Tenía ganas de ver la película “Green Book”. Tengo que decir que cumplió mis expectativas y me hizo que reflexionar. Esta película trata muy bien la situación que se vivió en Estados Unidos a partir de la década de 1960 para que las personas afroamericanas tuviesen los mismos derechos y libertades que el resto de ciudadanos. Se ve muy bien la diferencia entre los Estados del Norte con libertad e igualdad para todos con independencia de su raza y luego el contraste de los Estados del Sur, que se resistían y seguían con normas discriminatorias y racistas.

El protagonista de esta película basada en hechos reales es un laureado pianista afroamericano que decide hacer una gira de conciertos con su grupo por los Estados del Sur de Estados Unidos: Don Shirley. En esta aventura, le acompaña un asistente y chofer que contrata llamado Tony Vallelonga, que es un americano de origen italiano, que sabe buscarse la vida y defenderse.

Sabéis los que me leéis de forma continua que soy defensor de que siempre debe primar el talento por encima de todo lo demás. Lo realmente importante es lo que sabemos hacer o lo que podemos aportar. Nuestro origen, sexo, ideas políticas, orientación sexual y forma de pensar debe ser indiferente. Antes que nada, tenemos que ser buenas personas.

Lo que me ha enseñado esta película es que muchas veces tenemos que hacer cosas que son incomodas para demostrar que todo se puede hacer de otra forma. Don podría haber seguido dando conciertos en los Estados del Norte de EEUU, sin embargo, quiere cambiar las cosas a su manera. Gracias a personas como Don, otros afroamericanos consiguieron ser tratados con los mismos derechos que el resto de ciudadanos de EEUU.

Otro punto interesante que nos muestra este largometraje son los prejuicios que tenemos todos hacia cosas o personas que desconocemos y hacia las que la mayoría de la sociedad tiene rechazo. Tony es una persona que no ha tratado con personas de otras razas. Al comenzar a trabajar para Don se da cuenta que son personas como él, con sus sentimientos, necesidades y problemáticas. Le muestra que cada persona es de una forma diferente. No se puede generalizar sobre las personas por su origen, raza u otros aspectos.

Igualmente, me queda claro que todas las personas tenemos cosas que cambiar y que cualquier otro nos las puede enseñar. Tenemos que estar abiertos de mente y no dejarnos llevar por las apariencias de los demás. Va bien relacionarse con personas con otros valores y formas de pensar, para que nos hagan evolucionar y conocer otros enfoques. Tenemos que formarnos nuestro propio criterio objetivo y no dejarnos influir por los mensajes que nos llegan por otros lados. Sin darnos cuenta, nos manipulan con información, que no siempre puede ser la correcta para nosotros. Debemos investigar por nuestra cuenta para conocer todos los enfoques de una información.

Siempre digo que ponernos más en el lugar de los demás, es decir, ser mucho más empáticos nos permitirá llegar a aquello que otras personas viven, pasan o sufren. Da igual que estemos de acuerdo con ellos o no. Para entender a otras personas tenemos que intentar ponernos en su lugar. Sufrir discriminación por nuestro origen, sexo, orientación sexual, edad, creencias y demás aspectos es una lacra vital. Las personas que discriminan suelen hacerlo por desconocimiento hacia lo diferente. Muchas veces tiene que ver con la incultura y por no ver más allá de nosotros mismos. Todos somos iguales, con independencia de como seamos. Que no entendamos a otras personas diferentes a nosotros no significa que tengamos que rechazarlos. Cada uno es como es y no se puede elegir. Tenemos que indagar en los valores de cada persona y darles una oportunidad. Debemos ir mas allá de los estereotipos y centrarnos en su persona. Debemos luchar contra nuestros prejuicios. Tenemos que respetar todas las formas de vida posible, aunque en nuestra mente estemos acostumbrados a nuestra forma de vivir. Esa es una opción más.

Luego me doy cuenta de la suerte que tengo por poder vivir en libertad muchos aspectos que me hacen diferente. Debo agradecer a muchas personas que lucharon por que yo hoy pueda vivir mis diferencias a la hora de amar, vivir y pensar. No se conformaron con la típica frase de “esto es así”, se cansaron y lucharon. Cada uno de nosotros debemos luchar nuestras batallas para conseguir hacer lo justo y hacérselo ver a las personas de nuestros entornos. Determinadas actitudes, comportamientos y enfoques no se deben tolerar. Está claro que el callar y mirar a otro lado es lo más cómodo. Uno tiene que tener unos valores y defenderlos. Pero nadie vive en la perfección. Cuidado con esos que piensan que tienen la verdad absoluta y que agreden rápidamente a los que piensan o son diferentes a ellos. Se debe respetar todo. Dialogando todo se puede solucionar.

Todos tenemos derechos a ganarnos la vida. Las cosas cambian y tenemos que saber adaptarnos a esa evolución de la vida y sus reglas. No podemos coger una pataleta y volvernos violentos porque algo nos perjudique. Si consideras que se vulneran tus derechos en cualquier ámbito, debes luchar por ellos de forma pacífica, transparente y respetando a todo el mundo. Si pasas la línea roja pierdes la razón que puedan tener tus argumentos.

A la hora de relacionarnos, debemos buscar cosas que nos unan con personas que aparezcan en nuestras vidas. Da igual que sean muy diferentes a nosotros. No debemos quedarnos en lo que nos separa sino en aquellos que tenemos en común. Juntarnos solo con personas que son como nosotros nos empobrece como personas. Debemos buscar riqueza humana y esto nos lo da el tratar también con personas diferentes a nosotros.

Es fundamental no olvidar la historia. Todos hemos sufrido en diferentes épocas injusticias y problemas. Es muy fácil opinar de lo que les ocurre a otros, vosotros en sus mismas circunstancias haríais lo mismo o más. Debemos valorar el vivir en paz y con unos derechos garantizados; tenemos mucha suerte. No todo el mundo tiene esa opción y luchan por tener una vida tranquila.

Green book nos da una visión de la vida diferente y nos lanza la esperanza de que por muy difícil que sea cambiar las cosas, siempre es posible hacerlo. Cada uno debe sacar su mejor versión para luchar por dejar un mundo mejor del que nos hemos encontrado. Debemos luchar nuestras batallas.

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