La formación, como ya he comentado en otras ocasiones, es la clave en las organizaciones para el desarrollo de su personal.

Los empresarios se están concienciando de que sus trabajadores tienen que recibir formación sobre aspectos relacionados con su puesto de trabajo como técnica de reciclaje, para ir avanzando al mismo ritmo que evoluciona el sector empresarial. Formarse o morir es la idea.

La clave del futuro está en invertir en planes de formación individualizados para las diferentes personas de la organización. Hay que prestar atención a las necesidades de desarrollo profesional de los trabajadores. Pienso que es fundamental prestar más atención a la necesidad de retener el talento que tenemos en nuestras empresas.

Una buena forma de hacerlo es no limitar la formación que reciban los trabajadores a lo que se ciña a sus puestos específicos de trabajo. Tampoco es cuestión de que se formen en algo totalmente diferente. Hay que buscar el consenso. Esto lo lograremos haciendo un seguimiento de todos los trabajadores, con reuniones en las que nos cuenten hacia donde quieren orientar su carrera dentro de nuestra compañía y, así, trazar las acciones formativas que les ayuden a ello para estar en progreso constante.

Por ejemplo, un programador informático que trabaje en un proyecto de “.net” puede querer recibir formaciones a través de su organización relacionadas con otros lenguajes de programación más punteros (Java, J2EE, etc.) que no tengan que ver con su puesto específico de trabajo y que tampoco lo necesita para el desempeño de su tarea, sin embargo, tienen relación directa con la actividad de sus puesto. La formación va a ser clave para la evolución de nuestros trabajadores.

Esto va a permitir, por un lado, cumplir con las expectativas de desarrollo de ese trabajador, que tiene inquietud por conocer esos lenguajes y, por otro lado, vas a incentivar la polivalencia entre tus trabajadores, debido a que este tipo de trabajadores podrán aportar un valor extra a tu compañía.

Estás invirtiendo en tu compañía, a la vez que innovas en el tipo de justificación para realizar determinada acción formativa. En caso de que tu respuesta a las señales que te envían tus trabajadores sea negativa, el que más va a salir perdiendo vas a ser tú, porque estas personas, finalmente abandonaran la compañía para irse a otra que escuche y se amolde a sus necesidades, no solo formativas, sino también de desarrollo.

Si por el contrario decides decir que sí, te va a permitir ir formando cantera para determinados puestos, aunque no tengas vacantes y cuando surjan, los tendrás en tu propia compañía. Estos trabajadores no te están solicitando que les des determinado puesto sino que tienen inquietudes de formarse para llegar a el siendo conscientes de todo lo que tienen que aprender. Obviamente si les escuchas y llegáis a un acuerdo, van a continuar contigo y estarás invirtiendo en el futuro de tu compañía.

Tenéis que amoldaros a cada trabajador, dentro de lo posible, prestando mayor atención a las personas que tengan gran potencial y que aporten un valor extra a vuestra organización. Hay que escucharles y darles alternativas que cumplan sus necesidades y expectativas formativas. Al principio, puede parecerte una locura, sin embargo, con posterioridad lo veras claro. Hay que evolucionar al mismo ritmo que las necesidades formativas de las personas que están constantemente cambiando.