Este pasado verano tuve la oportunidad de ver en un avión la película titulada The Founder (el fundador). Esta película relata la crónica de la expansión del imperio gastronómico McDonalds.

Antes de ver la película, no tenía ninguna idea prefijada. Tengo que reconocer que es una película que me gusto y me hizo reflexionar. Desconocía la historia de cómo había surgido la cadena de restaurantes McDonalds

No os preocupéis, que no voy a desvelar la película para los que queráis verla en un futuro.

Tengo que reconocer que el protagonista, Ray, es una persona que se crea a si mismo. Es un emprendedor convencido que lo intenta una y otra vez con poco éxito. Sin embargo, no tira la toalla sino que sigue intentándolo. En un momento determinado de casualidad se cruzan en su camino los hermanos Mac y Dick McDonald que tenían un pequeño restaurante. Aquí ya empieza toda la trama de la historia.

Aquí van mis reflexiones sobre el emprendimiento tras ver la película por si pueden servir a otras personas, además de intentar generar debate.

Lo primero que me queda claro es que cualquier edad es buena para poder emprender cualquier negocio. Ante todo, se debe creer en uno mismo a pesar de que tu entorno no te dé todo el apoyo que necesitas. Debes sacar la fuerza interior que llevas dentro de ti.

Por encima del talento, de la idea espectacular, de los más o menos medios y de todo lo demás, lo que prima para tener éxito al final es la PERSEVERANCIA, es decir, el insistir con diferentes cosas a pesar de los tropiezos. No dejarse hundir por los proyectos que no salieron como tú esperabas o que no tuvieron tanto éxito como hubieses creído. En esta película, esto queda muy reflejado en el personaje de Ray, que muchas personas lo ven como un fracasado, sin embargo, él se ve como una persona con una visión diferente.

Queda patente en este largometraje que una idea sin el enfoque, la flexibilidad, el desarrollo y la puesta en marcha correcta no sirve para nada. Ray es un personaje que puede generar antipatía porque quizás sus modos de actuación hacia los hermanos McDonald no puedan ser catalogados de éticos. Lo que está claro es que Ray creía más en el potencial de McDonalds que sus creadores iniciales. Con esto quiero manifestar que a veces no se te tiene que ocurrir la idea del siglo sino que puedes observar otras ideas o sectores que puedan necesitar otro enfoque o descomponer las piezas para intentar montarlas de otra forma.

También me hizo reflexionar sobre los compañeros de viaje. Ray tenía un acuerdo firmado con los hermanos McDonald, sin embargo, su forma de ver el negocio era totalmente diferente. Los unos intentaron imponer al otro su visión que acabó bastante mal. Cuando realizas el camino con otras personas, se deben poner en común las formas de ver cada uno ese proyecto y llegar a un consenso común que permita crecer y avanzar al negocio. De lo contrario, quizás pueda ser el momento de bajarse del barco o de buscarse otros compañeros de travesía. No olvidemos que los problemas que no se solucionan vuelven con más fuerza en el futuro.

Otro aspecto importante es que Ray carecía de un talento especial para triunfar, sin embargo, tenía carisma y no se rendía a la primera de cambio. Igualmente usaba su intuición para saber qué personas le permitirían avanzar para levantar ese imperio de restaurantes. Aunque queda patente en esta película que esto en algunos aspectos depende totalmente del azar.

Ray también demuestra que los problemas internos del negocio le hicieron creer más en él y buscar alternativas que le permitiesen salvar las pegas de los hermanos McDonald, que estaban metidos en su árbol, impidiéndoles ver el enorme bosque que estaba delante de ellos desde el principio. Ray intentó hacérselo ver a su forma pero ellos lo vieron como un ataque directo a su estupenda idea. No puedo negar que uno de los hermanos era realmente creativo e innovador aunque creo que le faltaba la visión global.

Los acuerdos siempre se deben quedar reflejados por escrito, incluyendo todo lo necesario y acordarlos entre todas las partes. Como dice el refrán, las palabras se las lleva el viento. Como suelo decir, hasta que no esté firmado un acuerdo o proyecto, seamos prudentes porque se puede torcer en el último momento. Los hermanos McDonald aquí pecaron de ingenuos y demostraron que eran buenas personas y que se fiaron de un tiburón para los negocios, que al final demostró como era.

Para terminar, no podemos negar que uno funda un negocio para ganar dinero a pesar de que luego puedan existir otro tipo de motivos indirectos como ayudar a otros, crear productos únicos y todo aquello que se nos pueda ocurrir. Todo emprendedor lo que quiere es encontrar un modo de vida que le permita vivir de eso. Si no tenemos esto claro estaremos abocados al fracaso.

Actualmente la burbuja del emprendimiento ya se está desinflando. Queda demostrado que montar un negocio es una opción más que se debe valorar con criterio y cautela. Te puede salir bien pero también mal, como todo en la vida. Desgraciadamente, la certeza absoluta sobre algo nunca la tendremos.

Me gustaría conocer vuestra opinión sobre el emprendimiento y también conocer que opináis de la historia de los restaurantes McDonalds.