Foto propiedad Juan Martínez de Salinas En España, pensamos que trabajar en equipo supone trabajar con más personas dentro de un mismo departamento y en la misma organización. Pero trabajar con muchas personas alrededor no significa en absoluto trabajar en equipo.

Debemos partir de la base de que los compañeros de trabajo y de empresa no los podemos elegir. A cada uno de nosotros nos gustaría que los demás fuesen igual que nosotros, que los demás nos diesen siempre la razón, que seamos el centro del mundo… No debemos de olvidar que trabajar con otras personas supone adaptarnos unos a otros y llegar a entendernos de cara a coordinarnos y ser efectivos en el grupo. Esto es lo mismo que tener pareja, los comienzos son preciosos y más cuando cada uno vive en su casa. Todo cambia cuando dais el paso de vivir juntos porque vosotros hacéis las cosas en la casa de una forma y vuestra pareja de otra y, por supuesto, vuestra forma es la mejor. Convivir, tanto en pareja como en el ámbito laboral, supone adaptarse, de lo contrario, debemos ser conscientes que dicha colaboración, tiene una fecha de caducidad inminente.

Siempre he dicho que uno no va al trabajo para hacer amigos; si surge la amistad, será el tiempo el que nos lo dirá. Sin embargo, debemos estar por encima de comportamientos de patio de colegio. Con independencia de que tengamos más o menos afinidad con algunos compañeros de trabajo, a veces os tocará trabajar con compañeros que no os caigan bien en exceso. La profesionalidad significa saber estar por encima de eso y llegar a un entendimiento para que el trabajo salga adelante por el bien de la compañía, que no nos olvidemos, os ha contratado para darle unos resultados, no para proveeros de amigos.

Si pasamos de la teoría a la práctica, nos encontraremos con que muchas veces algunos compañeros se dedican a hacer la vida imposible a otros compañeros llegando a situaciones tensas de no soportarse. Este tipo de actitudes va en perjuicio de la reputación de la compañía y de sus resultados finales. Está claro que si algún compañero os ha hecho alguna faena o va se dedica a generar mala imagen vuestra no será vuestro mejor aliado corporativo. Sin embargo, esto no es excusa para que os neguéis a trabajar con ellos. Esto supone dedicaros con ellos a lo exclusivamente profesional.

Trabajar con otros supone adaptarnos y aprender también de ellos, porque hay que partir de la base que nadie es bueno en todo. Necesitamos la ayuda de los demás para que el trabajo se ejecute bien. No podemos lograr todo solos, siempre vamos a necesitar la cooperación y ayuda de otras áreas de la empresa.

Debemos de intentar no convertir los problemas profesionales en personales porque esto hace que la herida se haga incurable. No podemos juzgar a nadie en su faceta personal si no la conocemos bien. Está claro que vuestro trato profesional no es bueno y eso hará que no queréis ir más allá.

A veces algunas personas se sorprenden de los comportamientos de otras personas cuando les toca tratar con ellos porque les trata fríamente y de forma distante. Lo más fácil es echar la culpa a la otra parte, sin embargo, igual os debéis preguntar qué habéis podido hacerle a esa persona para que se comporte de esa forma. Eso sí, esto se debe responder de forma objetiva y con autocritica. Nadie somos perfectos.

Me sorprende cuando oigo a algunos compañeros o amigos decir, que odian a fulanito en su trabajo pero cuando les preguntas las causas, suelen responder con un “nada, pero lo odio” o “no me entró por el ojo derecho el primer día que lo conocí”… Pero tampoco es raro encontrar esos “odios” en gente que solo ven por el trabajo, pero con la que no han trabajado ni siquiera hablado. Criticar lo que hacen los demás es muy fácil y más cuando se hace desde el desconocimiento. Somos adultos y por lo tanto nos debemos comportar como tales. Desgraciadamente, hay gente en todas las empresas que se suelen comportar de manera inmadura, generando su pandilla y cerrándose, sin razón alguna, al resto. Y en muchas ocasiones, podemos decir que hace tiempo que dejaron de ser adolescentes inmaduros.

Trabajar con otras personas supone escuchar sus puntos de vista, sus opiniones, sus planteamientos aunque eso suponga que se contrapongan a nuestros argumentos y formas de pensar. Trabajar en equipo supone aprender de los demás y recapacitar sobre nuestra forma de hacer las cosas, que es una de las múltiples alternativas. La idea se basa en quedarse con la mejor que salga de un equipo, ya que puede venir de cualquiera y la decisión se debe tomar entre todos, estudiando todas las alternativas.

En todos los grupos nos vamos a encontrar el típico carácter que sabe de y menosprecia lo que hacen los demás. Todo es importante dentro de una organización. Aprender otras cosas es gratificante y nos permite estar más preparados. Siempre se ha dicho que el saber no quita lugar. Todo nos puede valer en esta vida. La mayor cortapisa para aprender algo es la desidia y la falta de motivación.

Por supuesto, trabajar en equipo conlleva el tener roces con el resto de personas porque a veces no estemos de acuerdo con sus planteamientos y tengamos dudas sobre los mismos que son los que finalmente se van a ejecutar. Esto supone hablar con el resto de miembros del equipo y lograr el entendimiento profesional necesario para que todo funcione correctamente.

Otra frase que nos hacer ver que trabajamos con otras personas pero no en equipo con ellas es cuando a ti te surge un problema y tus compañeros te dicen “ese no es mi problema” “esa no es mi guerra” “ese no es cliente mío” “yo no estoy en ese grupo de trabajo”; eso ya lo sabe vuestro compañero pero os pide vuestra opinión criterio o ayuda. Porque mañana podéis ser vosotros los que tengáis el problema y seguro que pretenderéis que os ayuden. Los clientes no son de nadie en particular sino de la empresa y la gestión puede llevarla una persona con nombres y apellidos pero su gestión en momentos críticos debe ser grupal.

Lo que también debemos tener claro es que ni vuestros compañeros de trabajo son tan odiosos ni vosotros sois tan buenos. Todas las personas tendemos a maquillar las historias de nuestro lado, adquiriendo el rol de víctima que es el que nos interesa. Para poder trabajar en equipo debemos estar dispuestos a reflexionar y estar dispuestos a comenzar de cero sin tener asegurado que la otra parte haga lo mismo.

¿Qué tal se os da el juego de trabajo en equipo?