Ya se ha comentado la importancia que en toda comunicación tienen no sólo los aspectos verbales sino también otros muchos que resultan ser no verbales.

Por lo que respecta a la expresión oral, un aspecto importante es la adaptación del lenguaje al de nuestro interlocutor. Utilizar un registro similar al del entrevistado ayuda a establecer una empatía mayor en la comunicación. La voz debe reflejar diferentes situaciones a través de la entonación, el volumen, las inflexiones, los silencios, etc. Por eso, los puntos principales que cualquier entrevistador debe tener presente respecto a la voz serían:

– mantener el volumen de la voz en un nivel de conversación

– esforzarse por utilizar toda la amplitud del registro vocal

Una voz demasiado fuerte puede resultar amenazante y cobrar un innecesario protagonismo. No hay que olvidar que el 80% ó el 90% de la conversación debe ser obra del entrevistado. Por tanto, él debe ser el «primer actor».

Una voz debe resultar, en consecuencia, variada. De igual forma, la expresión facial acompaña a la voz y debe estar en sintonía con ella. En principio, se puede hablar de sólo tres medios de comunicación en la situación de entrevista: las expresiones faciales, la voz y los gestos. El entrevistador debe ser una persona «facialmente sensible», que reacciona tanto de manera verbal como facial a los comentarios de su interlocutor.

Las expresiones faciales se pueden mejorar de la siguiente manera:

– elevando las cejas de vez en cuando

– sonriendo con más frecuencia

La elevación de las cejas debe acompañar la realización de preguntas importantes. Denota interés y muestra al entrevistador como un ser especialmente receptivo. La sonrisa ayuda también a distendir. En este sentido, añadir que el sentido del humor es una cualidad cada vez más apreciada en el arte de la comunicación.

La mejora de las expresiones faciales se puede entrenar frente al espejo o a través de medios audiovisuales.La experiencia ha demostrado que son pocas las personas que tienen que tienen que preocuparse por la exageración en el uso de las expresiones faciales. Más bien al contrario, la mayoría de nosotros tendemos a atenuarlas más que a exagerarlas.

Otro aspecto de la comunicación que cobra especial importancia en la entrevista es el uso de los silencios. Algunos de sus objetivos fundamentales son:

– estimular la expresión del entrevistado, forzándole a dirigir la atención sobre sí mismo y sobre su situación particular,

– obligar al entrevistado a completar la información más allá de lo que normalmente estaría dispuesto a ofrecer,

– permitir la reflexión sobre lo que se acaba de decir y dar la oportunidad para aclarar y matizar los conceptos,

– incrementar el sentimiento de comprensión y aceptación del entrevistado por parte del entrevistador, y

– facilitar la captación del mundo emocional del candidato a través del lenguaje no verbal manifestado (en el silencio habla el lenguaje corporal de la persona, que se expresa a niveles más espontáneos y menos racionales).