Foto propiedad Juan Martínez de Salinas MurilloAlejandro, en 2009, como otros muchos españoles, se quedó sin trabajo y tras superar su proceso de duelo, apostó por seguir adelante y mejorar su empleabilidad. Tenía ya un grado superior de FP y decidió tomarse su tiempo para sacarse una diplomatura universitaria, aprovechando la situación del mercado laboral. Buscaba trabajo complementario a tiempo parcial para vacaciones, no siempre con suerte. Su sorpresa fue que al finalizar su diplomatura y ya con su título debajo del brazo, la situación no había amainado. Además, su perfil, muy vinculado a la construcción, el fomento y las infraestructuras, ampliamente sacudidas con la crisis, seguía estando en una situación complicada a la hora de tener oportunidades laborables escasas, por no decir nulas. Con sus ahorros mermados, su vida paralizada porque tiene que vivir con sus padres, se da cuenta igualmente que debe retomar y mejorar sus conocimientos de inglés que hace tiempo no toca. No puede obviar que supera con creces la treintena y para ser sinceros está más cerca de los 40 que de los 30. Decide comenzar de lleno al estudio del inglés para avanzar y poder defenderse y llegar al máximo nivel posible.

Alejandro se encuentra con su vida congelada y eso le presiona de tal manera que se dice mil veces en qué se ha equivocado para tener su vida paralizada y sin proyectos personales y profesionales ya consolidados. Se compara con sus amigos y amigas de edades similares. Tras pasar por bajones anímicos peligrosos y superar situaciones personales complicadas quiere comenzar a vivir cosas por sí mismo y dejar atrás el colchón del entorno familiar y de su círculo de amigos. Se ha cansado de esperar y en 2015 decide poner rumbo a Inglaterra para poner en práctica su inglés, reforzarlo con un curso y con la firme intención de comenzar una nueva vida profesional allí. Ya solo le queda descontar del calendario los días para que llegue el día de irse. Alejandro, ánimo pero recuerda que solo se trata de un “hasta pronto”.

Con esta introducción quería dar voz a muchas personas que se sentirán Alejandro porque han vivido algo similar, lo estarán viviendo o lo van a vivir en breve.

Está claro que no es fácil salir de nuestro país para buscarnos las habichuelas, sin embargo, es una vivencia única que nos hace conocernos mucho más a nosotros mismos, nos pone al límite y nos hace buscarnos la vida por nosotros mismos.

Alejandro como todos los demás sabe que los principios serán complicados y se va con muchos consejos en su mochila mental. Sin embargo, luego allí en su destino tiene que escribir su historia, cometer sus errores y hacer lo que estime mejor. La clave es tener claros los objetivos prioritarios y el principal es aprender el idioma nativo del país al que se va y esto supone hablar en ese idioma el mayor tiempo posible. Entonces es fundamental no hablar en tu idioma nativo y eso requiere el esfuerzo de no juntarte con españoles y en caso de hacerlo establecer el pacto de hablar solo en inglés.

Alejandro tiene claro que tendrá que trabajar de lo que sea y si es posible en trabajos de atención al público para hacerse entender, comprender lo que te dicen y consolidar la teoría de aprendizaje de otro idioma de forma práctica. No es dar un paso atrás en nuestra trayectoria profesional porque no se va a ese nuevo país para trabajar, sin tener las habilidades comunicativas, en nuestra área profesional o al menos a corto plazo. Una vez que vayamos consolidando el objetivo principal, todo puede llegar y será momento de replantearse los objetivos iniciales.

Está claro que Alejandro y cualquiera que esté en su situación tendrá ganas de tirar la toalla en los primeros meses y volverse a España porque surgirán inconvenientes, cosas no esperadas y piedras en el camino, a pesar de irnos con toda la información laboral, de vida y cultura de la ciudad del país al que vamos. La clave es aguantar y superar esos procesos de pánico. Nadie dijo que fuese fácil, sin embargo, debéis daros un plazo de tiempo para intentarlo sin olvidar el colchón económico con el cual nos vayamos y en caso de que sea limitado tendréis que echarle imaginación y ver de qué forma podéis obtener ingresos; es cuestión de adaptarse al entorno.

El estar en otro país requiere más que nunca estar con los ojos abiertos y con los oídos bien sintonizados para escuchar oportunidades de donde menos esperemos.

La clave es intentarlo constantemente y que tengáis claro que es lo necesario para avanzar en vuestra trayectoria profesional. Seguro que muchos os dijeron a los que estáis fuera la famosa frase “Ya te dijimos que sería mejor quedarte en España”. Esas palabras os tienen que dar fuerza para continuar con vuestra meta. Lo mejor es preparar la marcha con tiempo, información, documentación y recursos para tener solventados problemas evitables que surgen si vamos a la aventura, sin mirar nada del país al que decidimos irnos. Irse preparado no garantiza el éxito, sin embargo, ayuda a mitigar los golpes y poder buscar alternativas previstas ya en nuestro plan de acción.

Este post es de reconocimiento y apoyo a todos los españoles y españolas que han tenido que salir de nuestro país para demostrar su talento y buscarse la vida. Me gustaría que nos pudieseis contar vuestras experiencias en los países de destino donde os encontréis, qué sitios recomendáis para buscar trabajo allí, quién os ayudó, de qué os arrepentís, qué habéis aprendido, etc. Creo que os puede servir de terapia de cara a ayudar a los demás que se estén planteando seguir vuestros pasos.

Podéis contarme vuestra experiencia como comentario a este post o me la podéis hacer llegar al siguiente correo electrónico contacto@juanmartinezdesalinas.com La clave es contar vuestra historia y daros protagonismo a modo de vivencia.