Estos días han sido complicados o lo serán en breve para aquellos que empiecen en la universidad. La elección de los estudios nunca es tarea fácil, muchos jóvenes a esas edades no tienen una vocación clara, tienen muchas dudas que disipar, aunque no siempre los sitios y las personas que les ayuden a resolverlas de una forma práctica y diligente.

Hoy voy a dar algo de biografía. Mi primer trabajo no cualificado fue de camarero durante la realización de mi carrera (hoy grado). Quería experimentar lo que era trabajar y el esfuerzo que suponía ganarse un salario. El primer salario fue para mí un gran aprendizaje; se comienza a valorar más las cosas, cuando es tu familia la que te proporciona todo, no valoras la suerte que tienes pero cuando ese dinero sale de tu sudor y esfuerzo, te das cuenta de lo que cuestan las cosas. El primer trabajo relacionado con mis estudios de derecho fueron unas prácticas laborales en un portal de noticias jurídicas, corrigiendo publicaciones jurídicas y resolviendo dudas de índole legal a entidades locales. Aquí no hubo relación contractual. Al finalizar estas prácticas, me surgió la posibilidad de realizar otras prácticas en una entidad financiera. Tras acabar mis prácticas de tres meses me ofrecieron un contrato. Mi respuesta fue afirmativa. En aquel momento, necesitaba adquirir experiencia.

Tras acabar mis estudios de derecho, tenía claro qué asignaturas me gustaban más y cuales menos, aunque no tenía una vocación profesional clara, de hacia dónde enfocarme profesionalmente. La elección de este grado no fue vocacional; a priori tenía bastantes salidas a futuro, aunque desconocía qué requería especialización posterior. Si pudiese volver atrás, posiblemente estudiaría el grado de psicología sin duda alguna, aunque no me arrepiento de mi elección inicial.

Ante la pregunta de cómo elegí mi primer trabajo en la banca, la respuesta es simple: Más bien el trabajo me eligió a mí. Comenzamos en esa entidad financiera 40 personas de prácticas, una por cada sucursal. Finalmente nos contrataron a 4. Al finalizar los tres meses de beca, no tenía claro si el sector financiero era para mí o no. Quería trabajar y esa era una buena oportunidad. Estuve trabajando en esa entidad financiera tres años. Tras ese período contractual me di cuenta que el área bancaria no era para mí, no porque no se me diese bien, sino porque no me despertaba pasión. Aprendí grandes lecciones, como por ejemplo cómo vender productos, cómo fidelizar clientes, cómo dar un buen servicio, aprender a tratar a la diversidad de personas que existen, tener varios jefes y compañeros de todo tipo, asumir mis propios errores fruto de la práctica y otras muchas cosas. Aquí me di cuenta que mi vocación eran las personas y decidí especializarme en recursos humanos.

Muchas veces cuando uno acaba su formación, se obsesiona en trabajar “de lo suyo”, cuando quizás sea muy difícil verbalizar qué es “lo suyo”. La vida nos tiene preparado un camino a veces distinto al que pensamos. Lo primero que tenéis que hacer es adquirir experiencia para poder discernir con más concreción qué áreas, sectores o materias relacionadas con vuestros estudios os gustan más. Los primeros trabajos nos enseñan competencias que nos sirven para nuestras demás experiencias laborales. A posteriori, las iremos mejorando, puliendo y adaptando.

Cada vez más, nos encontramos con que muchos jóvenes, se dan un encontronazo con la vida real. Creen que por haber hecho un grado universitario, ya pueden pedir el oro y el moro en su primer trabajo, cuando en realidad, solo han aprendido la teoría. Les falta ponerlo en práctica. Hay todavía algunos que ni siquiera se plantean realizar prácticas, en donde la remuneración es muy reducida y no se comienza a cotizar. Aunque se vea como una práctica abusiva, que no voy a entrar en ese tema, hay que verlo como una forma de adquirir experiencia y, además, como una oportunidad de conseguir un puesto si surgiera. A veces las oportunidades laborales llegan de esa forma. Es una forma de demostrar nuestra valía y de que somos capaces de hacer con nuestros conocimientos. Lógicamente, es una decisión muy respetable la de aquellas personas que no aceptan prácticas.

En mi juventud, también me pensaba que era el rey del mundo, que era el mejor, aunque asumía que me quedaba mucho que aprender y eso conllevaba bajar mis expectativas iniciales. Con esto, no quiero quitar las ilusiones a nadie pero me gustaría hacer reflexionar y permitir darse cuenta que los salarios más altos vienen más adelante, no recién terminados los estudios. Cuando adquiráis más experiencia, llegará vuestro momento en el que podáis exigir vuestras condiciones.

Comenzar en un trabajo y/o sector, ahora más que nunca, no significa que continuéis trabajando para siempre en esa empresa y/o sector. Tenéis que experimentar y asumir que vais a trabajar en bastantes organizaciones y sectores. Vuestra etapa formativa tiene que continuar para estar preparados para los cambios constantes.

Está muy bien tener expectativas de trabajar en la empresa X; de todas formas, es posible que para hacerlo, tengas que trabajar previamente en la empresa Y, o Z. No siempre el camino más rápido para llegar a tu meta profesional es el que deseas. Las empresas buscan personas que les aporten experiencias y bagajes diversos, no simplemente conceptos teóricos.

La clave bajo mi opinión es comenzar a trabajar e interactuar con las empresas de alguna forma. Los comienzos no son fáciles para nadie cuando se está comenzando; necesitamos que alguien confíe en nosotros. Tenéis que ser perseverantes y no tirar la toalla. Tenéis que demostrar vuestra energía, actitud y ganas de comeros el mundo. Al final esas cosas se transmiten con nuestro lenguaje y forma de comportarnos con las personas que nos entrevistan.

Tampoco descartéis comenzar a trabajar en una empresa grande en algún puesto que nada tenga que ver con “lo vuestro”. Comenzar de cajera no significa que tengáis que estar trabajando siempre de eso. Está bien que estéis al tanto de otras oportunidades o vacantes en esa empresa más acordes con vuestra formación. Muchas personas dan el salto de una posición a otra por promoción interna.

Ante todo, para aquellos que estéis en proceso de búsqueda, quiero transmitiros positividad; las primeras experiencias marcan, aunque no nos condicionan para nada. Podéis girar vuestro enfoque profesional hacia donde queráis en cualquier momento. Una vez tengáis ya experiencias podréis comenzar a elegir más vuestras opciones de dónde quieres trabajar.

¿Cómo esperabas que fuese tu primera experiencia laboral?

Fuente imágenes: propiedad de Juan Martínez de Salinas