Foto propiedad Juan Martínez de SalinasAño tras año, estudiantes de diferentes edades se plantean la pregunta ¿Sigo estudiando o empiezo a trabajar?

Ya he comentado en más de una ocasión que estudiar un grado universitario por sí solo no nos va a proporcionar un trabajo cualificado ni a convertirnos en mejores profesionales. Muchas personas aun piensan aun que acabar sus estudios universitarios es un fin, cuando es un medio para ayudar en vuestra evolución personal y profesional.

Uno de los grandes problemas que esta teniendo España es la excesiva sobrecualificación de su juventud y lo peor es que suelen tener titulaciones que no son requeridas por nuestro mercado laboral. Las carreras universitarias todavía deben hacer una gran transformación para acercar esa teoría a la práctica del entorno laboral. Además, creo que se olvidan que es necesario también desarrollar determinadas competencias o conocimientos técnicos o lingüísticos de los que se sigue careciendo de una forma generalizada.

Los jóvenes, al terminar su educación se plantean qué hacer con sus vidas. Los estudios, como ya he dicho, por si solo no suelen dirigir a unas profesiones concretas; lo que proporcionan es unos conocimientos determinados que a priori se enfoca más para unas actividades que para otras. Sin embargo, todo depende de la práctica posterior que se haga de dichos conocimientos, de qué se haga con esos conocimientos, de con qué otro tipo de conocimientos y disciplinas lo complementes, con las competencias clave necesarias que desarrolles, con tus capacidades y actitudes, además de con otras muchas más cosas. En nuestra trayectoria vital todo suma y nos puede valer en un futuro aunque a priori no le veamos utilidad. La cuestión es poner pasión, actitud y ganas en lo que hacemos. No obstante, en este país, parece como que la educación se basa en obtener un título sin que nos motive en absoluto el dedicarnos a eso.

Tenemos ejemplos de sobra a lo largo de los siglos de personas que han triunfado en diversas disciplinas profesionales que no tenían estudios universitarios y eso no ha sido impedimento para destacar, desarrollarse profesionalmente y lograr hitos que han perdurado. Suelen ser personas que se han dibujado a sí mismas, que han sabido hacer frente a las adversidades, que han pasado penurias y que cuando estaban a punto de tirar la toalla no lo hicieron, porque su fuerza interior les hizo continuar porque creían en su cruzada. La clave está en seguir intentándolo a pesar de las puertas que se les cierran, de sus fracasos, de sus decepciones. Lo siguen intentando y tienen claro que la acción y la práctica son sus mejores aliados. Son personas que saben cultivar aquellas competencias necesarias en cada momento.

Se deben potenciar mucho más las competencias, las vivencias y las actitudes. Es vital que cada vez más las personas experimenten, busquen soluciones, alternativas y nuevas formas de hacer las cosas. Lo peor que podemos hacer es tener que seguir un camino trazado simplemente porque está ahí delante…, siempre existen alternativas. Las cosas se pueden hacer de muchas formas. Para triunfar en la vida no es necesario estudiar un grado universitario sino que también se puede destacar habiendo estudiado un grado medio de formación profesional o la educación secundaria obligatoria por decir algo. Se deben dar alternativas y que cada persona siga el camino que estime que le puede ayudar. Es decir, que cada persona se marque su plan de estudios en función de qué materias u áreas le llamen la atención. Cada vez estoy más convencido que con ganas, fuerza mental y constancia se puede aprender de forma autodidacta lo que uno se proponga. Pero hay que creer en uno mismo y ser lo suficientemente fuerte a nivel mental.

Cuanta mayor sea la cualificación no es signo de garantías de mayores posibilidades de colocación. Uno puede formarse en muchas cosas y si  el mercado no precisa ese conocimiento habrá sido una pérdida de tiempo pues será un tiempo invertido sin el retorno esperado, si el fin era encontrar trabajo. También es cierto que toda formación siempre es útil., de una u otra manera. Siempre se ha hablado de que las competencias son transferibles a otros ámbitos.

Se debe potenciar igualmente la calidad de la formación. No todo vale y no debiera ser así. Un buen programa no tiene sólo que ver con la calidad de los ponentes sino también de los materiales y metodologías usadas. También encontramos  numerosos coleccionistas de títulos, más interesados en obtener un título que en el conocimiento que se adquiere al cursarlos. Por ello, tendremos que buscar muy bien qué instituciones nos van a dar lo máximo por el dinero que paguemos. Hoy en día, internet nos da infinidad de información, incluso comentarios sobre aquellas instituciones que son un mero sacaperras y aquellas que realmente son útiles y beneficiosas.

Aun seguimos teniendo estudios excesivamente teóricos donde la experimentación y la práctica brillan por su ausencia. Los idiomas obligatorios en muchas disciplinas académicas desde el primer curso inexistentes, cuando la internacionalización de las empresas es, hoy por hoy, una realidad. Se debe formar en competencias específicas que van a precisar en el mundo laboral como son la innovación, liderazgo y muchas otras. También se ha de enfocar cómo esos estudios pueden poner en práctica esas competencias para ayudar a sus futuros empleadores. Igualmente, determinadas asignaturas vivenciales tienen que darse en todas las disciplinas formativas para que puedan adquirir una visión global necesaria. De ahí el consejo de realizar prácticas en empresas, para empezar a poner en práctica aquello que hasta la fecha ha sido mera teoría.

Se debe potenciar que cada persona adquiera experiencia en las áreas que le llamen la atención, como ya he dicho antes, pero con independencia de qué se  estudiase en el pasado. La motivación nos impulsará a realizar algo, porque si lo queremos alcanzar nada será un impedimento. Resolveremos las adversidades usando la imaginación. Tenemos que huir de aquella formación que no nos llena demasiado y que simplemente lo hacemos por tener algunas salidas profesionales adicionales.

¿Qué capacidades os han proporcionado vuestros estudios académicos? Tener un grado universitario, ¿os hace mejores profesionales? Realmente, ¿Para qué habéis estudiado?