Hace tiempo leí en el periódico digital Equipos y Talento una noticia titulada “Sólo un 15% de los españoles afirma que el talento es una herramienta clave en la selección de personal” cuya lectura recomiendo para ponerse en antecedente.

Según las personas encuestadas, lo que más pesa en la selección de personal son los contactos con un 48%  y la suerte con un 22% y lo que menos el talento y la formación ambas con un 15% de los votos, ciertamente estos datos me sorprenden negativamente.

En este post voy a proceder a analizar estos datos y dar mi opinión al respecto y poder reflexionar de forma global.

Por supuesto, he de decir en primer lugar que los contactos hoy en día adquieren más importancia que nunca, sin embargo, los contactos facilitan llegar al proceso de selección y ahí uno debe mostrar su valía y competencias para el puesto. Lógicamente, un porcentaje pequeño de personas, independientemente de carecer de valía, llegan a determinadas posiciones por imposición de alguien que no valora el talento, pero aquí hablamos de “enchufe” y no de red de contactos. A mí, personalmente, no se me ocurre recomendar a ninguno de mis contactos que me pidan personas para un proceso de selección si no estoy seguro de su valía profesional de primera mano y, aun así, uno corre el riesgo de poderse equivocar. No olvidemos que cada persona y cada organización entiende una cosa distinta por talento. Sin embargo, estoy seguro que por muchos contactos que uno pueda tener sino una persona no tiene talento, ni competencias, ni ganas de desarrollarse profesionalmente y encima no le gusta su profesión no llegará muy lejos profesionalmente hablando porque estará vacio.

Lógicamente, la suerte influye en la selección de personas porque no olvidemos que los procesos de selección, como otras tantas cosas, no son justas y en ellos se valoran muchas cosas e influyen muchas variables, aparte de que cada organización prime unos requerimientos por encima de otros. Aunque como siempre he dicho, la suerte se debe buscar en forma de oportunidades que están ahí fuera y que no tienen luces de neón para avisarnos. Determinadas personas consiguen buenas oportunidades porque se lo han “currado” durante meses e incluso años para llegar a ofrecerles esa vacante. Es cuestión de estar en el momento justo en el sitio preciso, por ello debemos estar con los ojos muy abiertos para percibir todo lo que ocurre a nuestro alrededor. A veces uno debe preguntarse ¿Por qué se me escapan todas las oportunidades? Y ¿Por qué ofrecen a los demás cosas que yo también me puedo merecer? La autocrítica es dura, sin embargo, muy necesaria.

A pesar de lo que opinen las personas de esta encuesta la formación influye mucho en las opciones profesionales de las personas cada vez más. Hoy en día a menor nivel de formación de los candidatos sus opciones de empleabilidad se desploman enormemente aunque pueden tener muchas competencias y cosas que aportar. Dicho de otra forma, para poder optar ya a muchos puestos el tener un nivel de estudios es un criterio de corte y no poseerlos te hace quedarte fuera.

Obviamente, no me parece justo, sin embargo, las reglas del juego van cambiando y la adaptabilidad es la clave del éxito para no quedarse en el camino. No podemos pretender seguir consiguiendo mejores cosas con lo mismo, es decir, permanecer igual. Debemos estar dispuestos a evolucionar para adaptarnos a los nuevo entornos y tiempos, a veces es cuestión más de querer que de poder, es decir, la actitud puede ayudarnos o cerrarnos la puerta definitivamente.

El talento pienso que triunfa en la mayoría de las ocasiones, lo único es que el talento se viste de muchas formas que a priori no pueden parecer gran cosa. Por ello, debemos valorar lo realmente importante que no es otra cosa que las cosas que una persona puede lograr, sus conocimientos y su aplicación en los procesos de trabajo, las competencias y los valores que hacen que actué de determinada forma antes diversas situaciones, su forma de ver las cosas, etc. Lógicamente la experiencia también es importante pero no imprescindible ni vital para alcanzar metas a nivel profesional. ¿Qué es más importante la experiencia o las ganas de hacer algo? Pienso que lo segundo, porque sin ganas de hacer o conseguir algo da igual que podamos tener tropecientos años de experiencia que nos quedaremos inmóviles.

Está claro que estar desempleado en estos tiempos es duro, sin embargo, se marca una gran diferencia haciendo cosas y no tirando la toalla por muchas ganas que uno pueda tener de tirarla. La búsqueda de trabajo es una carrera de fondo y al final el que continúa al pie del cañón saca algo positivo. No debemos olvidar que por mucho talento que uno pueda tener a veces uno debe demostrarlo a lo largo del tiempo para llamar la atención.

¿Qué hacéis para mostrar vuestro talento?