El liderazgo es algo fundamental pero muy complicado de materializar y realizar de forma efectiva. Está claro que el liderazgo 1.0 al que yo denomino “ordeno y mando” cumplió su papel décadas atrás. Sin embargo, en el actual siglo XXI se requiere un liderazgo 2.0 al que yo llamo “colaborativo, flexible y global” fundamentado más en lo que pueden aportar las personas en conjunto y no a título particular.
Las personas tienen claro que el líder 1.0 ya está enterrado hace años y que ahora ya solo existen líderes 2.0. Sin embargo, la transición no se ha completado y aun siguen existiendo muchos líderes 1.0 en entornos de personas globales. También, el periodo de recesión en el que nos encontramos ha permitido tomar de nuevo posición y poder al líder 1.0 autoritario y despótico. Pero… ¿es el más adecuado para la empresa?
El líder 1.0 de “ordeno y mando” es aquel que aun se mueve por la élite y solamente se relaciona con las personas del mismo escalafón jerárquico, es decir, con los otros jefes o líderes. Independientemente de que asistan a un evento, comida o jornada de su organización solamente hablan, se sientan, relacionan e interactúan con las personas de su mismo rol profesional. El resto de personas son plebe de su compañía que no está a su nivel ni altura como para poder relacionarse con ellas. No debemos olvidar que un líder o jefe antes que nada es persona y como se comporte nos dice mucho de qué tipo de personaje es en realidad.
Algunas empresas aun fomentan los equipos directivos 1.0 donde solamente pueden ir a determinadas comidas las personas con cargo directivo y no en función de las personas que tengan relación con el personal de la fabrica o de la delegación correspondiente.
Las empresas que destacan, no obstante, suelen poner en valor el recurso humano que las forma, porque creen que todos son necesarios para que la empresa funcione de forma efectiva y cada uno tome su trabajo como parte de un engranaje que posibilita el buen funcionamiento del conjunto. Un líder global es aquel que da ejemplo, que reconoce sus errores, que no tiene inconveniente en escuchar las ideas de cualquiera, que no duda en arrimar el hombro el que más, que tiene perspectiva, que no olvida el trabajador o colaborador que un día fue, que se comunica con sus personas, que permite desarrollarse a sus colaboradores en sus áreas de especialización, que permite innovar y desarrollar nuevas ideas. Es decir, un líder flexible, que está en la sombra marcando un rumbo colectivo.
Sin embargo, si uno habla con sus entornos cercanos de personas de los lideres existentes en las organizaciones en los que esas personas trabajan, uno retrocede mentalmente décadas y casi nos hace trasladarnos a los líderes existentes en siglos anteriores. Aun muchas personas cuentan que sus jefes son aquellos que dicen frases que se quedan grabadas en nuestras tarjetas mentales como “yo no te pago por pensar” “aquí se hace lo que yo digo” “a mí no me grites” “yo por ser jefe siempre tengo razón” “Quiero escuchar lo mismo que yo pienso” y algunas otras perlas que todos en algún momento de nuestras carreras profesionales hemos escuchado.
El líder 2.0 “colaborativo, flexible y global” es aquel que apuesta por empresas diáfanas, abiertas, sin muros, ni escalafones. Es decir, instalaciones son cubículos o despachos cerrados para los líderes sino que todo el mundo se mezcla en mesas con independencia de la posición que ocupa. Lo que existen son áreas cerradas para ser utilizadas por cualquier persona que lo precise para reunirse, hablar o tratar temas importantes, confidenciales o estratégicos.
Puede ser cualquier persona, con independencia del puesto que ocupe en su organización. Una persona que forme parte del staff puede ser un gran líder que aporta buenas ideas, colabora de forma eficiente con sus compañeros, aporta un valor añadido a su trabajo, escucha, sabe reconocer cuando se equivoca, es humilde y se comporta con una persona coherente y objetiva.
Liderar en la actualidad debe ser algo colectivo y grupal. Una persona que ocupa el puesto de jefe tiene poder por la posición que ocupa, pero eso no le hace líder. Para transformarse en líder debe dar valor a toda su red de colaboradores internos. Un jefe no es nada sin sus trabajadores porque todos aportan su granito de arena para permitir que la empresa alcance sus grandes éxitos.
El líder 2.0 “colaborativo, flexible y global” es aquel que sabe escuchar los diferentes puntos de vista, que no impone sus ideas, que acepta las mejores opciones con independencia de quién vengan. El líder 1.0 de “ordeno y mando” es aquel que solamente oye, que siempre tiene razón, que no acepta que otros le contradigan, que solamente valen sus ideas, siempre tienen la culpa los demás de los errores corporativos.
Está claro que liderar no es fácil porque debemos asumir que las relaciones humanas son complicadas y dirigir personas nunca es fácil. Los trabajadores, al ver los toros desde la barrera, pensamos que ser líder es sencillísimo. Ser líder no supone solamente quedarnos con las cosas positivas como puede ser la mayor remuneración, porque eso también supone tener mayor nivel de responsabilidad, asumir nuevas funciones, gestionar personas asumiendo que esto supone preocuparse por ellas, confiar en ellas, enseñarles, distribuir el trabajo de una forma global con visión estratégica.
Sin embargo, no podemos mirar para otro lado y el hecho de que aun existan más líderes 1.0 de “ordeno y mando” y menos líderes 2.0 “colaborativos, flexibles y globales” es responsabilidad de las empresas. Las empresas no enseñan a las personas que ascienden a ser líderes, no existe una política homogénea de líder dentro de cada compañía, no existe un periodo formativo de transición donde se van aprendiendo de forma práctica y real lo que conlleva ser un líder global. Normalmente las empresas piensan que al ascender a una persona ya está capacitada para ser líder, qué se busqué la vida y que aprenda sobre la marcha. Esta falta de planificación, previsión y estrategia en las políticas de liderazgo corporativo fomentan la diversidad negativa y positiva de líderes. A veces, uno copiará las técnicas de liderazgo que ha visto de sus jefes con independencia de que sean positivas o negativas.
Por lo tanto, las empresas deben tener claro y definido qué tácticas de liderazgo son admitidas y cuales son intolerables en los líderes que forman parte de sus plantillas. Está claro que después, cada líder mostrará su esencia y sus competencias. Sin embargo, todos deben tener la misma forma de proceder con sus personas. Es decir, todos los líderes de una compañía deben escuchar, preocuparse, permitir el desarrollo de sus personas, hablar los problemas que surjan, etc. Este tipo de parámetros los debe marcar la compañía y supervisar que todos sus líderes cumplen esos mínimos que les han enseñado en su período de adaptación. No todas las personas valen para ser líderes dentro de una organización. A veces, algunas empresas se obcecan en que determinada persona que hace bien un rol asuma otra posición con personas a su cargo. Es decir, no escuchan el parecer de esa persona sobre esa decisión corporativa. Ser líder debe ser algo voluntario y aceptado de manera consciente y meditada.
Las compañías no pueden tener unas políticas solamente para que sean cumplidas por los trabajadores y no por los líderes. Una empresa global es aquella en la que los primeros que cumplen las reglas son los líderes. A veces se confunde ser líder con pensar que eso nos da alas para hacer lo que nos dé la gana. No podemos pretender que nuestros trabajadores sigan los procesos de trabajo si los primeros que comunicamos las órdenes de trabajo sin seguir el guión corporativo marcado somos los líderes que hemos decidid
o esa normativa.
Lo que está claro es que un líder no nace sino que se hace con los pasos, acciones, decisiones y el ejemplo que da a lo largo de su trayectoria profesional. A veces, ser un buen líder supone desaprender y olvidar técnicas permitidas en otras compañías. Otras, lo mayoritario no significa que sea la forma de proceder correctamente.
Lamentablemente, aún queda este tipo de líder de Atapuerca que sólo ve en sus empleados números, resultados…y que para llegar a ese punto no importan los medios para conseguir el objetivo.
También influye mucho qué tipo de personas tiene ese líder alrededor, muchas veces de su mismo escalafón, ya que no se toman la molestia de «bajar» y echar un vistazo para ver lo pasa en otros niveles de su empresa.
Se refugian en esa cúpula que sólo escuchan lo que quieren oír como bien dices. Yo me quedo con una frase que simplifica a este personaje: «sí quieres volar como un águila, no te rodees de pavos».
Un saludo
Siempre he pensado que uno no se hace líder a sí mismo sino que son los demás que te han de ver como tal y por ello lo eres.
Algo común en los lideres y empresas denominados 1.0, es considerar a sus colaboradores como recursos. Si bien la palabra según la RAE se aplica correctamente, en su misma definición, iguala a las personas con las máquinas, las materias prima, el capital. En definitiva iguala al sujeto con los objetos, por lo cual podemos decir que el problema en parte pasa por dicha definición. Y el primer paso es cambiar el uso de la palabra recursos, hay que erradicarla cuando nos referimos a las personas, incluso del nombre de éste blog.
Hola Maria,
Gracias por pasarte y participar en mi blog.
Efectivamente, este tipo de elementos existen aun más de lo que nos gustaría. Esta claro que va cambiando pero aun queda mucho por hacer. Muchas personas cuando llegan a la cúpula se transforman y olvidan de donde vienen. Un jefe quedo por lo que hace y no por lo que dice.
Saludos,
Juan
Hola Lidia,
Gracias por participar.
Efectivamente, para ser líder no se tiene que ocupar una posición donde se gestione personas a tu cargo. Uno puede ser líder porque musías personas le ven como ejemplo a seguir y por otros muchos aspectos. Aun se asocia el ser líder a tener personas a tu cargo y ese es un error desde mi opinión.
Saludos,
Juan
Hola Gerardo,
Gracias por tu aportación y por participar en mi blog.
En muchas empresas aun se ven a las personas como un número más, ya no por la denominación de departamento que los gestiona, sino por el trato recibido de su parte. Creo que la denominación no es correcta pero lo que realmente marca la diferencia es como se trata a las personas en cada organización. Los pequeños detalles son lo que marcan la diferencia.
Saludos,
Juan
Está claro que los estadounidenses nos llevan una gran delantera en este tema.
Por poner un ejemplo, en mi paso por ebookers (empresa del grupo Orbitz Worldwide), todos los trabajadores del grupo teníamos acceso a todos los miembros de la compañía. En una ocasión, escribí un email al mismísimo CEO de Orbitz Worldwide, Barney Harford (quien ha llegado a estar sentado con Barack Obama en alguna reunión con empresarios de la industria del turismo), y me respondió dándome las gracias por la información proporcionada.
Creo que en la mayoría de las empresas españolas no sólo no se anima a los trabajadores a tomar este tipo de iniciativas, sino que además están hasta mal vistas…
Saludos,
Sara
Hola Sara,
Gracias por pasarte por mi blog.
Muy clarificador tu ejemplo. Es cierto que en otros países nos llevan mucha ventaja en estos temas. En España parece que escribir a los jefes solamente esta reservado al entorno de la cúpula directiva, se debe dar la posibilidad de cualquiera pueda acceder a ellos para proponer o comentar lo que les apetezca.
Saludos,
Juan
¡Felicidades por el blog y este post! Efectivamente, la realidad supera la ficción en muchas ocasiones y cuando la temática de la que se habla son personas, la cosa se complica.
Me alegra ver cómo se van abordando cuestiones cotidianas pero que generan una importante huella emocional.
Por si es de interés, en breve presentamos «Instintos Laborales» (LID Editorial), un libro donde han participado 33 profesionales y donde se abordan capítulos como: «La culpa es tuya», «Yo no pierdo ni al parchis», «El arte del escaqueo» o «Contando monedas se me escapan los billetes».
Blog: http://instintoslaborales.blogspot.com.es
Además, decir que los beneficios de autor se destinarán integramente a la Fundación CRIS contra el cáncer.
Quizás puede ser de interés para abordar otras temáticas y seguir ampliando este foro tan enriquecedor.
Felicitaciones nuevamente y un saludo cordial,
Fdo. Dr. Alberto Blázquez Manzano
@Dr_Blazquez
http://albertoblazquezmanzano.blogspot.com.es
Gracias Juan por regalarnos este post, claro, ágil y fácil de leer y entender. Y lo más importante, de una actualidad y vigéncia que muchos les podría costar el creérselo. Y si algo añadiria es la capacidad de los dirigentes 1.0, o dígitos pretéritos, para aparentar ser otra cosa.
Otro comentario, si algun «directivo», «líder», etc., de vuestra organización o de cualquier otra con la que podais compartir el post de Juan Martínez os expresa una opinión en otro sentido distinto, alerta!!, estás ante un 1.0.
Pero afortunadamente, paso a paso, esto va evolucionando a mejor. Los gestores 2.0 van ganando terreno.
Hola Alberto,
Gracias por pasarte y participar en mi blog.
Estos compartimientos inadecuados de los directivos los debemos de contar para que sean conscientes de sus hábitos erróneos que hacen mucho daño a sus empresas y a las personas que forman parte de ellas.
Parece que a los directivos se les debe tolerar todo y al revés es a los que más se les debe exigir un comportamiento ejemplar que sirva de espejo para los demás.
Tiene muy buena pinta el libro, voy a proceder a seguirlo de cerca.
Saludos,
Juan
Hola Josep,
Gracias por pasarte y participar en mi blog.
Ya sabes que la realidad supera a la ficción. Este tipo de comportamientos no tienen defensa alguna ni justificación. Quien los defiende es igual o peor que se tipo de líderes de látigo. Cada vez vamos más hacia el líder gestor aunque aún queda mucho por hacer para que esto sea lo generalizado. Esta crisis desde mi modesta opinión nos está haciendo retroceder y muchas empresas potencia la figura del jefe 1.0 y a la larga lo pagaremos todos, debido al retraso evolutivo corporativo que arrastraremos.
Saludos,
Juan
Coloque en Google la frase: «Yo no te pago por pensar» y salió este blog. Leí todo el artículo y es muy interesante. De hecho; coloqué la frase debido a que la escuche de mi Jefe hace 2 días, y me pareció ofensivo e irrespetuoso. Que tan errado están ciertas personas sobre liderazgo. Bueno; saludos! y Gracias por el artículo.
Hola Leibnitz,
Gracias por pasarte y participar en mi blog.
Las personas que gestionan personas que dicen esa frase ya te demuestran como son y que nos podemos esperar lo peor de ellos. Eso demuestra el poco respeto hacia las personas.
Saludos,
Juan