Una carta presentación, como su nombre indica es eso, una carta donde se presenta algo. En este caso, se usa por los candidatos, para presentar su currículum.

Ciertamente, no es algo obligatorio, así que parte de cada uno el mandarla o no. No obstante, si tú recibes un currículum sin una introducción de para qué puesto o por qué te la mandan, ¿Qué pensarías? Personalmente, soy de la opinión que todo currrículum debe ir acompañado de su carta de presentación.

Hay quienes se creen muy listos y acceden a internet para copiar una plantilla de carta de presentación. A ver, esa carta que has encontrado, la podríamos haber encontrado nosotros, por lo que, no mandéis algo que no esté personalizado. Una plantilla de carta estándar va directa a la papelera del ordenador del reclutador.

¿Por qué se manda una carta de presentación? Para presentarse y aportar la esencia de uno mismo que anime al entrevistador a leerse tu currículum vitae. Mostrad vuestra ESENCIA y tendréis que ser valientes y mojaros. La carta tiene que hacer que el entrevistador siga analizando todo lo que le mandéis.

Lo primero que recomiendo es presentaros, decir quiénes sois de una forma cercana pero adecuada. No habrá que olvidar especificar para qué puesto presentas tu perfil profesional ni en qué áreas/materias les podéis ayudar. Aunque lo más importante en esta parte es especificar los motivos objetivos por los que habéis elegido esa organización para intentar trabajar en ella.

Un grave error es no mostrar interés por la empresa, como si el contacto fuera uno más de una base de datos que tienen miles de personas que buscan empleo.

Una vez hecha la presentación viene el desarrollo del cuerpo. Es una parte mucho más importante. No consiste en una exhibición de habilidades poéticas, sino mostrar tu valor añadido, lo qué puedes aportar, cómo marcas la diferencia, etc.; con lo que has estudiado, con tu experiencia y tus competencias. Por ejemplo, podrías indicar que eres capaz de vender cualquier tipo de producto en diferentes entornos, añadiendo un ejemplo corto y claro. No olvidemos que no se trata de repetir la misma información del currículum, sino de mencionar aquello de interés, con más información que “enganche” al entrevistador. Vuestra carta debe aportar cosas y conseguir llegar a la otra parte porque transmite carácter y diferenciación. Asumiendo que lo diferente no siempre gusta a todo el mundo.

Como siempre sugiero, una investigación previa de la empresa puede ayudar a mostrar ese interés y podéis aportar algo de experiencia en algo particular que pueda interesarle. Además, os ahorrará mandar vuestro perfil a empresas que no encajan con lo que buscáis. Una empresa no os contrata por vuestros títulos y experiencia sino porque creen que eres la persona para ayudarles a conseguir lo que precisan de un profesional de vuestras características.

No se suele dar importancia al cierre, pero debéis dejar claro que quedáis a su disposición para aclarar cualquier parte del CV o cualquier otro tema que les pueda surgir sobre vuestra candidatura. No hay que olvidar que tú precisas el trabajo pero las empresas también necesitan a profesionales como tú.

Tampoco recomiendo un “copia y pega” de carta para uno y otro envío. Cada carta debe ser diferente, adecuada al tipo de empresa a la qué se dirige, tras haber realizado la labor de investigación que he mencionado antes, porque va bien saber su situación, su tamaño, tipo de perfiles que requiere, incluso poder charlar con personas que trabajan o han trabajado en ella. Tampoco vayamos buscando el paraíso. No existe ni la empresa ni el trabajo perfecto, todos tienen sus pegas y a las cuales les debes buscar soluciones.

Como siempre, yo os aporto un consejo. Aunque penséis que lo que hacéis vosotros es lo hace todo el mundo, quizás haya llegado el momento de cambiar. No olvidéis que lo que hace todo el mundo ni es lo más adecuado ni lo mejor. Tenéis que comenzar a pensar qué es lo mejor para vosotros cómo individuo. A veces nos viene muy bien escudarnos en la mayoría para ocultar nuestra pereza o miedo al cambio.

Bien es cierto que a veces las empresas no saben valorar esas cartas diferenciadoras ni apreciarlas. A veces la carta se puede mandar con el CV y también arriesgarte; otras veces, se puede llevar en mano o incluso mandarla a posteriori. Es cuestión de pensar cómo causas más efecto.

Me gustaría conocer cuál es vuestra experiencia con las cartas de presentación, saber si las habéis utilizado cuando buscabais trabajo y también si estáis en el otro lado, cómo seleccionadores apreciáis esta herramienta complementaria en los candidatos que las mandan.

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