En la mayoría de procesos de selección de cualquier organización, el responsable directo que solicita y necesita incorporar una nueva persona a su empresa, suele participar en las últimas fases del proceso de reclutamiento, de cara a ver cómo encaja el perfil y afinidad con la empresa y el equipo.

Entonces os surgirá la siguiente duda: ¿Por qué motivo no siempre se selecciona a la persona con más potencial?

En mis años de experiencia en labores de reclutamiento, he visto más veces de las que me gustaría, cómo no se siguen las recomendaciones que damos respecto a las personas más idóneas para incorporarse a la vacante existente en cada equipo.

De cara a mis recomendaciones para priorizar candidatos tengo en cuenta:

  • Perfil y competencias de cada persona en comparación con lo que se precisa.
  • Ajuste con los valores corporativos en función de sus valores.
  • Carencias del equipo al que se incorpora en función del rol a ocupar. Buscar personas que equilibren o refuercen esas debilidades puede ser interesante.
  • Resultados de las diferentes pruebas y entrevistas realizadas.

Lógicamente cada proceso y candidato es un mundo diferente, toca ajustarse a cada experiencia y persona con flexibilidad y profesionalidad.

Muchas veces las cuestiones o excusas recibidas por algunas personas que dirigían esos equipos de trabajo para no incorporar a las personas más capacitadas han sido:

  • Tiene mucha experiencia en esa posición, pero no en nuestro sector y eso es innegociable.
  • Está demasiado preparado para el puesto, necesitamos personas que no tengan aspiraciones y se conformen con hacer siempre lo mismo.
  • Quiero personas que se limiten a ejecutar lo que les pida, nada más.
  • Busco alguien que me ayude a hacer ver a los demás mi criterio.
  • Hace muchas cosas y esas ideas aquí no sirven porque se hacen las cosas de otra forma.
  • Tiene algo de experiencia, aunque tiene muchas ganas de aprender cosas y aquí lo necesitamos para una cosa muy concreta.

Detrás de todos estos casos se esconde la , o lo que es lo mismo, el miedo que sienten los jefes y/o responsables de que un inferior demuestre un fuerte potencial y se quede con su puesto de trabajo. Ya veis que cualquier cosa que os preocupe dentro de vuestra organización tiene un nombre. Descubrí esta palabra gracias a mi colega Paola Campos. Desgraciadamente, este es un problema que abunda en las empresas, aunque muy poca gente va a reconocerlo.

Recuerdo en una organización en la que la directora del departamento de finanzas y contabilidad coincidía conmigo en que la mejor candidata para el puesto era Patricia. Lo único que me comentó es que le daba pavor que le hiciese sombra debido a su bagaje y potencial. Trabajé con esta responsable sus miedos y reforzamos la seguridad en sí misma. La clave era ver a Patricia como colaboradora y que fuese ese refuerzo necesario para el área contable de esa empresa. Le hice ver que tendría un aliado en el área de contabilidad, si se le daban las directrices y se le dejaba hacer. Además, le vendría muy bien para aumentar sus conocimientos contables. Al final, esta directora me hizo caso y una vez que paso 1 año de la incorporación de Patricia, manifestó que había sido la mejor decisión, debido a que su departamento estaba más equilibrado y era más competitivo, todos estaban aprendiendo nuevas cosas.

Seleccionar a personas que no nos hagan sombra y que sepan muchos menos que nosotros, empobrece al equipo y a la empresa, haciendo que pierdan competitividad, siendo cada día más mediocres.

ENFOQUE GLOBAL

Muchas veces nos dejamos llevar por nuestro orgullo. Si no aprendes nada de las personas que conforman tu equipo de trabajo y ellos no aprenden nada de ti, corréis un gran peligro y estáis haciendo las cosas mal. Os habéis acomodado y conformado con lo de siempre.

Si eres especialista en una materia, compartir tu conocimiento es lo mejor que puedes hacer para conseguir que los demás mejoren en esa área. Además, no dudes en escuchar con atención para ver que puedes aprender tú de esas personas.

Es clave es que, dentro de un departamento, todo el mundo sepa hacer todas las tareas, aunque todas no sean las más habituales.

Seleccionar a gente solo para una tarea y no tener más visión de futuro hace que cuando esa persona se vaya de vacaciones, se ponga enferma o se marche no podamos llevar a cabo sus funciones. ¿Es de verdad lo que necesita la empresa? Una empresa no puede permitirse un par de semanas o incluso más de parón de ciertas tareas. Es por ello que, por el bien de la empresa, en un departamento, todo el mundo debería saber hacer todas las labores, aunque luego, cada uno haga las suyas. Pero siempre habrá quien sepa hacer las labores de un compañero que se ausente por vacaciones, enfermedad…

ALEGRARNOS POR EL ÉXITO AJENO

Para un responsable debe ser un orgullo ver que personas de su equipo promocionan y prosperan dentro de la organización. Si no dejamos crecer a nuestras personas con talento, no dudarán en brillar en otra organización.

Si un líder o responsable se encarga de blindar su posición haciendo que todas las personas de su equipo, queden siempre por debajo o les impida proponer mejoras adecuadas para la empresa, tienes un grave problema de mediocridad. Un buen responsable tiene que tener esa visión analítica para saber rodearse de personas que le complemente y le sumen. Si solo quieres personas que aplaudan tu trabajo, hagan lo que les dices y rían tus gracias, tu empresa tiene un grave problema.

La cúpula directiva de una empresa debe elegir a las personas más necesarias para dirigir sus áreas claves. Las personas que ocupan puestos de responsabilidad nunca lo saben todo y se equivocan como todas las personas. Necesitamos tener personas que nos den otras ideas diferentes y nuevas, además de que nos lleven la contraria con argumentación objetiva. Fuera se hacen cosas de las que poder coger ideas que nos refuercen y renueven.

Pensar que lo único válido y bueno es lo que siempre se hace en tu empresa, es carecer de olfato corporativo. El cementerio está lleno de empresas que murieron de éxito por quererse en demasía.

Se debe fomentar que dentro de los equipos de trabajo aprendan unos de otros y se acepten tal y como son. Es cuestión de actitud; además, influye totalmente el tipo de líder que se tenga. Algunos responsables fomentan la competitividad frente al compañerismo dentro de su equipo, para tener más cota de poder.

Todos en algún momento hemos tenido miedo del potencial de un compañero, aunque luego te das cuenta que os complementáis bien. ¿Has sufrido hipersimiofobia?

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