Hoy en día, conseguir una entrevista de trabajo es todo un logro por el que uno ya tiene que estar contento. Sin embargo, se debe poner todo el empeño por ser efectivo y esto se logra consiguiendo el puesto de trabajo para el cual ha acudido a la entrevista. Lógicamente, a uno le puede salir muy bien la entrevista, aunque la decisión final es de la empresa y en concreto del entrevistador. Por ello, nuestro reto es ponerle la decisión complicada y no darle facilidades para que nos descarte.

Todos hemos sido candidatos en alguna ocasión y tendemos a dar por hecho que si no nos seleccionan es siempre por culpa del entrevistador que no tiene ni idea de lo que se pierde por no seleccionarnos y quizás podáis tener algo de razón. Sin embargo, os habéis preguntado ¿Qué habríais podido hacer de otra forma en la entrevista para ser el elegido? Por otro lado ¿Qué opináis de las respuestas a las preguntas de vuestra entrevista? Y finalmente siendo objetivos, en caso de ser ese entrevistador y con las respuestas vuestras en boca de otro candidato ¿lo hubieseis seleccionado? Por supuesto, son preguntas complejas que deben haceros reflexionar para llegar a conclusiones diferentes.

Normalmente en todas las entrevistas de trabajos se suele preguntar de una manera directa o indirecta que digáis tres puntos fuertes y 3 aspectos a mejorar de vosotros mismos y que lo podáis argumentar con un ejemplo. Normalmente parece fácil pero no lo es porque muchos de vosotros no os conocéis en realidad y tenéis una percepción equivocada. Para ayudaros a mejorar en este área os recomiendo un ejercicio. Elegir a 3  o 4 personas de vuestros entornos cercanos y no tan cercanos que os conozcan bien y plantearles las cuestiones de que cosas destacarían de vosotros a nivel profesional y que otros aspectos mejorarían. De esta forma, podréis ver que quizás ellos tienen otra visión que os puede hacer veros de otra forma y reflexionar sobre ello. Por supuesto, para este ejercicio es necesario estar dispuesto a escuchar críticas constructivas. De la misma forma, tienen que ser personas cercanas pero objetivas, es decir, no valen las madres, abuelas, padres, etc. que normalmente os ven perfectos.

Normalmente, tras hacer una entrevista de trabajo, la primera reacción es decir que ha ido bien y que se hizo todo lo posible. Sin embargo, debéis de plantearos las siguientes preguntas ¿Cuántas veces habéis interrumpido al entrevistador cuando estaba hablando? ¿Habéis contestado a todas las preguntas teniendo claro lo que se os preguntaba? ¿Llevabais un resumen de vuestro perfil profesional adaptado a diversos tipos de preguntas? ¿Habéis investigado sobre la empresa y su actividad? ¿Tenéis preguntas que formular sobre el puesto y la compañía? ¿Os habéis planteado cómo reaccionar ante preguntas incomodas? ¿Os habéis mirado el perfil profesional requerido en la oferta laboral a la que contestasteis? ¿Habéis dado por hecho antes de hacer la entrevista que el puesto era vuestro? ¿No habéis demostrado pasión por vuestra profesión y por ese puesto? ¿Has sabido demostrar que te diferencia a ti del resto de candidatos que optan a ese puesto?

Por supuesto, estas preguntas deben de responderse de forma objetiva y profesional para que obtengáis vuestras respuestas reales y eso puede dar una idea de si tenéis opciones reales para ese puesto de trabajo.

De la misma forma, os va bien el meteros en la piel del entrevistador y cuál debe ser el rol adecuado del mismo y cuáles consideráis que deben ser los puntos fuertes, comportamientos profesionales y reacciones acordes a un buen entrevistador, porque el incumplirlas va en vuestro beneficio. Es decir, si hace mal su trabajo no es vuestro problema y os puede dar pistas de cómo comportaros y permitiros llevar las riendas de la entrevista en un momento dado a vuestro terreno.

En las entrevistas de trabajo debes tener una actitud positiva y narrar tus logros de una forma sencilla que permita ver al entrevistador todo vuestro potencial. Es decir, no pretendáis que pasando desapercibidos el entrevistador sepa ver vuestro potencial porque no son adivinos.

En estos momentos de necesidad las empresas todavía blindan más sus procesos de selección, es decir, que exigen mucho más y hacen pruebas y entrevistas mucho más en profundidad y a la vez más duras. También debéis tener en cuenta que cada vez más, las empresas innovan en las técnicas reclutadoras y se suele tender a realizar entrevistas más técnicas en las que se os preguntan cosas poco habituales en las entrevistas estándar a las que hasta ahora estabais acostumbrados. Con ello no quiero decir que debáis tener miedo si no que debéis preparaos más que nunca y limar hasta el detalle más nimio.

Es importante que estéis seguros de vosotros mismos y que creáis en vuestras opciones porque eso sino se transmite y juega en vuestra contra. Si uno cree que no vale se transmite esa inseguridad en las respuestas y en la forma de contestar.

¿Qué es lo más extraño que os han preguntado o qué os ha pasado en una entrevista de trabajo? En todos los procesos de selección en los que no habéis sido seleccionados, ¿de quién ha sido la mayor responsabilidad en esa decisión final?