. Marcelo me habló bien de tu candidatura”.

Jaime se mostró asombrado y de forma dubitativa, dijo:

-“Elisa, yo he venido para la última entrevista para un puesto de reclutador, es decir, para ser tu compañero. Hacer lo que me pides, es justamente lo que busco, pero es que no sé hasta qué punto, es lícito lo que me pedís. Desconozco al detalle lo que necesitáis”.

– “Seguro que si nos ayudas con esto” -añadió ella- “te ganas unos puntos para ser elegido. Tú decides, pero creo que sabes perfectamente lo que hacer. Yo, confío en ti.”.

Parecía raro. ¿Cámara oculta? Las dudas aparecían por todas partes. Pero, aun así, decidió hacerlo si, además, iba a ser el puesto que iba a realizar de ser elegido. Quizás fuera una prueba más, pensó. Elisa le dio los perfiles de las tres personas que tenía que entrevistar y le dejó la descripción del puesto que buscaban, se trataba de Paula, Fernando y Candela. Jaime pidió media hora para analizar los perfiles y prepararse el guion de cada una de esas tres entrevistas.

En recepción, Dolores se descuidó y Charly volcó la caja de metraquilato y empezó su aventura por las instalaciones de FHJ. Varias personas corrían tras Charly, que acabó en la sala en la que estaba Jaime realizando las entrevistas. Jaime sonrió y les dijo que lo dejaran tranquilo, que ya lo controlaba él. Estaba ya realizando la última entrevista a Candela. Preparó un breve informe de cada candidato con los pros y contras. Su decisión fue la de recomendar contratar a Paula, explicando las razones objetivas y que descartaría a Fernando por no encajar con el perfil requerido. También dejó constancia en su informe que Candela podía continuar en el proceso en caso de que existiesen más fases.

Desde el otro lado del cristal opaco observaban Elisa y Marcelo, todo era una estrategia, querían ver cómo afrontaban esos 10 candidatos una situación inesperada, todo era un montaje. De los 10 candidatos, 8 no decidieron asumir el recado y se descartaron automáticamente. Solo Jaime y Nuria se atrevieron a realizar la petición, aunque Jaime demostró una serenidad y una profesionalidad innata. Tenían claro que era su candidato. Tanto Paula, como Fernando y Candela, trabajaban en la empresa FHJ y estaban ayudando a su empresa.

Elisa agradeció a Jaime su ayuda y le indicó que su jefe Marcelo estaba bien y que había sido una intoxicación alimenticia; no le explicaron el bochinche ni el teatrillo.

Habían pasado tres semanas de esa última entrevista y Jaime se había encariñado de Charly y recuperó la jaula de su mamá. Un día paseando por la calle vio un cartel en la que se buscaba a un agapornis llamado Charly y reconoció esa cabeza de colores, tomó nota del teléfono de Elsa.

Justo cuando se disponía a llamar a Elisa, sonó su teléfono. Era Marcelo para comunicarle que era la persona seleccionada y que querían incorporarle al departamento de RRHH de la empresa FHJ. El decidió aceptar esa oportunidad.

Empezaría en dos semanas. Llamó a Elsa y quedaron esa misma tarde para poder recuperar a Charly. El agapornis reconoció rápidamente a Elsa, aunque entre Jaime y Elsa surgió una conexión especial. Siguieron quedando y se fraguó una amistad intensa entre ellos.

Jaime comenzó en la empresa FHJ y en la entrada le esperaban con globos y pancartas, Marcelo, Elisa, Dolores, Fernando, Candela y Paula. Jaime no entendía nada y le explicaron que su reto final fue una prueba y que esas personas ya formaban parte de la familia FHJ. Sonrió con intensidad y tenía claro que cuando uno va a una entrevista de trabajo, tiene que ir preparado para cualquier cosa; nunca se sabe qué aventuras y pruebas nos pueden esperar, de cara a mostrar nuestro potencial y valía para la posición en la que queremos trabajar.

Charly continuo en la vida de Jaime, ya que con el paso del tiempo, Elsa y Jaime comenzaron a salir y su historia de amor tenía visos de durar para toda la vida, como los agapornis cuando encuentran pareja.

Las empresas son un mundo paralelo y cuando nos citan para una entrevista no nos tienen que indicar qué tipo de prueba nos espera, así que debéis ir con la mente abierta y tener seguridad en demostrar de lo que sois capaces. Cada empresa es diferente y va bien poner a prueba a las personas en la tarea que les va a tocar desempeñar desde el minuto uno, para ver cómo las afronta.

¿Qué hubieseis hecho en el caso de ser Jaime ante esa situación?

* Fuente imágenes utilizadas https://pixabay.com/es/