He hablado en muchas ocasiones sobre el teletrabajo y su escasa implantación en España. Es algo extendido en las multinacionales. Por el contrario, muchos autónomos están acostumbrados al trabajo flexible, es decir, a trabajar desde su casa o desde donde haga falta.

Ocurre un cataclismo como el coronavirus y todo salta por los aires. Por eso, es tan importante la preparación por lo que pueda venir en un futuro cercano o lejano. Supone estar preparados y no depender tanto de la espontaneidad. Improvisar puede venir bien en ocasiones, aunque no siempre ayuda. Ser previsor supone estar preparado para diferentes escenarios y situaciones, aunque sean hipotéticas que puedan ocurrir. Si alguien nos hubiese dicho hace 4 meses que un virus iba a paralizar el mundo, le hubiésemos tildado de lunático.

El COVID-19 debería hacernos aprender la lección para que salgamos reforzados y nos preparemos para futuras adversidades. No cabe duda el daño económico que supone, independientemente de que se trabaje por cuenta ajena, propia o seas funcionario. Si se para todo, nos afecta a todos, así que solamente pido que empaticemos con los demás y que no nos creamos el ombligo del mundo.

Un concepto erróneo pero que estamos percibiendo estos días es que no tener que ir a la oficina a trabajar no implica tener vacaciones. Teletrabajar, supone desempeñar el trabajo desde casa o desde cualquier otro lugar que no sea la oficina. Tienes más flexibilidad y puedes organizarte como prefieras, con tal de realizar tu trabajo y cumplir tus objetivos. Puedes estar en contacto con tus compañeros y responsables por vía telefónica y web. Por supuesto, estos días, con tus hijos o familiares en casa, requiere ser más metódico y afinar las rutinas. Tienes que tener un lugar para realizar tu trabajo en casa, algo que posiblemente no hayamos tenido en cuenta. Pero tendremos que adecuarlo para que se pueda trabajar de la mejor forma posible. Recomiendo buscar ropa cómoda para desempeñar tu trabajo, aunque tu vestimenta dependerá de si tienes reuniones virtuales con otras personas; al final tenemos que saber adecuarnos a nuestro trabajo.

Por parte de las empresas, el tele trabajo supone tener confianza en tus personas, que te lo van a demostrar con la ejecución de su trabajo de forma adecuada y responsable. Desgraciadamente, aun muchos responsables de empresas, siguen anclados en el presencialismo, es decir, necesitan tener a todas sus ovejas en el corral para contarlas y ver que trabajan. ¿Lo hacen realmente? No por estar en la en el puesto de trabajo, se trabaja. Hay quienes van a calentar la silla. La clave diferenciadora es medir que realmente todas las personas cumplen y realizan su trabajo. Para asegurarte de que tus empleados hacen su trabajo, no vale con ver que están en su puesto de trabajo.

Aún hay quienes dicen que la actividad de su empresa no se puede realizar en formato de teletrabajo ni con fórmulas mixtas que mezclen trabajo presencial con trabajo flexible desde otros lugares. Esto es, resistencia al cambio. Debemos abrir nuestra mente y no olvidar que también tenemos que preparar a nuestras personas.

Lo primero que debe realizar una empresa, con independencia de cuál sea su actividad o sector, es analizar y determinar que funciones de las que desempeña cada persona de sus diferentes áreas o departamentos se podrían realizar desde otro lugar que no fuese la oficina. Una vez que tengamos identificadas aquellas funciones de cada puesto de trabajo que se pueden desempeñar haciendo teletrabajo, tenemos que determinar qué inversión de recursos económicos  nos conllevaría implementar la infraestructura necesaria para que nuestras personas puedan llevar a cabo el teletrabajo.  Es decir, equipos informáticos, softwares o programas específicos, dispositivos telefónicos, programas colaborativos, red wifi y demás necesidades.

Igualmente, tenemos que ser solidarios con aquellos compañeros que no puedan tener opción al teletrabajo, porque las funciones que realizan son presenciales debido a su vinculación directa con la actividad productiva de la compañía.

El teletrabajo debe suponer que las personas puedan realizar su trabajo en iguales condiciones y con la misma calidad para que sus clientes reciban el mismo trato, que si estuviesen realizando su trabajo desde la oficina.

Tener implementado un sistema de teletrabajo en las empresas supone que exista una gran coordinación a nivel comunicativo y de resolución de incidencias entre los diferentes departamentos que conforman una empresa. No siempre ocurre esto. Se debe fomentar el trabajo en equipo, generando esa cultura colaborativa, con independencia de que las personas desempeñen su trabajo online y/o de forma presencial. A veces, el trabajador mira por sí mismo, sin preocuparse del resto.

Obviamente, todas las empresas no son multinacionales, que suelen ser las que mayoritariamente tienen implementado el teletrabajo, porque llevan años preparándose y probando diferentes opciones para poder ir fase a fase.

El tejido empresarial español mayoritario son las pymes y micro pymes, es decir, algunas no disponen de los recursos necesarios para poder implementar el teletrabajo en sus empresas. Un plan de digitalización debería ir unido a un sistema de implementación del teletrabajo en nuestro sector empresarial. Al final, esta forma de llevar a cabo las labores de la empresa conlleva una flexibilización y una posibilidad de conciliar nuestras diferentes facetas de vida. Deberían de existir ayudas a las empresas para desarrollar sistemas de teletrabajo. Igualmente se debería formar a las personas y a las empresas en herramientas colaborativas y en línea que facilitan el desempeñar parte de nuestro trabajo en caso de ser necesario por una urgencia.

Después otros sectores, como la administración pública, sigue siendo 100% presencialista, cuando muchos empleados podrían desempeñar gran parte de su trabajo mediante el teletrabajo y/o sistemas de trabajo flexible. Lo único es que cuesta mucho implementar cambios que supongan hacer las cosas de otra forma en la administración pública. No olvidemos que las personas que se “escaquean” lo harán independientemente que trabajen desde la oficina o desde su casa, en la administración y en la empresa privada. El teletrabajo va unido a unos resultados, que supongan la consecución de los objetivos y no tanto, al tiempo horario de dedicación.

No olvidemos, que el trabajar a distancia de la casa central supone hacerlo aislado de tu entorno laboral, por lo que requerirá que se establezcan reuniones periódicas presenciales u online para no perder ese contacto habitual con tus personas. No trabajar juntos en un mismo espacio no conlleva no trabajar en equipo y que no exista comunicación. Cuantas personas trabajan junto a sus compañeros en el mismo espacio físico y prácticamente se ignoran. Al final, todos debemos poner de nuestra parte.

El COVID-19 ha marcado un antes y un después; tenemos que cambiar nuestra forma de percibir los cambios, tanto la tele formación como el teletrabajo son buenos y pueden conllevar estándares de calidad iguales o más altos que la formación y el trabajo presencial. Lo único es que la gente está acostumbrada a hacer “lo de siempre”. No toda la formación recibida de forma presencial es de calidad. Al final, se trata de medir la efectividad de la formación recibida y como te ha ayudado a evolucionar.

Esta emergencia que vivimos nos ha de empujar a aprender a utilizar la tecnología a nuestro favor. El poder trabajar y estudiar desde cualquier sitio y en los momentos que elijamos es beneficioso para todas las personas.

Antes de desechar el teletrabajo y la tele formación, dale una oportunidad real. No critiques aquello que no has probado o intentado.

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