Foto propiedad Juan Martínez de Salinas Desde hace tiempo que está en el ambiente el debate sobre las colaboraciones y el trabajo altruista que muchas organizaciones y personas demandan, fórmula de la que, en más de una ocasión, abusan de la buena voluntad de la gente.

También es cierto que cada profesional es libre de decidir dónde colabora y dónde no, exigiendo toda la información y preocupándose por saber qué beneficio saca de esa colaboración. No debemos olvidar que los beneficios que uno puede sacar no siempre son económicos sino que también existen beneficios de difusión, de conocimiento, etc.

No es la primera vez que toco este tema en mi blog pero creo que no está de más volver a escribir sobre ello a raíz de leer una frase que me hizo reflexionar: “Se nos paga por lo que sabemos y no por lo que hacemos”. No podría estar más de acuerdo con esta afirmación, pero con matices, como siempre. Un profesional cobra por lo que sabe en realidad y no solo apariencia; ahora con la red todo, el mundo sabe de todo y se ofrece para un roto y un descosido. Sin embargo, ese conocimiento luego se debe demostrar y dar con unos estándares de calidad, no todo vale. Aunque profesional también cobra por lo que sabe hacer y por cómo lo hace, que no es otra cosa que poner en práctica sus conocimientos y experiencias. Varios profesionales con el mismo perfil llevarán a cabo las tareas de forma muy diferente y la satisfacción con ellos seguro que es diferente. Digo esto porque es muy peligroso caer en el error de pensar que os pagarán solo por vuestros conocimientos. Conozco casos de personas que saben mucho y pretenden vivir de las rentas, sin renovarse, sin adaptarse al entorno…

También afirmo que se debe pagar por todos los servicios que prestemos a otros con un nivel acorde a lo que recibimos. Aunque también es cierto que porque un profesional cobre por un servicio que hace no quiere decir que sea mejor profesional que el que presta una colaboración altruista. Conozco personas que se venden como expertos en un tema y consiguen servicios remunerados y el nivel de su trabajo es muy deficiente. Claro si se imparte una formación inadecuada o sin preparar no habrá segunda ocasión en esa institución. Igualmente conozco profesionales que participan en actividades profesionales no remuneradas que son grandes profesionales que pueden prestar esa misma actividad de forma remunerada con altos niveles de satisfacción.

Desgraciadamente, he tenido que poner freno a las colaboraciones altruistas porque sino no haría otra cosa. No es que las haya parado radicalmente, sino que selecciono aquellas que me aportan beneficios de otro tipo con los que todas las partes ganan. Sin embargo, he de decir, que yo cuando comencé a impartir charlas y conferencias, lo hice de forma gratuita porque tenía mucho conocimiento en mi área, sin embargo, no dominaba la oratoria ni las conferencias dinámicas. Es decir, me tuve que desarrollar en ese área y demostrar que valía para ello y que lo hacía bien. No te van a llamar los mejores centros y entidades para que des charlas simplemente porque te ofrezcas como conferenciante en la red. Tendrás que aportar unas referencias sólidas y éstas llegan en  muchas ocasiones por el boca a boca. En mi caso, varias de las entidades para las que di una primera charla altruista me han recomendado a otras entidades o profesionales para que contactasen conmigo para dar charlas remuneradas.

La idea que quiero demostrar es que para que la remuneración por algo no solo se puede pretender por decir que tienes conocimiento sino que luego toca demostrarlo en la charla o conferencia mostrando esos conocimientos, aportando valor a los que acuden a tu charla. Hay determinadas personas que cobran por dar charlas y van con la misma presentación, independientemente del colectivo al que vayan dirigido, cambian el título y ya está. Pienso que esto no es profesional, aunque lógicamente esa es  mi opinión. Otra cosa diferente es reutilizar material y adaptarlo a las siguientes conferencias.

Determinados comportamientos no son aceptables y se ven más de lo que me gustaría en el mundo de las charlas, conferencias y ponencias.  Está claro que las charlas soporíferas de ponentes sentados pasaron a la historia y ahora se quieren ponentes dinámicos, frescos y con cierto aporte humorístico, sin olvidar que las personas quieren pasárselo bien siempre que se les aporte el conocimiento o material que después poder utilizar. Creo que cada cual debe buscar su estilo y ser fiel al mismo sin perder el norte por una racha de popularidad. La claves esta en saberse adaptar a los diversos momentos por los que todos pasamos.

Por tanto, cada uno de vosotros sois libres de decidir qué colaboraciones aceptáis y cuáles no con las condiciones que estimáis. Se debe tener cuidado cada vez más porque mucha gente no valora el tiempo de los demás. Sin embargo, no podéis pretender que por llevar unos meses publicando en un blog personal de vuestra propiedad sobre marketing ya os van a llover las ofertas para dar charlas remuneradas de esa materia. Todo lleva su proceso y para mantenerse se debe ir paso a paso. Conseguir las colaboraciones buenas conlleva inversión de tiempo, esfuerzo, constancia, paciencia y un trabajo bien hecho. Sin marcarse plazos excesivamente temporales.

Lo altruista debe ser algo temporal para demostrar de lo que sois capaces y después ya podréis comenzar a exigir una vez que han visto de lo que sois capaces.

Se debe pagar ¿por lo que se hace o por lo que se sabe?