El ambiente laboral, como ya he comentado en alguna ocasión, es algo para llevar a estudio en cada organización porque se trata de una jungla con los especímenes más diversos que uno pueda encontrar. De hecho, cuando uno ya cree tener catalogados a todos, aparece una nueva especia que, además, no está, por desgracia, en peligro de extinción.

Hoy quiero abordar en este post, el perfil de las personas que van de amorosas con todo el mundo y, cuando uno se descuida, recibe múltiples puñaladas en la espalda, de esas que no duelen en el sentido físico, pero que le hacen a uno ponerse de mal genio.

Son personas que se mueven como pez en el agua en aquellas compañías en las que, a la cara, todos se llevan fenomenal y luego, unos con otros, no se pueden ni ver.

Estas personas van haciendo la ronda por todas las personas de su compañía para ver qué es lo nuevo que pueden cotillear y a quien puede “pelar” para, más tarde, irse a otro y hacer lo mismo con el que antes era su amigo.

Una variedad de este espécimen son las personas que te comentan algo de otras personas, que muchas veces uno no sabe quienes son y lo hacen simplemente para que lo sepas pero, qué casualidad. Nunca son buenas palabras lo que te dicen de ellas y, por supuesto, lo hacen por vuestro “bien”, sin intentar influenciaros negativamente.

Obviamente, para ese tipo de personas, su blanco preferido son las personas que sobresalen o hacen su trabajo de forma excelente. La envidia suele ser el motivo, bien, por que ellas no sean capaces de hacerlo (pese a que se les llena la boca contando sus grandezas y batallas de lo que hicieron… si es que lo hicieron, claro) o bien porque nadie les ha dado una oportunidad por no haber demostrado interés en hacerlo.

Lo mejor es intentar ignorarles, teniendo el trato justo y necesario con ellos, sin entrar “al trapo”, para evitar caer en sus redes. Lo peor es abrirte a esas personas porque les va a faltar tiempo para contarlo con todo lujo de detalles, independientemente de que tú se los dieses.

Estas personas dicen ser las que más trabajo tienen y cuando alguien solicita ayuda, no dudan en tener la mano levantada antes de que los demás os podáis ofrecer. Como buenos envidiosos, si los demás tienen más carga de trabajo que el no existirá para ellos ningún problema, sin embargo, como aprecie él que es al revés, ya os podéis preparar porque, queráis o no, el dedo acusador caerá rotundamente sobre vosotros. La paciencia es poco para aguantar a ese tipo de personas inconformistas con nada ni nadie.

Por supuesto, intentar hablar con ellos es la peor solución porque, al verse descubiertos, van a ir a degüello para dejaros a vosotros en mal lugar. Lo mejor es estar en alerta con ellos y tener claro que, hagas lo que hagas, vas a ser fruto de su juego. Por ello, debes jugar como mejor te interese en cada momento para acercarte a lo que más te interese.

Estas personas lo que más odian es las personas que no se posicionan en los dimes y dirites que rondan por la empresa y que se dedican a trabajar.

Supongo que en tu empresa, tendrás alguien así… ¿Me he dejado algo en el tintero?