Cuando haces algo para otro, te gusta saber si ha resuelto sus necesidades. Pero no siempre esa opinión es compartida.

Si vamos a la tradición hablando, se suele decir que no tener noticias son buenas noticias. Puede ser, aunque depende de para qué. Si estás participando en un proceso de selección y pasa tiempo sin tener noticias, quizás no sea positivo. Del mismo modo, si estás trabajando y no se te da ningún reporte sobre tu trabajo, también desanima.

En la vida normal no vale el “silencio administrativo” que en algunos casos se interpreta que esta falta de comunicación es positiva, es decir, que se ha aprobado y/o concedido.

En la vida real el silencio, es decir, la falta de respuesta o la falta de feedback producen desasosiego, desesperación y desidia. Pensemos siempre en la otra parte; toca ponerse en su lugar. Igualmente, no prometáis cosas que no sabéis si podréis cumplir; muchas veces nos metemos nosotros mismos en vergeles evitables.

Todavía es común encontrar a aquellos que llevan tiempo trabajando en una empresa y no reciben ningún feedback sobre su trabajo. De igual forma, quienes llevan poco tiempo colaborando en esa organización sufren la misma desidia. Sus empresas y responsables dan por hecho sus empleados son conscientes que ellos están contentos, de lo contrario, ya se habrían deshecho de ellos. Y como siempre digo, no hay que dar nada por hecho, sobretodo, cuando cuesta tan poco hacer las cosas bien.

Imaginemos a María que lleva 1 año trabajando en la empresa CVN que se dedica a la fabricación e instalación de placas solares. Ella estudió un grado universitario de marketing e investigación de mercados. Estuvo trabajando 2 años en una consultora de marketing como técnica junior de Marketing online. Decidió marcharse de esta empresa para trabajar en la empresa CVN en un puesto de técnica de marketing e investigación de mercados con mayor proyección. En las primeras semanas tuvo asistencia de su responsable y de sus compañeros, con algunas indicaciones, aunque en muchos aspectos, le tocó buscarse la vida para aprender; no recibió demasiado apoyo.

Tras concluir su primer año, no ha recibido ningún tipo de feedback de la empresa ni de su responsable directo. Ella cree que ha hecho un buen trabajo, ha tomado la iniciativa, ha solucionado problemas y ha asumido más trabajo del que le correspondía para demostrar su valía. Ha recibido como recompensa más carga de trabajo. Tras los primeros meses de adrenalina máxima y energía positiva, está comenzando a estar estancada y desmotivada. Siente que no se le valora, nadie le ha felicitado por su trabajo, tampoco le han indicado mejoras, nadie se ha reunido con ella y tiene mucha incertidumbre sobre su futuro. Siente que no pinta nada en la empresa y que es un número más dentro de la compañía. Para mejorar dentro de una empresa uno necesita tener un feedback constante sobre lo que hacas bien y sobre lo que debes mejorar, con ayuda y asistencia de tu empresa y jefe directo para evolucionar con su apoyo. María seguramente recibirá notificación para comunicarle que le renuevan el contrato y eso ya es suficiente para que asuma que están contentos con ella. Al final María se acomodará con sus vicios y errores, es más si quiere prosperar y sentirse valorada, igual decide cambiar de empresa.

Muchos pensareis que el caso de María es excepcional ¿qué opináis? Desgraciadamente es muy habitual. En la mayoría de empresas falta un claro feedback sobre la evolución de sus personas. Hay que destacar los puntos fuertes del trabajo y los aspectos a mejorar. La comunicación no puede basarse simplemente en echar la bronca por errores. Es más, muchas veces faltan directrices básicas sobre el trabajo a realizar en algunos proyectos; esto conlleva tener trabajar dos veces (o más). ¿Tanto cuesta dar las indicaciones necesarias para evitar trabajar varias veces? Nadie puede meterse en la cabeza del otro. Lo que quieras que los demás sepan comunícalo de forma clara y concisa.

Mi recomendación es que no esperéis a que salga de vuestra empresa y/o responsable el daros feedback sobre vuestro trabajo. Lo mejor es que directamente preguntéis qué opinión tienen sobre vuestro trabajo, qué aspectos destacan y qué otras cosas creen que podéis mejorar. Es una buena forma de obtener información para saber la opinión de los demás.

Las personas necesitan escuchar lo que hacen bien, no cuesta nada el decirlo directamente a cada persona, es una forma de agradecimiento público que se valora y necesita. No podemos dar nada por hecho. Muchas veces la gente interpreta que está haciendo un buen trabajo y no siempre es así.

Para empezar, en vuestra organización hay que preguntarse lo siguiente: ¿Qué objetivos tiene que alcanzar cada trabajador? ¿Cómo se fijan los mismos? ¿Qué seguimiento se hacen de esos objetivos o resultados? ¿Cómo se ajustan esos objetivos? No vale decir que se va sobre la marcha.

Si gestionas equipos tienes que comunicarte de forma habitual con tus personas, para escucharles, ayudarles y reconducirles. Con echar broncas no conseguimos nada (es más, obtenemos el efecto contrario), igual esa persona no sabe cómo hacerlo y necesita que le echemos un capote a encontrar otra forma de resolver ese problema. Lo que está claro es que nadie ha nacido enseñado.

El feedback debe ser permanente en el tiempo. No cuesta nada decir lo que se hace bien. Solo parece que se debe decir lo mejorable. Esto al final genera confianza mutua.

Cuando uno busca empleo u oportunidades sufre esa travesía silenciosa, solo va recibiendo notificaciones conforme va pasando fases y, si al final, es la persona elegida para incorporarse. Muchas veces le prometen recibir comunicación tanto positiva como negativa de si siguen en ese proceso, que normalmente, no se respeta. A veces, el único mensaje es que otra persona encajaba más con el perfil requerido y que en su caso no sigue en el proceso. Algunas empresas ya dan feedback a los candidatos descartados o no elegidos para que mejoren de cara futuros procesos de selección.

Mi recomendación que cojáis el toro por los cuernos y seáis vosotros los que toméis la iniciativa en aquellas empresas en las que habéis participado de forma activa en alguna fase del proceso de selección. Lógicamente, si mandasteis vuestro CV y no os han llamado, no os pueden dar ningún feedback; probablemente no lo leyesen en profundidad.

Os incluyo alguna pregunta que podría ser interesante incluir:

¿Qué puntos fuertes tiene mi candidatura?

¿Qué destacarías de mi cv y que mejorarías?

¿Qué competencias destacas de mí? ¿Qué competencias debo reforzar?

¿Qué debo mejorar en futuras entrevistas o pruebas de selección?

¿Qué hizo que os decantaseis por otro candidato?

Si están muy ocupados, solicítales ese feedback por teléfono y si tienen un hueco que os respondan por escrito.

Quizá una forma de llamar su atención es darles a los reclutadores feedback objetivo sobre la forma de realizar su trabajo de reclutamiento con respecto a vosotros. Ya sabéis, feedback constructivo, es decir, cosas positivas y aspectos a mejorar con respecto a futuros candidatos.

Al final, también uno con independencia de que este trabajando y/o buscando nuevas oportunidades debe hacerse un autofeedback objetivo, sobre su papel en la organización o en el proceso de selección para detectar cosas a pulir o mejorar. No podemos descargar toda la responsabilidad en la otra parte.

Vivimos en la época de las redes sociales, donde todo el mundo da “likes” o “no likes” a la gente. Ya empieza a estar en nuestro ADN. Si lo hacemos con esto… ¿por qué no lo hacemos en el ámbito laboral?

Hacer siempre lo mismo no ayuda, tenéis que buscar otras formas diferenciadoras de hacer las cosas.

* Fuente imágenes utilizadas https://unsplash.com