Hace poco me comentaba un amigo que estaba comenzando en el mercado laboral lo nefasta que había sido su acogida en su primera experiencia laboral, le sorprendió que nada tuvo que ver con su proceso de selección, que la había atraído desde el principio. Uno no sabe cómo es realmente una empresa hasta que no se ha incorporado a la misma. Muchas empresas no hacen una acogida adecuada y personalizada a cada nueva persona que comienza.

Creo que podría ser interesante hablar del tema de la acogida a nuevos empleados… y he hecho un poco de memoria histórica pensando y analizando cómo han sido mis acogidas en todas las organizaciones en las que he estado. En todas mis incorporaciones, me han dado el manual de acogida para que lo lea con tranquilidad, aunque no te dejan tiempo para ello. He echado de menos que me expliquen la filosofía, valores y realidad de la organización. Aunque tengo que reconocer que la mejor acogida fue en una empresa multinacional donde me dieron una formación de 15 días de preparación al puesto, con practicas incluidas con otros empleados que ya desempeñaban ese trabajo.

Luego en todas las empresas en las que he trabajado he echado de menos un acompañamiento en los primeros meses de mi andadura en esa organización y un seguimiento constante para ver mi evolución, mis necesidades y las mejoras que debía realizar.

En varias organizaciones me han dejado “solo ante el peligro”, es decir, te dan muchísima información el primer día y el segundo día ya te buscas la vida, asumiendo que ya tienes que saber realizar el trabajo, olvidando tus compañeros y responsable por completo que eres nuevo, con independencia de que hicieses ese trabajo en otras empresas. Cada empresa es diferente y esto no se aprende en un día. El primer día tiene que ser ligero y se deben explicar las cosas poco a poco, se deben explicar más desde la experiencia y la practica, con el apoyo de otros compañeros.

Recuerdo otra empresa donde supuestamente iba a tener dos semanas de acogida y realizaría el trabajo durante esas dos semanas con observación de mis compañeros seguido del desempeño del trabajo con su supervisión. A los tres días, me dijeron, “nosotros al día siguiente ya estábamos trabajando, así que ponte las pilas”, ahí se acabó mi acogida y apoyo. Esto conllevó que tuve que hacer el trabajo solo y nadie me dijo si lo estaba haciendo mal o bien y si el proceso que seguía era el adecuado. Nadie dijo nada a partir de ese momento. Esto deja patente que pese a tener un teórico proceso de acogida y entrenamiento de un nuevo empleado, la práctica es otra cosa que no suele pasar.

También deja patente el poco compañerismo que nos encontramos en las empresas. No sería mi primera vez en la que un compañero de departamento, al sentarme con él para aprender, me han “soltado” que a él no le enseñó nadie y que no le pagan por enseñar a otros. Básicamente, me indicaron que me buscase la vida. Yo solo necesitaba ciertas explicaciones y ver como se hacían determinadas tareas.

Lo que puedo decir es que el protocolo de acogida está previsto en todas las empresas de formas más o menos estandarizadas. Lo único es que no se fomenta una cultura interna de acogida al nuevo, esto conlleva dar formación y preparar a tus personas para dar una acogida única a sus nuevos compañeros. Esto muchas veces es imposible porque esos mismos compañeros tuvieron una muy mala acogida o que por el contrario era más que mejorable. Por tanto la cúpula directiva debe preocuparse por conocer cómo fue la acogida de sus empleados y tomar conciencia de qué aspectos debe mejorar.

Aun recuerdo una empresa por la que pasé donde no te presentaban a las nuevas personas que entraban y comenzabas a ver caras nuevas y no sabía ni como se llamaban. Te tocaba a ti indagar o preocuparte si querías saber cómo se llamaban. Una organización debe presentar a una nueva persona a todas las personas que ya trabajan ahí y lo debe hacer con tiempo y poco a poco, para hacerlo de forma progresiva.

La acogida es un momento muy importante que hace ver la temperatura de una organización. Deberían existir en las organizaciones acompañantes que atendiesen e integrasen al nuevo en esa empresa. Esto haría que todo fuese más fácil. Es más todas las personas de una empresa deberían ser en algún momento acompañantes de las nuevas personas que comienzan a trabajar ahí. Aquí da igual cuál sea tu rol dentro de la empresa; lo importante es que ayudes y facilites la llegada a un nuevo trabajador. Es una forma de explicarles la empresa a través de la ojos de otra persona que ya trabaja ahí; esto debería hacerse de forma progresiva. Soy de la opinión que es bueno que personas que han desempeñado su trabajo les vayan explicando y familiarizando con el trabajo que le tocará realizar. En las acogidas también sería bueno el explicar a las nuevas personas qué hacen los diferentes departamentos de una empresa para dar valor a todos los trabajos y procesos de una compañía; es muy triste no saber lo que hace tu compañero de al lado. Esto hace que solo des valor a tu trabajo y que te pienses que las personas de otros departamentos no hacen nada.

La acogida conlleva integración y apoyo; cada persona te contará su experiencia según la haya vivido. Y como dice un amigo mío, ni los buenos son tan buenos ni los malos tan malos. Debemos asumir que nadie somos perfectos y que no pasa nada por cometer errores; lo importante es asumirlos y saberlo reconocer cuando los cometes y pedir disculpas si es lo que toca.

Las organizaciones deben demostrar que les importan sus personas con acciones y preocupándose por que se integren lo mejor posible. Es muy triste ver cómo las nuevas incorporaciones están pérdidas y nadie les facilita esa información. Y tampoco olvidemos que un trabajador bien enfocado es más rentable que uno que tiene que buscar la dirección. Una inversión de tiempo inicial puede parecer una pérdida de tiempo, pero genera más beneficios a medio plazo. Puede que unas labores puedan hacerse también en la nueva empresa, pero quizás la forma de hacerlas no sea la misma… por lo que encarrilar al nuevo puede ayudar a que empiece a ser rentable mucho antes que si se le deja a la deriva.

La acogida de una persona debe prepararse con antelación donde se establezca un cronograma de los tres primeros meses al menos con acciones, seguimiento y evaluación. Indudablemente, depende el puesto y de lo que se le ayude, el tiempo de esa acogida puede variar, ser mayor o menor.

Se debe saber qué persona está en cada momento con la nueva persona incorporada. Luego se debe ir haciendo seguimiento al menos durante el primer año. Esto es lo idea que ocurre en pocas empresas. El atender al nuevo debería ser un premio y un gusto. Cuándo a veces es visto como un “emplume” y “peñazo”. Los jefes son los primeros que deben prestar atención a la acogida del nuevo, sino están trasmitiendo mensajes erróneos a sus trabajadores.

Si a los pocos meses, un trabajador no está contento es que algo está haciendo mal vuestra organización y lo malo no es saberlo sino no hacer nada para ponerle remedio.

Debéis escuchar cómo se sienten los nuevos y para eso debéis escucharles. Aunque esto supone que a veces no escuchéis lo que os gustaría. Esto ya dice mucho de vuestra cultura de cambio. Ninguna organización es perfecta, sin embargo, sois conscientes de ello y queréis mejorar.

¿Cómo han sido vuestras acogidas en las diferentes empresas en las que habéis trabajado? ¿Qué habéis echado de menos en ellas? ¿Qué es lo que más os ha gustado de esas acogidas o recibimientos?

* Fuente imágenes utilizadas https://unsplash.com