Hace unos días que leía en la versión online de Expansión.com el artículo El empleo en ‘social media’, ¿es una burbuja o un filón laboral? y de la misma forma Mi amigo José Luis del Campo Villarés escribía en su blog el artículo ¿Nos saturamos del mundo 2.0? y recomiendo la lectura de ambos artículos.

Tras leer ambos artículos estuve reflexionando y me han surgido ideas sobre ambos temas que tienen relación directa. Para empezar no podemos negar que el social media y las herramientas 2.0 están más de moda que nunca. Sin embargo, tenemos que tener los pies en la tierra y usar el sentido común que supuestamente todos tenemos.

Por supuesto, que están surgiendo nuevas profesiones como el Community Manager y Gestores de Reputación Online, sin embargo, en la actualidad, solo tienen este tipo de perfiles las empresas grandes y tecnológicamente potentes aunque sean de menor tamaño. No olvidemos que la mayor parte del tejido empresarial español lo conforman las pequeñas y medianas empresas y las que ocupan, por ende, a mayor volumen de trabajadores.

Personalmente, soy de la opinión de que esas profesiones están en expansión y de moda, sin embargo, aun les queda mucho camino para convertirse en un nuevo nicho de empleo. Para empezar, el perfil profesional de estas nuevas profesiones aun no está nada definido ni claro. Porque según los perfiles profesionales de muchas personas en las redes profesionales (Xing y Linkedin) ahora todos son community manager, llevando cuatro días en la red y porque aglutinan un volumen elevado de seguidores de los que no conocen de nada ni al 90%. Con esto, no estoy diciendo que solo pueda ser community manager una persona que tenga blog y que conozca en profundidad las comunidades donde se comparte tipo Facebook y Twitter. En principio debe depender de la empresa que esté detrás porque requerirá que la persona que gestione la comunidad tenga conocimientos sobre las materias principales de las que se habla, sepa buscar contenidos, responda a los usuarios, es decir, que sea una persona diversificada. Igualmente tiene que tener unas competencias adecuadas para la comunicación y la relación al menos en la red. No se trata tanto de la cantidad sino de la calidad de lo que se haga. Una persona puede tener éxito en el mundo 1.0 y eso no le garantiza que lo tenga en el 2.0. Sírvanos de ejemplo la profesión de Coach en la que muchas personas se certificaron y ahora lanzo la pregunta ¿Cuántas personas conoces que vivan íntegramente de esa profesión? Pues menos de los que se esperaba en un principio.

Luego no olvidemos la realidad que aun son mayoritarias el volumen de empresas que no tienen blog corporativo, ni tienen perfil en Facebook, ni cuenta en Twitter, ni buscan personas en las redes profesionales. Vamos que siguen siendo 1.0. Después, tenemos las que comienzan a tener presencia en el mundo 2.0 comportándose de forma unidireccional sin interactuar y dedicándose a vender las grandezas de sus productos, sin darse cuenta de que eso no es lo que quieren los usuarios. Así, podemos afirmar que no todas las organizaciones están aun preparadas para dar el salto al mundo 2.0, es decir, debe de producirse una reflexión interna que motive el cambio para posteriormente establecer unos objetivos de por qué se quiere o debe estar ahí y a partir de ahí establecer una planificación para determinar en qué plataformas se debe tener presencia, cuál es la estrategia y quién se encarga de la gestión de las mismas. Es decir, no podemos pretender obtener resultados inmediatos en la red sin inversión de tiempo.

Ahora cuando uno comienza a conocer una nueva herramienta surgen otras nuevas que prometen ser de partida la bomba y luego se quedan en petardito… A las redes profesionales genéricas les están saliendo multitud de redes verticales especializadas en cada sector y así con todo. No debemos olvidar que no es cuestión de estar en todas las herramientas 2.0 porque tener un perfil en la red requiere inversión de tiempo y ver si el tiempo invertido nos repercute positivamente objetivamente según nuestra finalidad de estar ahí. Porque no olvidemos que cuando estamos en la red, dejamos de invertir tiempo en otras facetas de nuestras vidas.

Efectivamente, salen oportunidades en las redes profesionales y en Twitter pero invirtiendo tiempo y a medio o largo plazo porque lo trabajamos día a día y eso lo reforzamos con el conocimiento en persona o por recomendaciones de otros usuarios. ¿A cuántas personas conoces que se colocasen por Twitter o por las redes profesionales? ¿Sabes cuánto tiempo invirtieron?

Bajo mi punto de vista, antes de darnos del alta en una nueva herramienta debemos de analizar cuanto tiempo le podemos dedicar y porque debemos estar en ella. Todo nos lleva tiempo y a veces deberíamos comenzar a sumar los 10 minutos que dedicamos a cada herramienta 2.0 y los frutos que eso nos da.

La red debe ser un complemento de otras facetas que nos faciliten el llegar a determinada información o personas que de otra forma no nos sería posible. De la misma forma puede ser un buen sitio para mostrar lo que sabemos hacer y para conversar con personas interesantes. ¿Por qué usáis vosotros las herramientas 2.0?