Muchas personas sueñan, aspiran y añoran tener libertar para elegir sus tareas, proyectos o actividades. Es más, muchos emprendedores deciden empezar por tener esa libertad absoluta de elección para elegir con quién trabajar, los proyectos en los que embarcarse y buscar a su red de colaboradores. Esto puede ser la primera aspiración para emprender, aunque hasta llegar a eso, llevará su tiempo. Esto supone que al principio a un emprendedor le tocará acepar proyectos, clientes y colaboradores que para nada tengan que ver con su ideal. Es necesario ir subsistiendo con todo lo que llegue y, a partir de cierto tiempo, se puede evolucionar y crecer para poder tener más capacidad de elección, al tener ya una cierta autonomía económica.

Pero tampoco nos engañemos. Esta libertad no es exclusiva de la cuenta propia. El momento actual nos va a hacer trabajar más por proyectos en los que decidamos embarcarnos, sabiendo de antemano su duración concreta y, a partir de ahí, nos organicemos en consecuencia. Lo que está claro es que los proyectos por cuenta propia o por cuenta ajena ya tienen un inicio y un final claro, no siempre certero ni concreto.

Muchas veces conseguir un cliente, trabajo u oportunidad lleva mucho esfuerzo, dedicación y proactividad. Eso sí, por muy bien que hagas tu trabajo o tu actividad, las cosas se pueden acabar por circunstancias diversas. La libertad también la da tener varios proyectos, actividades o trabajos, es decir, no depender únicamente de una fuente de ingresos, para no tener esa dependencia económica. Podemos tener un proyecto principal y otras actividades secundarias que nos den ingresos extras. De esta forma, aunque se acabe el proyecto principal, tenemos unos ingresos recurrentes y tenemos margen de maniobra para buscar otras alternativas. Si solo tienes un proyecto y se acaba, tienes que improvisar mucho y te apura encontrar alternativas de ingresos, que no siempre llegan cuando se necesitan.

Tendremos que asegurarnos de mostrar de forma activa:

  • Lo qué hacemos
  • Nuestros conocimientos o sapiencia
  • Los resultados que obtenemos
  • Qué somos capaces de solucionar
  • Nuestros logros profesionales objetivos
  • Adversidades superadas
  • Proyectos ejecutados
  • Cosas organizadas
  • Formaciones impartidas

Esto, a priori, no te dará de forma directa clientes o proyectos, sin embargo, sí que permitirá que estés en boca de muchas personas u organizaciones. Se trata de que te asocien con las materias, especialidades y áreas en las que eres un especialista. Así podrás saber qué imagen tienen los demás y si llegas a los demás de la forma que necesitas.

Saber vender nuestro trabajo adecuadamente nos permitirá conseguir que otras personas u organizaciones decidan comprar tus servicios. Es estar en la mente de los demás y que tú estés entre las opciones a elegir. Algunas veces serás el elegido y en otras ocasiones te quedarás a las puertas. Esto es la vida misma, trabajes por cuenta propia o ajena. Lógicamente, si trabajas para ti necesitas hacer muchos presupuestos para tener más opciones de ser el elegido. Aunque si trabajas para otros, tendrás unos objetivos que cumplir igualmente, por lo que será esencial estar en movimiento y abierto al mundo.

Muchas personas que trabajan por cuenta ajena dicen que no tienen ni libertad ni autonomía para elegir. Si tu proyecto es de 40 horas a la semana con tu empresa, tendrás que apostar por tu tiempo libre fueras de esas horas. Veo más de lo que me gustaría que mucha gente asocia que trabajar para otro conlleva que te tengan que decir siempre lo que tienes que hacer, es decir, que te den todo mascado. Aquí os equivocáis; os han elegido por vuestra experiencia, conocimientos, competencias, trayectoria y por otras razones que os hacen ser la persona adecuada para acometer ese trabajo. Vosotros sois los especialistas, esto conlleva que una vez que conocéis el proyecto, la organización, su funcionamiento y lo que debéis conseguir, os deberíais organizar vosotros para llevar a cabo vuestro trabajo de la mejor forma posible. Es muy triste, desolador y aburrido, ver a personas con rol cualificado que esperan que siempre los demás les digan lo que tienen que hacer. Te pagan por pensar y acometer tareas, no por calentar una silla.

Siempre tenemos libertad de elección, otra cosa es que aceptar esa libertad sea cómodo. A veces tenemos que arriesgar y pasar a entornos incomodos para cambiar las cosas. Si tienes cosas en tu proyecto o trabajo que no te gustan, deja de quejarte y busca soluciones para mejorarlo. Lo ideal sería que los demás se diesen cuenta y te lo facilitasen aunque, seamos realistas, esto casi nunca ocurre. Si algo no te gusta, no dudes en manifestarlo y aporta soluciones que permitan darle una solución adecuada.

Todos somos ya mayores para saber lo que es correcto e incorrecto. No podemos pretender que otros asuman nuestra responsabilidad. A veces no hacer lo que debemos conlleva que nos corten libertades y que nos dejen escasa autonomía, porque hemos decepcionado a los que nos dieron una oportunidad en su momento. Otras veces, algunas empresas aplican la ley de “que paguen justos por pecadores”, es decir, castigan a todas las personas y no solamente a los incumplidores. Esto conlleva que los que se escaquean ganen y lo sigan haciendo porque no se dan por aludidos, debido la generalización de las medidas restrictivas.

Se trata de asumir nuestra auto responsabilidad para seguir teniendo cota de autonomía y libertad. La libertad de elección conlleva barajar todas las posibles opciones y saber cuál de todas ellas nos conviene más desde una perspectiva global.

A veces también ocurre que tiene mucha desidia en tu trabajo o proyecto, debido a que te has llevado muchas decepciones, te han dado muchos golpes, tus responsables te han ninguneado, te han cargado de tareas, ves que otros en tu rol viven mucho mejor… Debemos ser responsables y no hacer pagar a otros aquello de lo que no son responsables. Está bien que te adaptes y tomes las decisiones oportunas para evitar esas cosas. Asumo que si tú no te preocupas por ti mismo, nadie más lo hará por ti. Algunos anhelan que otros se acuerden de ellos, que les valoren el trabajo y que les den a nivel profesional lo que merecen por méritos propios. Tienes que saber potenciar tu trabajo, tus logros y tu valía, sin necesidad de que otros lo hagan por ti.

Ahora te animo a que hagas un inventario de tu capacidad de libertad y autonomía en tus proyectos y trabajos, planteándote las siguientes preguntas:

¿Qué capacidad tienes para decidir qué tareas hacer en cada momento?

¿Qué libertad tienes en la capacidad de decidir de qué f0rma hacer tu trabajo?

¿Qué nivel de control tienes por parte de tus responsable, empresa o clientes?

¿Qué ocurre si no obtienes resultados en tu trabajo?

¿Cada cuánto pruebas formas diferentes de hacer tu trabajo?

¿Qué nivel de resultados obtienes con la realización de tu trabajo?

¿Te pagan por tu tiempo o por lo que haces y consigues en ese tiempo?

Me gustaría conocer vuestra opinión al respecto para generar un debate de valor sobre la autonomía y la libertad.

En esencia, ¿Qué nivel de libertad tienes en tu vida profesional?

* Fuente imágenes utilizadas https://unsplash.com