En algún otro post he abordado el tema de las “startups”. Para refrescar el concepto y por definirlo de una forma rápida, se trata de empresas de reciente creación con un perfil meramente tecnológico. Por lo general, suele tratarse de compañías creadas por personas con una edad media de 25 años, por lo que conlleva una falta de experiencia profesional que no conocimientos. Así que hoy quiero hablar sobre cómo los perfiles sénior con una dilatada experiencia pueden complementar esta falta a una startup.

Para empezar tenemos que partir que una persona que ha creado una startup tiene muchas capacidades, conocimientos y valores. Un punto a destacar es su valentía, además de ser visionario porque es capaz de ver una necesidad y decidir lanzarse a crearla. Igualmente, el emprendimiento fluye en sus venas y genes, aunque el piense que no. Pero no olvidemos que estas personas no pueden saber de todo y necesitan tener un equipo global y diversificado que les aporten aquello que ellos no dominan. No pueden saber de todo en profundidad aunque lo pretendan.

¿Qué pueden aportar aquellos perfiles con gran experiencia a una startup? Obviamente muchas cosas, aunque habrá que tener en cuenta varias cosas: Para empezar, vosotros tenéis el conocimiento, pero también habrá que ver qué es lo que la dirección necesita e intentar comprender su visión y forma de actuar. Vuestra forma de ver la vida y la empresa no es la única. Pero la experiencia no os da el poder. Vuestro jefe os necesita, pero no podréis imponer vuestra forma, sin su aprobación. Es por ello que tendréis que saber vender vuestra candidatura de una forma diferente, es decir, haciéndoles ver que sois autónomos, resolutivos y con ganas de hacer cosas diferentes. Igualmente, es importante que sepáis dar importancia al trabajo en equipo, visto desde la búsqueda de soluciones cuando se requieran. Una startup os va a permitir aportar nuevas cosas pero al mismo tiempo, no necesita de las personas que dicen “yo ya he hecho mi trabajo”, ya que denota poco espíritu de trabajo en equipo y no ayuda al bien general de la empresa.

En el otro lado, si eres el creador de la startup puedes pensar que estas por encima del bien y del mal, sin embargo, no olvides mantener los pies en la tierra. Tienes tus ideas, tu emprendimiento, tu conocimiento… pero no eres capaz tu solo de hacer todo. Obviamente, tu forma de ver la vida, la empresa y la profesión puede ser diferente y necesaria. Aunque no olvidéis que no es la única forma de verla. Precisáis un equilibrio. Esto significa tener a tú alrededor profesionales que os aconsejen lo correcto y no solo lo que os gustaría escuchar. Para que vuestra startup pase de los 3 años de vida es preciso que tengáis personas que os ayuden a crecer, evolucionar y consolidaros en las diferentes disciplinas corporativas de vuestra startup. Tendréis que crear un equipo sólido con el que desarrollar vuestro proyecto.

Si eres una persona con bagaje profesional pensarás que tus valores son los correctos y los que se necesitan. Sin embargo, debéis desaprender esto y estar dispuestos a asumir otros roles. Es decir, tenéis que tener la mente abierta a otras formas de pensar, estar dispuestos a ver a personas que podrían ser vuestros hijos o sobrinos como colegas. Es decir, les debéis tratar como uno más. Esto supone empatizar para que el “buen rollo” sea lo que impere en esa empresa.

Si quieres optar a trabajar en una startup debes de plantear soluciones innovadoras, plantear tu periplo profesional de una forma atractiva y analítica que llame la atención de los creadores de esa startup. A este tipo de compañías no les faltan personas que quieren formar parte de ellas. Aunque quizá lo que les falta es gente con un valor diferenciador de lo que pueden aportar. Muchas veces, los candidatos solo exigen antes de llegar, cuando puede ser que tengas que aportar antes de poder exigir lo que merezcas o valgas. Si quieres trabajar en una empresa donde te limites a hacer lo que sabes, sin aportar nada más, una startup posiblemente no es tu empresa. En este tipo de organizaciones tienes que hacer lo que mejor sabes, está claro, aunque no puedes olvidarte de ayudar a las otras áreas de la organización a avanzar y evolucionar. Es necesario que sigáis teniendo ganas de comeros el mundo. Trabajar en una startup requiere tener una mente abierta, donde seáis conscientes que las cosas se pueden hacer de muchas maneras y que loas conocimientos van evolucionando. Es decir, los conocimientos que tenéis no pueden ser permanentes en el tiempo y menos en pleno siglo XXI. Trabajar en una empresa de este tipo es un reto para los profesionales con amplia experiencia a sus espaldas, porque les exige estar dispuestos aportar, usar su experiencia, pero al mismo tiempo, cambiar lo que han hecho siempre, para sobrevivir y avanzar.

Una startup necesita personas de diversos tramos de edad que puedan dar esa visión diferenciadora, más que una empresa de cualquier tipo de tamaño. Será aquí donde lo que enriquece esas visiones tan dispares, donde el éxito sea buscar soluciones grupales, donde los diferentes puntos de vista hagan llegar a lo más correcto, que de otra forma no sería posible llegar al éxito.

El cambio de actitud será necesario. Y recordad. Hay que olvidar expresiones del tipo “podría ser mi hijo” “este niñato qué me puede aportar a mi” o del tipo “Ese yayo me va a decir a mí lo que tengo que hacer” “Necesito personas con la misma forma de ver las cosas que yo”. Este tipo de expresiones pronunciadas por cualquiera de las dos partes aleja en vez de acercar. Antes de juzgar uno deber dar una oportunidad a lo nuevo o mejor dicho a lo que desconoce.

Bajo mi punto de vista, una startup tiene muchas posibilidades de ser exitosa si sabe crear un buen equipo, con perfiles diferentes pero que se complementen y permitirán desarrollarse profesionalmente, algo que será gratificante para los integrantes de la misma.

En próximos artículos ahondaré sobre qué tiene que hacer un senior para enviar su candidatura a una startup y por otro lado, cómo un creador de una startup debe buscar a personas con experiencia para su empresa.

Y por último, como suelo hacer, os planteo un par de preguntas… ¿Qué podéis aportar a una startup? ¿Qué os puede aportar una trabajador senior a vuestra startup?