En la actualidad, muchos trabajadores se encuentran agarrados literalmente a su puesto de trabajo, independientemente de estar o no contentos en el mismo, porque asumen cómo está el mercado, es decir, saben que hoy en día tener un trabajo es todo un privilegio. Aunque cada uno vive su situación y eso llega un momento que no les consuela en absoluto.

También está claro que quejarse es muy fácil, sin embargo, yo siempre digo que si algo no os gusta de vuestro trabajo, de vuestras condiciones laborales, del ambiente de trabajo, de vuestras posibilidades de desarrollo profesional en el trabajo actual, etc. debéis intentar hacer algo para cambiarlo. Todo, en la mayoría de las ocasiones, cuesta esfuerzo conseguirlo y debemos partir del hecho de que el trabajo y la empresa perfecta no existe porque siempre existirá algo mejorable de forma real o aunque solo sea bajo vuestra perspectiva.

Debéis asumir que intentar cambiar las cosas que no os gustan de vuestro trabajo no quiere decir conseguirlo porque primero debéis plantearlo y argumentarlo aunque la decisión suele depender de la cúpula directiva que no siempre toma las decisiones más justas y objetivas. Igualmente, debéis ser flexibles y analizar por qué habéis obtenido una negativa en esa primera intentona y, para ello, puede ayudaros el plantearos las siguientes preguntas ¿lo hemos planteado de la forma correcta? ¿Era el momento más adecuado para solicitarlo? La persona a la que lo has comentado ¿era la más adecuada para ayudarte? ¿Has argumentado razones objetivas? ¿Has planteado soluciones alternativas que aunasen ambas posturas?

Si tras analizar esto e intentar conseguir lo que necesitáis para estar contentos y plenamente desarrollados en vuestra organización, recibís una negativa sin explicación alguna e indiferencia, es decir, si tras esas palabras la lectura es “Si no estás contento ya sabes dónde está la puerta” lo mejor es que comencéis a meditar si vuestro futuro profesional debe estar en esa compañía. Si la empresa en la que trabajáis os valora, al menos os debe escuchar y explicar de forma objetiva el motivo porque el que no puede concederos lo que necesitáis o al menos dejar la puerta con pactos concretos que puedan ver luz al final del túnel. También está claro y creo que coincidiréis conmigo que el solicitar algo debe estar acompañado de una actuación mayor a la estándar.

Una subida de sueldo, por ejemplo. Todo el mundo la quiere, y la empresa no tiene obligación de darla. Pero si tenemos gente que faltan al trabajo de forma sistemática, que llegada su hora, se van a casa, sin aportar nada extra a la empresa… ¿Cómo justifican su demanda de subida? ¿Porque hacen lo que se les paga por hacer y ya está? Pues si esa es su respuesta, la empresa, posiblemente opte por no recompensarles. Si por el contrario, se ve una voluntad de hacer más, de quedarse más tiempo, de tener iniciativa para mejorar las cosas… todo un cúmulo de cosas que “merezca” esa recompensa, la solicitud debería ser concedida. Es en estos casos en los que si no se obtiene nada, uno se tiene que replantear si quiere seguir formando parte de esa empresa.

Ante este planteamiento, a muchos trabajadores les surge la siguiente pregunta ¿Debo comunicar a mi compañía o a mis responsables que estoy buscando trabajo? La respuesta no es única y debéis asumir que indirectamente se lo habéis dicho, otra cosa es que la empresa no quiera verlo ni pensarlo. En más de una ocasión no se valora lo que se tiene hasta que no se pierde.

Bajo mi punto de vista, el hecho de comunicar a la empresa o al jefe que se está buscando de forma activa trabajo para salir de esa organización va a depender de la situación en la que se encuentre la compañía, el motivo real por el que se quiera cambiar de trabajo, el tipo de relación que se tenga con los responsables del actual puesto de trabajo y de alguna otra cuestión.

Está claro que en esta vida debéis ser honestos y debéis dejaros llevar por vuestros valores siempre y cuando asumáis que los primeros sois vosotros antes que los demás. De la misma forma, debéis poneros en el lugar de los demás para intentar saber cómo piensan y qué harían ellos al revés, es decir, debéis plantearos la pregunta de ¿Vuestra empresa o responsable os avisaría con suficiente antelación de que lleva idea de despediros? En la mayoría de los casos, no se hace y en más de una ocasión no se da un toque de atención al trabajador afectado para intentar reconducir la situación sin tener que tomar decisiones drásticas para ninguna de las partes.

A veces, las empresas o los empresarios, cuando se enteran por fuentes externas de que algún trabajador de su plantilla actual está buscando trabajo se pone como un energúmeno y en vez de preguntarse ¿Por qué motivo puede estar buscando otro trabajo? O ¿Qué puede hacer para que ese trabajador esté contento y se quede? Suele optar por decisiones menos conciliadoras, es decir, se pone en plan víctima diciendo que qué ha hecho él para merecer que se vaya de su compañía. Aunque en otras ocasiones suele optar por la venganza, haciendo la vida imposible al trabajador traidor desde el punto de vista empresarial. Rara vez suelen tomarse esto los empresarios o directivos de una forma constructiva, en la que aprendan la lección y modifiquen sus conductas o comportamientos para que no les vuelva a ocurrir algo parecido.

Las empresas debéis demostrar a vuestras personas que son importantes y que forman parte de la organización tanto para lo bueno como para lo malo. A veces, es preferible ser franco sino podéis dar a determinados trabajadores lo que solicitan y buscar soluciones beneficiosas para las dos partes.

Lo que no se puede pretender es acusar a los trabajadores de falta de sinceridad y confianza, cuando las empresas suelen llevar en el más absoluto secreto que van a despedir a trabajadores y no me vale que digan que no es lo mismo porque yo lo veo igual, más que cada uno en su papel.

¿Cuéntanos si has comunicado a tu jefe que buscabas trabajo? ¿Cómo ha reaccionado? ¿Qué opinas sobre este tema?