Últimamente, las referencias se están poniendo muy de moda en según qué sectores profesionales. Es por ello, que se le debe dar la importancia relativa que tiene.
No podemos basar la decisión de contratar o no a una persona por una referencia de otras personas de otros trabajos anteriores de los candidatos porque, para empezar, nadie nos asegura que la versión que nos den sea la correcta. Las referencias deben ser un complemento más a las conclusiones que vosotros mismos hayáis sacado de cada candidato de forma objetiva a través de las diversas fases del proceso de selección.
Existe la creencia de que las referencias son siempre positivas. Y debieran serlo, pero no es siempre así. Y las negativas, en alguna ocasión, cierran puertas.
Muchas personas constantemente cambian de trabajo y no todos acaban en sus antiguas organizaciones de forma amable porque, a veces, esto no sólo depende del empleado. Imaginaros que un trabajador se quejaba de su poco desarrollo profesional dentro de su compañía y lo comentó en repetidas ocasiones a sus responsables para intentar buscar un plan alternativo que lo solucionase y siempre se quedaba en buenas intenciones que no se transformaban en nada real. Un día este trabajador recibió una interesante oferta profesional de un antiguo compañero de trabajo que cumplía sus expectativas de desarrollo y, lamentándolo mucho por la empresa, acepto la oferta. En la empresa que dejaba, se lo tomaron como una falta de lealtad y no se la iban a perdonar, es decir, que a partir de entonces, si alguien pedía recomendación, echarían pestes de él, a pesar de no tener razón. Pregunto yo ¿es profesional que su excompañía actúe así? Personalmente creo que no porque tuvo su oportunidad: el trabajador quería quedarse y no lo supieron retener.
En las entrevistas de trabajo se recomienda a los candidatos no criticar a antiguas empresas ni a sus responsables con los que se trabajó porque da muy mala imagen y os cierra puertas. Sin embargo, los profesionales de recursos humanos maquillan situaciones complicadas o se cuentan de otra forma para tapar lo feo porque hay cosas que no les interesa contar.
Cuando al solicitar referencias de un ex-empleado se encuentre que la empresa empieza a hablar mal del candidato, habría que saber leer entre líneas para ver qué pasó, si realmente el candidato era malo o si por el contrario, el fin de la relación contractual no terminó del todo bien. Al fin y al cabo, no conocen a la persona con la que hablan pero sí que se han podido forjar una idea del candidato si ya ha sido entrevistado.
Muchas veces, cuando uno llama para pedir referencias, depende de con quién se hable. Los candidatos han de asegurarse de que aquella persona que dejen de contacto, pueda dar ese feedback positivo. Si por el contrario, se deja a alguien con el que no había “feeling”, posiblemente, se dedique a boicotear su candidatura.
Las personas que tienen que dar referencias deben ser objetivos y profesionales y no dejarse llevar por la posible incompatibilidad de caracteres que pudiesen tener con determinados extrabajadores y valorar todo lo que aportaron e hicieron por la compañía, independientemente de que lo mejor fuese al final que cada uno llevase su carrera por caminos distintos.
Por ello, también dependerá que la persona de recursos humanos que llame para pedir referencias sea un buen profesional, que sepa dar el valor justo a las referencias recibidas y, antes de dejarse llevar por los comentarios, las contraste con el candidato para conocer su versión de los hechos y, después, poder sacar conclusiones.
Por ello, a los candidatos advertiros que las referencias son un arma de doble filo que se pueden volver en vuestra contra; así que si no os las solicitan, es mejor no ponerlas y, en caso de que decidáis incluirlas, tenéis que estar seguros a qué personas ponéis, pues tenéis que estar seguros que darán un buen informe vuestro.
Para finalizar pregunto yo ¿es ético y profesional que las compañías hablen mal de sus trabajadores? Personalmente pienso que, igual que no lo es cuando lo hacen los trabajadores de sus antiguas compañías, tampoco lo es aquí. El que su pasado en esa empresa no fuera positivo, no quiere decir que no encajase en otra compañía, como puede pasar al revés.
Yo creo que las referencias son muy importantes y aquí se lleva muy poco. Hace tiempo un antiguo compañero de trabajo contacto conmigo porque estaba en USA y querían referencias suyas. La empresa que le contrataba contacto conmigo y me pidió las referencias. Creo que es un buena práctica para las dos partes.
Aitor, es una buena practica pero, como dice Juán, hay que saber sacar de ella su justo valor. Nunca tiene por que ser decisivo ni para bién ni para mal.
Hola, Juan. Personalmente, no suelo pedirlas, porque he constatado que no sirven de mucho, ya que no sé hasta qué punto puedo fiarme de ellas, salvo que se dé el caso de que conozca a quien me las proporciona.
Si no, puede suceder que, como bien dices, hablen mal porque están fastidiados con él por irse, o el caso contrario, que hablen bien por amistad, por hacerle un favor… aunque en realidad, no piensen así de ese ex-empleado.
Además, como señalas, quizás no ha encajado en la empresa anterior, porque sus valores divergían de los de ésta, choques con algún compañero/jefe, ectécera, y ello no quiere decir que no pueda hacerlo en nuestra empresa.
Un abrazo, y buen fin de semana
Pablo Rodríguez
Hola Aitor,
Gracias por participar.
Las referencias son importantes en su justa medida porque no podemos basar la decisión de contratar solamente en ese detalle porque eso no es ser objetivo basándote en la globalidad.
Saludos,
Juan
Hola Chowdon,
Gracias por participar.
Veo que coincidimos al 100% en el planteamiento.
Saludos,
Juan
Hola Pablo,
Gracias por pasarte.
En efecto, si no conoces bastante a la persona que te da las referencias de algún candidato que barajas para incorporar no son muy validad porque suelen estar influenciadas por motivaciones subjetivas en los bueno o lo malo.
Todas las personas no pueden encajar en la totalidad de las organizaciones y al revés, sin embargo, esto no quiere decir que ese trabajador no pueda ser perfectamente valido para otra compañía que encaja con el.
Un abrazo y buen fin de semana para ti también.
Juan
Yo creo que todo depende del motivo por el cual esa persona cesa verdaderamente en la empresa. Parece que estáis contemplando las referencias como algo «subjetivo», si me cae mejor o pero, si esa persona ha sido más «rebelde» o «exigente» o menos…pero creedme las referencias pueden llegar a servir de mucho…y os cito un ejemplo real…¿qué ocurre cuando una persona aprovechándose además de su puesto como Jefe de Personal se dedica a apropiarse de dinero de la empresa, quedándose dinero de indemnizaciones por despidos improcedentes, o cobrando hojas de gastos con la firma falsificada de la Dirección de Recursos Humanos, por citar dos simples ejemplos?, pues eso me ha ocurrido a mi como Directora de Recursos Humanos y en mi propio departamento. Creedme que si la empresa a la que ahora este individuo va a trabajar (una importantísima multinacional) me hubiera pedido referencias otro gallo cantaría. Yo hubiese agradecido que alguien me avisara. Creedme, hay que pedir referencias siempre, luego valóralas como consideres, pero hay hechos objetivos y demostrables que nos ahorrarán más de un disgusto.
Tampoco es la primera vez que me llaman para pedirme referencias de un ex-empleado, futuro Director Financiero, ya que la persona que ocupaba dicho puesto les había robado en la empresa.
Hola Susana,
Gracias por pasarte y participar en mi blog.
La cuestión esta en siempre que se pueda pedir referencias y luego usarlas y darles la importancia que se estime tras analizar toda la información de cada candidatura.
Casos como el que comentas pasan más de lo que nos gustaría y si hubiesen preguntando se podría evitar esas conductas. Las personas con el comportamiento que indicas suelen generar problemas en todas las partes.
Las referencias deben tener un peso objetivo y no subjetivo.
Saludos,
Juan
Lo que pueda decir de tu una empresa es como en cualquier otro ámbito de la vida, siempre es mejor quedar bien. Hacerte enemigos no da beneficios nunca. Por lo tanto si tu comportamiento en una empresa no es malo, porque iban a hablar mal de ti?
En primer lugar el mismo hecho de pedir referencias de una persona del tipo personal etc etc,ya os hace incapaces como profesionales,lo que hay que valorar como primera impresión….y casi única….es la cantidad de tiempo que esa persona haya pasado en la empresa,a más tiempo haya pasado,más razón tiene esa persona de ser contratada,es como si le piden referencias a sus antiguas ex novias enamoradas de él,y si él,las dejo por otras a un siendo bueno con ellas hasta el final….o ellas a él….que es lo que suele pasar en lo laboral también.
¿Qué creen que dirán sus antiguas novias? copiáis todo lo Americano sin reparos….
Otro ejemplo….al margen de que casi siempre están los listillos que acusan al empleado de robo,o agresiones o alguna otra tontería….sin mostrar demanda ni nada ¿de eso no buscáis información real tampoco no? por lo que veo….(os tragáis sin reparos lo que diga la ex) lo cual como ya he visto por aquí,os deja a la altura del betún,pero como vuestros Jefes suelen saber lo mismo que Espinete,pues todos contentos.
Al empleado hay que darle unas semanas de prueba,sea cual sea la profesión que haga,de baja o alta cualificación,y si no vale a otra cosa,sin tanta bobería como hay hoy en día,como se hacía antes.
Hola Martillo Pilón,
Gracias por pasarte y participar en mi blog.
Comentar que las recomendaciones pueden ser otra cosa a tener en cuenta para seleccionar a una persona, aunque el peso deben ser las competencias, lo que una persona sepa hacer, como soluciona los problemas que le surgen en el ámbito laboral, etc. Indicarte que el permanecer más tiempo en una empresa o trabajo no significa mayor valía de esa persona, no olvidemos que continuar en una compañía depende de muchos factores. Vamos que cada caso es un mundo.
Saludos,
Juan