Todas las empresas tienen un jefe, o varios. El desempeñar un puesto de responsabilidad que requiere tener personas a vuestro cargo es complicado y, a priori, parece muy fácil; sin embargo, la realidad es más complicada.

Es fundamental ser consciente que mantener contentos a vuestros subordinados es muy complicado y que nunca va a llover a gusto de todos. Criticar es algo muy habitual y rápido de hacer, sin ponernos en el lugar del criticado.

De todas formas si que es cierto que hay alternativas que os van a acercar bastante más al pleno para tener a todos vuestros trabajadores contentos.

Si os involucráis igual o más que vuestros subordinados en el desempeño de las tareas vais a hacer que os vean como a uno más de ellos. Es importante que les hagáis participes de lo bueno y de lo malo para que puedan comprender el porqué de las decisiones. Muchas veces, los responsables os decís a vosotros mismos que “no lo entenderán” como excusa para no hacerlo. Los trabajadores no son tontos. Si no lo intentáis no lo sabréis.

La comunicación tiene que producirse con naturalidad, sin ocultar o maquillar la información. Si no se hace así, es mejor no comunicar las cosas. También es necesario que lo hagáis con tiempo, buscando un lenguaje comprensible para todos los destinatarios de vuestro mensaje.

De otra manera, si vivís en un mundo paralelo a vuestros subordinados, sin involucraros en el trabajo con ellos, va a hacer que os alejéis de ellos y que nunca puedan veros como uno más del grupo.

El que no bajéis a la arena del día a día no os ayuda porque manteneros al margen no es una solución sino no una excusa. Para que os puedan considerar un buen responsable debéis participar activamente en las tareas de vuestros equipos de trabajo. Así, podréis estar al tanto de todo lo que ocurre viendo las necesidades, problemas, etc., de todos ellos. Los trabajadores tienen que sentir que pueden contar con vosotros.

A veces, a pesar de ser buenos responsables, os encontrareis con personal desagradecido que no valorará vuestro esfuerzo y se dedicará a criticaros gratuitamente, sin piedad ni razón. Sin embargo, a pesar de lo que puedan decir, cada uno de vosotros sabéis cuando podéis tener la conciencia tranquila y cuando no.

Mientras hayáis intentado por todos los medios conseguir lo máximo posible para ellos, sacrificándoos por ellos, ayudándoles, escuchándoles, haciéndoles partícipes de todo, siendo sinceros con ellos, etc., no podrán reprocharos nada sin ser honestos con ellos mismos.