Todas las opiniones deberían ser respetables, aunque para tener peso y valor deberían estar argumentadas y fundamentadas. El año pasado, gran parte de la población era experta en volcanes y en covid, por mencionar dos temas mediáticos.

Me gustaría apuntar que para conocer en profundidad un tema, se deben leer multitud de fuentes de información; si siempre leemos los mismos medios, el enfoque suele estar sesgado, es decir, están en cierta manera orientadas a una forma de ver ese tema. Esto hará que nuestra forma de ver esa noticia solo se centre en ese punto de vista. Debes leer, aunque luego debes reflexionar y sacar tus propias conclusiones para tener tus ideas sobre un tema. Que nadie nos diga la verdad sobre un tema; debemos descubrir la verdad por nosotros mismos. Dejemos de actuar en plan sociedad rebaño, es hora de despertar.

Algunas personas dicen que la marca personal es marketing barato; otros dicen que la marca personal está pasada de moda; algunos dicen que una persona sin marca personal no llegará a ningún lado; otros comentan que la marca personal es estar en las redes sociales y podríamos seguir. El dilema pasa por qué creer de todo esto.

La marca personal no es lo que tú dices sobre ti mismo sino la opinión que los demás tienen de ti y de lo que haces, dices o aportas. Esta imagen se la conforman por tus acciones o inacciones constantes. La gente quiere ver si de lo que presumes que eres, es realidad o mentira. Para empezar uno puede tener una gran marca personal y no estar ni en las redes sociales ni en internet. La marca personal es ser un referente en un área, materia o especialidad por lo que aportas, creas, experimentas y te arriesgas. Esto supone lanzar o aportar algo nuevo o diferente en esa materia o temática. Si dices o haces lo mismo que los demás, no te vas a diferenciar nunca y será complicado dejar un poso novedoso. Coge a 20 especialistas sobre tu temática y analiza las siguientes preguntas: ¿Qué aportan diferentes unos de otros? ¿en qué han sentado cátedra? ¿Qué metodologías o enfoques nuevos han creado? ¿Por qué son unos referentes? Mucha gente hace lo mismo que los que llegaron antes que ellos.

Además, la huella la tienes que dejar no en toda la sociedad sino en el público al que te diriges, las personas que dan valor a tu temática y esas personas que se sienten identificadas contigo, es decir, las que están dispuestas a comprar o pagar por lo que haces y ofreces. Si tu público objetivo son autónomos y empresarios, no consigues nada con tener miles de seguidores adolescentes en tus redes sociales y/o profesionales; estas personas no van a dar valor a tu contenido y mucho menos te van a comprar.

Para dejar huella como profesional, tienes que estar en esos canales donde estén esas personas que dan valor a lo que haces; pueden ser canales online u offline. Es bueno que diversifiques. Si tu público objetivo solo lee periódicos o revistas y no las redes sociales, tendrás que intentar publicar cosas en esos medios. Es recomendable poder publicar un libro o estudio propio, siempre que tengas algo interesante que contar, que sea novedoso, que aporte valor y que le dediques tiempo para que destaque. No todo el mundo que publica libros tiene algo interesante que decir o no todo el mundo que no ha publicado libros no tiene nada relevante que contar.

Se trata de hacer cosas y mostrar tu valor al mundo. Mucha gente con mucho potencial está agazapada, esperando a que los demás les den una oportunidad. Gánate esa oportunidad mostrando tu peso específico como “Pedro Pérez” o “Cristina García”, con independencia de que estéis trabajando o no en empresas por cuenta ajena. Tu marca personal es la huella que dejas, con independencia de las empresas o proyectos en los que han podido colaborar o puedas colaborar en un futuro. Mucha gente piensa que su marca personal es el haber trabajado en ciertas compañías como profesional por cuenta ajena, ahí estas representando y ayudando a que crezca la marca corporativa de esa compañía y no la tuya, si no la complementas con colaboraciones como tu yo profesional.

La marca personal no se crea de la nada; debes gestionar tu marca personal. Todo lo que haces, dices o ejecutas deja una imagen de ti como profesional que no siempre tiene que coincidir con lo que tú piensas que los demás tienen en mente de tu trabajo. Aunque también os digo que no le vais a gustar a todo el mundo. El que no hace nada seguro que no deja ninguna huella. Comenzar a sobresalir por lo que haces o aportas como profesional genera repercusión positiva y, por ende, envidias malintencionadas. Quédate con las personas que siempre han estado ahí contigo, es decir, en las malas y en las buenas, no solo cuando el viento sopla a tu favor. En mi caso, valoro mucho a esas personas que me dan feedback de mejora y no solo que me doran la píldora a todo lo que hago.

La marca personal es el resultado del trabajo de tu proceso de employer branding. Mucha gente no deja una huella sólida, debido a que no ha trabajado ni su autoconocimiento, ni su estrategia, ni su visibilidad.

En algún momento, todos hemos dicho, aunque sea con la boquita pequeña, que nos conocemos muy bien. Pero, ¿qué tiempo dedicas de forma habitual a conocerte? ¿Por qué reaccionas mal? ¿Qué te hace perder los nervios? ¿Qué te hace perder el ánimo? ¿Por qué motivo no estás dando lo mejor de ti en ese proyecto? ¿Qué te hace brillar como profesional? ¿Qué te diferencia? ¿En qué eres diferente en comparación a hace dos años? Conocerte supone reconocer tu lado más molón (pero tu lado más siniestro también). El auto conocimiento conlleva trabajar y poner foco en todas tus caras. Tenemos que intentar sacar nuestra mejor versión. Cuando alguien me dice que siempre ha sido la misma persona, me saca una sonrisa. La vida y todas las experiencias por las que pasamos nos cambian, para bien o para mal. Las personas somos muestra de nuestra evolución. El conocerte mejor hace que llegues de forma mucho más real, honesta y profesional a las personas a las que te diriges y quieres llegar. La marca personal no es solo una moda de los autónomos; si piensas eso no has entendido nada.

Está claro que debemos tener planes alternativos para conseguir mostrar nuestro valor, pero, ¿qué estrategia sigues? Tienes que tener ese guion a seguir, es decir, tener identificado qué haces, por qué lo haces, cómo lo haces, cómo lo evalúas, a quién lo enfocas, etc. Mucha gente hace las cosas sin tener claras las razones, que termina por ser un sinsentido. ¿Con qué fin públicas esos artículos o post en esas redes o medios de comunicación? No puede ser que lo hagas porque lo hacen los demás, tienes que buscar tus razones.

Te recomiendo visibilizar tu trabajo, tu valor y tu diferenciación. Si esperas que los demás te den valor sin dártelo tú, nunca pasará. Está claro también que tienes que disfrutar con lo que haces y no hacerlo solo por obtener un reconocimiento, beneficio o rédito externo; si haces las cosas solo por esto, se suele percibir. Se trata de diversificar los medios online y offline en los que muestras lo que haces y de lo que eres capaz, buscando el término medio, es decir mostrando cosas que haces tú, tus opiniones y también compartir cosas de tu área de especialidad que no sean tuyas. Es indiscutible que Internet expande mucho más tu mensaje y valor, aunque esto no te hace más interesante como profesional; esto lo determinan los demás y no tú. Es clave cambiar de registro y aportar cosas diferentes sobre tu área de especialidad. No podemos saber de todo. El hacerlo está relacionado con una clara falta de enfoque, que redunda en despistar a tu audiencia.

En este mercado laboral fracturado, incierto, cambiante y temporal, tienes que mostrar tu valor como profesional y la marca personal bien gestionada ayuda, aunque requiere dedicación e inversión de tiempo. Nada se consigue sin esfuerzo ni trabajo. Lo difícil no es llegar o sobresalir sino mantenerse ahí con el paso del tiempo. Mucha gente ha desaparecido tras el éxito, eso sí, pasadas unas semanas, ya nadie se acuerda de ellos. La marca personal no tiene que quedarse en llegar a tener fama, sino que tiene que ser un proceso en el que tus “clientes” queden satisfechos con lo que les has ofrecido y eso te genere una mayor demanda fuera de ese entorno.

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