Hace ya un tiempo, leí un artículo en la versión digital de Expansión y empleo titulado “Cuando las apariencias pesan más que el talento” que es necesario leer para seguir removiendo conciencias en estas lides.
Cada empresa tiene derecho a establecer sus perfiles profesionales para cada puesto de su organización y a valorar o priorizar las competencias que consideren más relevantes, siempre que se haga desde la objetividad. De la misma forma, es lógico que las empresas al transmitir una imagen corporativa tengan en cuenta en su justa medida la apariencia que tiene sus futuros trabajadores. Sin embargo, una vez dicho esto, he de decir que no es profesional que en algunas compañías solamente prime como criterio de criba la raza, el sexo, las curvas, el peso, la edad, la orientación sexual, las creencias religiosas, etc. sin valorar en absoluto las competencias, la valía y la trayectoria profesional de cada una de esas personas. Las organizaciones que actúan así son superficiales y se rodean de personas con muchas capas de apariencia que tras un poco de recorrido se les caen porque no tienen nada de peso más que su imagen.
Por supuesto, todas las personas que hacemos selección tenemos ojos en la cara e, inconscientemente, al ver a otras personas en función de nuestras creencias, gustos y percepciones estamos generando ideas sobre su presencia en los primeros instantes. La diferencia clave es saber abstraerse de eso para valorar lo realmente importante que es la adecuación de cada persona para ese puesto, es decir, sus competencias, valía, experiencia, actitudes, aspiraciones, etc. ¿A mí que más me da que una persona tenga más peso, lleve gafas, tenga unos rasgos físicos característicos, sea de color o de otra nacionalidad? Lo que hemos de preguntarnos es que si esas circunstancias van a afectar en el desempeño de sus funciones en caso de ser seleccionado. Personalmente pienso que no, salvo en raras excepciones.
Ninguna persona somos perfectas ni a nivel físico, ni profesional y menos a nivel competencial. La clave para que los demás nos acepten es aceptarnos primero nosotros mismos. Luego también debemos valorar que, en función de a qué nos queramos dedicar, deberemos dar mayor importancia a la imagen que transmitimos porque en algunos sectores es clave eso y se debe asumir aunque no se acepte ni se entienda.
Yo tengo asumido que por genética no podre tener unas grandes melenas en plan Tarzán de la Selva porque desde hace unos añitos por mi cabeza empiezan a circular entradas y una pequeña rotonda, sin embargo, ¿qué tiene que influir eso a la hora de valorar mi candidatura para poder optar a puestos de trabajo de mi interés? Yo lo tengo aceptado y al que no le guste pues es su problema porque si por eso me dejan fuera, pierden la oportunidad de valorar mi talento y mis competencias. Así que en vuestro caso pasa exactamente lo mismo. Otra cosa es que tras valorar todo vuestro potencial y valorarlo de forma positiva decidan quedarse con otro candidato porque al final a nivel global les encajaba más.
Las empresas que descartan ahora mismo a determinadas personas por sus edades de forma instantánea en sus procesos de selección están desperdiciando una heterogeneidad de talento. Y yo me pregunto ¿cuál es el motivo real por el que descartan a todas las personas a partir de determinada edad? Pues cuando se hace de forma generalizada está claro que priman criterios que nada tienen que ver con la objetividad y el talento. Lo lógico es que en las empresas coexistan las personas de diversas generaciones para aportar y enriquecerse los unos con los otros.
Lo realmente importante es lo que una persona es internamente y no lo que aparenta ser por su imagen externa. Con el tiempo, todos vamos cambiando y avejentando, sin embargo, eso no significa que ya no seamos válidos ni que hayamos perdido nuestro talento porque este va evolucionado y adaptándose a los cambios.
Las empresas que actúan con superficialidad e hipocresía en los procesos de selección, tarde o temprano, recibirán su merecido y se les pagará con su misma medicina.
Ante la discriminación en la valoración del talento, tolerancia cero, así que debemos saber juzgar a las personas por lo realmente importante y no por la imagen temporal. Porque si vosotros lo hacéis los demás tienen el mismo derecho a hacerlo con vosotros.
Cuéntanos como te influye la apariencia de las personas en la opinión que tienes de ellas. ¿Os habéis sentido discriminados por aspectos de imagen en algún proceso de selección? ¿Qué podemos hacer para concienciar a las empresas y a la sociedad en estos temas?
Hola Juan
Determinadas discriminaciones por motivos que expones son directamente ilegales (orientación sexual, raza, origen, sexo, etc…). La mejor manera de concienciar a la sociedad es decirlo abiertamente: si discriminas por los motivos enumerados en la normativa te puede caer una demanda. Los motivos son los siguientes: edad, discapacidad, sexo, origen, incluido el racial o étnico, estado civil, condición social, religión o convicciones, ideas políticas, orientación sexual, adhesión o no a sindicatos y a sus acuerdos, vínculos de parentesco con otros trabajadores en la empresa o lengua dentro del Estado español. Estos motivos vienen en la Constitución (art. 14) y en el Estatuto de los Trabajadores (art. 17).
Las excepciones son escasísimas en cuanto al sexo aunque por edad son más permisivas. Esto se desprendre de las Directivas Europeas 2000/78/CE y 2006/54/CE.
Sobre la imagen no se dice nada y la verdad es que es un buen debate. El tema de la obesidad (o la altura) se puede justificar en algunos casos como conductores de autobús o similar, o en cuestión de prevención de riesgos laborales.
Bueno, no me enrollo más jeje.
He abierto un blog para tratar este y otros temas y te he enlazado porque considero que eres un referente en la materia de RRHH.
http://aflabor.wordpress.com/
Espero que te guste.
Saludos cordiales
Antonio Fernández
Hola Antonio,
Gracias por pasarte y participar en mi blog.
Tomo noto de tu blog para seguirlo de cerca, darte mucho ánimo para aportar tu granito de arena en estas materias.
Efectivamente, la mayoría de las discrimaciones están reguladas por normativa, sin embargo, el tema de la imagen es más subjetivo y difícil de demostrar.
Saludos,
Juan
Hola Juan:
Yo me siento muy discriminada por mi edad, 38 años, de la que estoy más que orgullosa, ahora tengo más experiencia, las ideas más claras que nunca y tengo más claro que el agua que soy una gran trabajadora, pero parece ser que en este país en cuanto pasas de los 30 ya no interesas a nadie. De esto he hablado no hace mucho en mi blog, fue una manera de reivindicar que precisamente es mi edad lo que me hace ser mejor profesional ahora que cuando tenía 20 años y no sabía nada de la vida.
Os paso el enlace por si queréis leer lo que escribí en su día
Un saludo
http://www.descubriendomipropiavoz.blogspot.com.es/2012/09/tengo-38-anos-y-que.html
Hola Noelia,
Muchas gracias por pasarte y participar en mi blog. Voy a proceder a leer tu artículo.
Ante todo darte mucho ánimo en tu búsqueda de empleo. Está claro que pasados los 30 años está más complicado el tema laboral porque la edad influye en las empresas. Uno debe demostrar mucho más y luchar contra las adversidades que se le presentan.
Saludos,
Juan
Quien entienda más de esto que me rectifique, pero en el Estatuto de los Trabajadores, artículo 4.2.c se prohíbe la discriminación por edad. Y yo me pregunto: ¿Por qué en el INAEM se ven tantos anuncios donde se discrimina claramente por edad? No debería ser el servicio de empleo estatal quien diese ejemplo?? Este país es un pachanga.
Buen post una vez más, Juan.
Hola Crisálida,
Gracias por participar una vez más.
Por supuesto el Estatuto de los trabajadores prohíbe la discriminación por edad. El problema está en demostrar que existe en realidad en las ofertas de empleo de determinadas compañías. Lógicamente debería endurecerse la justificación objetiva de los requisitos que se solicitan en los perfiles de las ofertas. Un tema muy complicado.
Saludos,
Juan
Hola Crisálida
En pocos segundos he visto al menos dos ofertas de empleo en la web del INAEM que contienen discriminaciones por edad como las que comentas. No parece que puedan justificarse por los motivos objetivos que expone la normativa europea. El servicio de empleo no puede permitir estas ofertas de empleo, tiene obligación de evitar discriminaciones de todo tipo. Otra cosa es lo que dice Juan, que es lo que hace la empresa en secreto durante su proceso de selección.
Como veo que el tema sigue siendo habitual en las ofertas de empleo voy a abrir una entrada en mi blog citando casos reales de multas que le han caído a empresas que publicaban ese tipo de ofertas.
Saludos cordiales
Antonio Fernández
Hola Antonio,
Gracias por animar el debate. El tema de la discriminación en las ofertas de empleo es un tema muy complicado y a veces el enfoque de fundamental. Determinados requisitos siempre que tengan una explicación objetiva relacionada con el trabajo pueden ser respetados.
Seguiré de cerca tus artículos sobre este tema.
Saludos y buen comienzo de semana,
Juan