Vacaciones 2013Hace unas semanas fui al cine para ver la película Imitation Game porque había leído buenas críticas y por recomendación de unos cuantos amigos. Esta película centra su protagonismo en uno de los genios y héroes más destacados del siglo XX, responsable, según la historia, de haber hecho un gran aporte para dar fin a la II Guerra Mundial; estoy hablando del matemático, lógico y científico de la computación Alan Turing

Tranquilos que no os voy a contar la película porque creo que es interesante que la podáis visualizar y reflexionar sobre los mensajes que nos lanza. Solo diré que la figura de Alan Turing quedo denostada en la época por su condición sexual.

Me encantó cómo está enfocada la figura y se centra en el héroe que fue Alan Turing. Tras reflexionar unos días sobre la película me queda un sabor agridulce y centrándome en esta película quiero tratar en este post en tema de ser diferente.

Para empezar, tengo que decir que todas las personas somos diferentes aunque no seamos conscientes; lo que pasa es que se nos ha vendido que tenemos que sentirnos identificados con el grupo y ser como la mayoría.  Sin embargo, la sociedad nos deja claro que los diferentes son vistos como raros e incomprendidos, se les aísla, se permite que se metan con ellos y se les ignora.

Ahora está muy de moda el acoso escolar por desgracia, sin embargo, este ha existido siempre. Los niños y niñas son muy crueles van a meterse con el diferente, con el que no tiene los gustos que la mayoría, con el que piensan diferente o hace cosas no populares según los ojos de la sociedad. Lo peor es que los adultos encargados de frenar esto hacen la vista gorda y piensan que son cosas de niños. Soy de la opinión que si bien los niños tienen que aprender a defenderse, deber haber tolerancia cero en lo que respete permitir meterse con los niños o niñas que son diferentes. No pasa nada porque a un niño no le guste el fútbol o porque a una niña no le guste el ballet o las muñecas. Por el contrario, es bueno que a un niño o niña le guste leer mucho en vez de jugar a juegos.

Lo que tengo muy claro es que la diferencia es bella y cada uno de vosotros sois como sois y no permitáis que nadie os haga ser de otra forma. Cuando nacemos ya venimos con unos gustos y predisposiciones aunque les pese a muchos. Si cambias alguna cosa de vosotros mismos debe ser por voluntad propia y no por obligación del yugo opresivo de la mayoría.

No debéis permitir que nadie os diga que no sois capaces de hacer determinada cosa y en caso de que esto ocurra debéis intentarlo con más fuerza que nunca. Al menos lo habréis intentado. Como se dice en la película, a veces las personas que parecen más insignificantes son las más capaces de hacer cosas maravillosas o alcanzar grandes retos.

Se echa de menos en la educación en etapas tempranas que se fomente las diferentes capacidades de los niños y niñas, permitiéndoles desarrollar, potenciar y fomentar sus inquietudes, gustos e inquietud por determinados juegos, disciplinas u áreas de aprendizaje.

En las aulas se debe permitir ser un lugar donde potenciar, animar, permitir, innovar, practicar y desarrollar la imaginación de nuestros niños y niñas. Los talentos tienen mil caras y no podemos pretender que todos los niños y niñas sean buenos en lo mismo. Parece que nuestra sociedad quiere conseguir que todos seamos un calco.

Hace décadas se nos ha vendido que los jóvenes debían tener una carrera universitaria para tener asegurado un futuro profesional de éxito. Sin embargo, ahora vemos que nuestra sociedad ha cambiado y vemos como muchos jóvenes con una licenciatura o diplomatura universitaria están desempleados y con poco futuro profesional a corto plazo. Un título universitario no da un trabajo sino que lo que nos abre puertas o no son lo que seamos capaces de hacer con los conocimientos y competencias adquiridos o desarrollados mientras estudiábamos.

Hace ya un tiempo me contaba una conocida que le había prometido a su sobrino que para el siguiente curso le apuntase a la actividad extraescolar que él quisiera y sus padres estaban de acuerdo. El niño eligió como actividad el ballet porque siempre le había llamado la atención. Por supuesto, esto en su entorno familiar cayó como un jarro de agua fría y el padre de este niño dijo que no, haciéndole saber que el ballet era cosa de niñas y que su hijo haría cosas de niños. Esto ocurre más de lo que nos gustaría en pleno siglo XXI.

Educar en igualdad supone tener libertad de elección sin estar sometidos, juzgados y condicionados por el entorno mayoritario que dictamina que es lo normal o no. No pasa nada porque un niño no tenga inquietud por el fútbol o que una niña quiera jugar al fútbol.

La clave es apoyar las elecciones de cada persona aunque no sea las que nos venden como más populares. Por regla general, las personas diferentes son más fuertes porque la vida les ha obligado a ser así desde muy pequeños.

Lo más fácil para las personas inseguras para parecer fuertes es meterse con los diferentes para desviar la atención sobre sus carencias. Se debe reprochar este tipo de comportamientos entres los niños y niñas. Lo peor que pueden hacer los adultos es reírse de cómo sus hijos cuentan cómo se meten con otros compañeros de sus colegios por no ser como ellos. Los adultos tenemos que ser un ejemplo aunque suponga tener que hacer ver y cambiar lo que hacen mal nuestros vástagos. Todos nos equivocamos y hacemos cosas incorrectas, esto es lo de menos. Lo realmente importante es aprender que es lo correcto y aprender a pedir disculpas cuando cometemos un error o lo hacemos pasar mal a alguien injustamente.

No es de débiles llorar ni decir cómo nos sentimos. Se debe potenciar que todas las personas expresen sus sentimientos.

Lo qué tengo cada vez más claro es que muchas veces lo que os diga la mayoría que es la senda correcta o lo que debéis hacer es síntoma de que suele ser lo fácil, lo previsible y lo marcado como correcto. Sin embargo, os debéis preguntar ¿Qué es lo correcto bajo vuestro criterio y elección?