Una vez que hemos seleccionado al candidato que más se ajusta al perfil que buscamos, viene el siguiente paso: la incorporación al puesto de trabajo.

Esta claro que lo que más se va a valorar por los responsables y el departamento de recursos humanos es que el trabajador efectué las funciones de su puesto de forma excelente y que vaya adquiriendo día a día más rendimiento en el desempeño del mismo.

Que la empresa este contenta con el rendimiento de un trabajador va a estar basado en gran parte en como realice su trabajo concreto. Sin olvidar por supuesto otra parte muy importante: la actitud del trabajador hacia su trabajo.

Un trabajador puede desempeñar muy bien las funciones específicas de su puesto, sin embargo, su actitud hacia su trabajo, compañeros, etc., puede ser negativa.

Esto se da más habitualmente de los que creemos y esta claro que no se puede tolerar. La actitud con la que se desempeña el trabajo también tiene que ser valorada.

La actitud global en el puesto de trabajo tiene que ser la esperada por muchas discrepancias que uno pueda tener con la organización en la que trabaja.

Si un trabajador efectúa muy bien su trabajo por un lado y por otra parte su actitud es negativa en el trato a sus compañeros, hacia los procedimientos y políticas de la compañía, hay que tomar una posición de firmeza para erradicar ese tipo de comportamientos.

En el momento que se adquiere por parte de algún trabajador una actitud de agresividad hacia la empresa expresada de alguna de las siguientes formas (saltándose los procedimientos establecidos, dedicándose a malmeter rumores falsos sobre su compañía, contando solamente la parte que le interesa de algún problema que haya tenido con la empresa o organización, faltando al respeto a los miembros de algún departamento de la empresa, etc.) nos encontramos con serio problema que no se ha de permitir.

Por mucha razón que crea tener el trabajador en el momento que adquiere ese tipo de comportamientos, lo primero que se ha de hacer es evaluar objetivamente qué es lo que le ha llevado a esa situación. Perderá toda la razón que pueda tener en el momento en el que pierda las formas y la educación, que desgraciadamente, ocurre muy frecuentemente.

Antes estos comportamientos solo quedan dos tipos de acciones a tomar por parte del departamento de recursos humanos:

1.- Amonestar al trabajador.

2.- Sino desiste en su actitud poner fin a la relación contractual por decisión unilateral de la empresa.

Tener este tipo de trabajadores en la compañía puede generar muchos problemas internos en caso de que no desistan de ese comportamiento, por lo tanto, es mucho mejor para la organización prescindir de sus servicios.

Este tipo de personas toman la actitud de ir contra la totalidad de la organización de la que forman parte sin ver con objetividad la situación. Ellos tienen tienen que tener claro que sino están de acuerdo con el funcionamiento de la organización por algunos de los siguientes aspectos (salario, funciones, reconocimiento de su trabajo, etc.) y ven que no va a cambiar, lo mejor que pueden hacer es buscarse otro trabajo y despedirse del trabajo actual, ya que esto es totalmente licito.

Sin embargo es muy poco ético dedicarse a calumniar a la organización, quejándose constantemente de las diferentes políticas y creando mal ambiente entre sus compañeros.

Ante estas situaciones, con este tipo de individuos, hay que actuar rápidamente y no dejarse amedrentar. Sino corremos el riesgo de que un conato de incendio a nivel interno se convierta en un coloso en llamas por no tomar las medidas adecuadas en el momento preciso.