En el mundo de la gestión de las personas existen algunas palabras que al menos a mí me chirrían. Una de ellas es la “retención del personal”. Cuando se menciona esta palabra me dan ganas de preguntar si la retención es usando la fuerza o no. Dejando a un lado el chascarrillo, si realmente tienes que convencer a tus personas para que continúen en vuestras organizaciones, tenéis un gran problema.

Muchos empresarios y profesionales de recursos humanos comentan que es muy complicado evitar la rotación en las organizaciones. Siempre tendremos personas que no encajen con la filosofía y valores corporativos. Lo malo es cuando todas las personas quieren abandonar vuestra empresa o, al menos, llevan idea de hacerlo si les surge la oportunidad.

Debemos ponernos más en el otro lado y ahora os lanzo una pregunta. Cuando en vuestra empresa la gente empieza a irse… ¿Por qué motivos deciden hacerlo? Las razones pueden ser diversas, sin embargo, creo que en la mayor parte de los casos, podrían reducirse a cinco razones principales. Y ya os adelanto que, sorprendentemente, no va a ser la remuneración. Podrá serlo, qué duda cabe, pero sin duda será algo generado por uno de los siguientes puntos y no el motivo en si.

Quiero que las tengáis identificadas para que podáis ponerle remedio y ver si de esa forma conseguís que las personas tengan claro que continuar en vuestras empresas es la mejor opción.

POSIBILIDADES DE DESARROLLO REDUCIDAS O NULAS – Este diría yo que es uno de los primeros motivos por los que las personas deciden marcharse de una organización. El departamento de gestión de personas debe tener muy presentes las expectativas, necesidades y aspiraciones de cada una de sus personas. Si esto se ignora, queda claro que a esa organización le importa poco la evolución de sus personas. La empresa debe ser clara a la hora de expresar las opciones de evolución profesional. Igualmente, debe ser transparente cuando comunique las políticas corporativas al respecto. Por supuesto, cada persona tendrá que demostrar su valía, capacidades y competencias. El desarrollo profesional no solo tiene que ver con ascensos o promociones profesionales (cambiar de puesto). También tiene que ver con mejoras salariales por cumplimiento de objetivos y desempeño profesional. A veces, tener un aumento de salario en algunas organizaciones es subjetivo y tiene más valor el refrán “el que no llora, no mama”, es decir, que si no lo pides es que no lo quieres o peor, que no lo mereces. Las empresas deben tener identificadas a sus personas clave. Si no os preocupáis por esto, a la mínima de cambio, se os irán muchas personas.

INFLEXIBILIDAD DE CONCILIACIÓN DE VIDA LABORAL Y FAMILIAR – Otro motivo por el que muchas personas deciden abandonar sus empresas es la falta de políticas flexibles que permitan conciliar la vida laboral y familiar. Se debe de contemplar no solo teóricamente sino en la práctica real. España aún sufre mucho presencialismo. Imaginemos que la empresa AWE tiene horario de 8 a 17 de lunes a jueves y los viernes de 8 a 15, sin embargo, existe una costumbre muy extendida de quedarse a trabajar todos los días hasta las 19. Esto se debe a que a los responsables no les gusta que a sus trabajadores se les “caiga el bolígrafo” a las 17. Muchos os preguntareis si realmente es necesario quedarse más de su horario. Excepcionalmente, puede ser, durante un pico de trabajo, pero yo diría que, en la mayoría de los casos no. De todas formas, más importante que el tiempo que pasan en la empresa debería ser su productividad. ¿De qué forma se mide? Quedarse más horas no significa sacar más trabajo. Las personas tienen un horario y deben cumplirlo. Si existen picos de trabajo, ya se verá cómo se afrontan. Todo el mundo quiere poder dedicar tiempo de calidad a sus familias, amigos y aficiones. Con organización y flexibilidad es posible. Las empresas deberían ser flexibles ante circunstancias particulares de sus trabajadores. Imaginemos que algún trabajador se está separando, tiene a un familiar enfermo, no está pasando por un buen momento, etc. Deberíamos de contemplar alternativas flexibles para que esta persona pueda compatibilizar esas situaciones por las que todos podemos pasar. No olvidemos que al final, todos los trabajadores formamos otra pequeña o gran familia en la empresa.

UN MAL AMBIENTE LABORAL – Otro punto estrella para que muchas personas decidan abandonar una organización es su mal ambiente laboral. Las empresas de cara a fuera se venden fenomenal, todas son líderes en su sector con grandes posibilidades de desarrollo y con un ambiente inmejorable. La respuesta real se conoce al incorporarte. En algunas empresas nada más entrar se palpa la tensión, la desmotivación y la desgana generalizada. Si los responsables miran a otro lado, es que nada les importan sus personas. El mal ambiente se percibe por la mala relación de unos departamentos con otros, malos rollos entre compañeros no solucionados, faltas de respeto toleradas, inactividad globalizada donde cuesta llevar a cabo hasta tu propio trabajo. Tener buen ambiente laboral no consiste en decir a todas horas “cuanto trabajo tenéis”. Algo que detesto personalmente es el comentario “Yo ya he terminado mi parte”. Un trabajo no está terminado hasta que lo está realmente, por lo que sea o no tu parte, el trabajo no está terminado. Un buen ambiente laboral es aquel donde la comunicación fluye, las personas se ayudan, existes risas, se trabaja en beneficio común de la empresa, se participa en todo lo que se propone y demás cuestiones. Si tu empresa sufre de mal ambiente laboral deberéis plantearos porque razón habéis llegado a esa situación. Si algunos de tus líderes son despóticos, desorganizados y caóticos, el problema es de la dirección por haber permitido ese tipo de liderazgo. Tener jefes de ese estilo desmotiva a cualquiera.

FALTA DE RECONOCIMIENTO. Este es otro punto por el que muchas personas deciden abandonar las organizaciones. Con esto no me refiero a cobrar más salario. Estamos hablando a que se te reconozca el buen trabajo que realizas, que se te dé una palmadita en la espalda, que se te diga públicamente el gran trabajo que realizas y que te tengan en cuenta. Algunas empresas solo verbalizan a sus personas las cosas que hacen mal o que deben mejorar. No me mal interpretéis, eso es importante saberlo, sin embargo, también es necesario reconocer el buen trabajo que hacen vuestras personas. Vuestra empresa va mal si se reconoce el trabajo a las personas que menos hacen o que aparentan hacer cosas. No podéis permitir que algunos responsables o compañeros se atribuyan el trabajo que realizan otros. Si esto ocurre en vuestras empresas, veréis como de forma silenciosa las personas más valiosas os van abandonando. No olvidéis que uno no sabe valorar lo que tiene hasta que lo pierde.

UNA NEFASTA COMUNICACIÓN. Este es uno de los peores males que tienen las empresas, suelen ser conscientes y no suelen hacer nada al respecto. A veces vemos las empresas americanas como transparentes, donde todos saben los detalles más importantes de la empresa y soñamos con tan solo una cuarta parte de lo que ocurre en ellas pasase en la nuestra. Además, suele tener relación directa con alguno de los otros 4 motivos. No falla la comunicación de las empresas sino lo que falla son las personas que conforman esa empresa. Muchas veces no se tiene ningún interés en comunicar ciertos asuntos y se generan rumores que mantienen a los trabajadores ocupados en investigar la certeza de los mismos e intentando saber más. No olvidemos que la información es poder. Debes tener detectado en que niveles corporativos se queda taponada o se filtra la comunicación. Esto no se puede permitir. No cuesta tanto comunicar las cosas por los canales corporativos, hace falta tener ganas de quererlo hacer.

Si vuestras organizaciones se sienten identificadas con alguno de estos 5 problemas, os comunico que perderéis bastante personal. Si aun aguanta es porque igual no han encontrado nada o lo que han encontrado a priori es igual o peor.

Debemos de tener unas políticas integradoras y populares que hagan que nuestras personas de forma libre nos vean como la mejor opción. Imaginemos que tú tienes un buen ambiente laboral, puedes conciliar tu vida profesional y personas, se te reconoce tu trabajo, tus posibilidades de desarrollo profesional son adecuadas y la comunicación fluye. Si otra empresa te ofrece cobrar 2.000 euros más al año, ¿te irías si todo lo demás no existe en esa nueva organización? Probablemente no.

El dinero que cobras importa, sin embargo, muchas veces no es la más importante. Debemos dejar de hablar de retención y pasarnos más a la integración de nuestras personas en la cultura corporativa. Si conseguís evolucionar en esa línea, veréis como vuestras personas no os quieren dejar. Lo que no puede ser es que algunas empresas traten mejor a las nuevas personas que se incorporan que a los que llevan con vosotros más de 5 años.

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