A lo largo de este mes de mayo, hemos sido testigos involuntarios, de la preparación de los partidos políticos, para conseguir recabar el mayor número posible de votos de los ciudadanos de a pie, que somos los que les permitimos administrar el poder durante cuatro años.

Además hoy en día esto es un espectáculo de descalificaciones, que sinceramente da vergüenza ajena contemplar. No me extraña que cada día exista más gente indiferente hacía la política.

Pero bueno este no es el tema que quiero abordar en profundidad (porque es bien conocido que sino quieres discutir evita hablar de política con familiares y amigos) al menos de momento.

El tema que quiero abordar es el siguiente, la similitud que existe entre el sector político y el sector empresarial, más del que muchos os podéis pensar, paso a detallar ejemplos claros que hablan por si solos:

1.-Las formaciones políticas de hoy en día, nos prometen el oro y el moro, con tal de conseguir nuestro apoyo en las urnas, y una vez que lo han conseguido se olvidan de los prometido en sus programas electorales, haciendo a veces todo lo contrario a lo manifestado.

En muchas empresas pasa exactamente lo mismo, a nivel del empresario y del candidato, ya que la dirección muchas veces, nos promete grandes cosas, para hacer su organización atractiva y después nos encontramos la triste realidad.

Por otro lado, cuando vienen candidatos para los puestos ofertados, nos venden grandes candidaturas personales, que más de una vez, son fachada adquirida con una preparación exhaustiva, que se desmorona una vez incorporado al puesto de trabajo.

2.- Los representantes de los diferente partidos, se niegan a asumir sus errores, escurriendo el bulto siempre que tienen oportunidad, eso sí cuando toca ponerse medallas, sobran candidatos espontáneos.

En la empresa pasa parecido, ya que hoy en día muchas tareas se realizan de forma conjunta entre varios departamentos, y si la coordinación no es adecuada, desastre seguro, sin responsables directos, ya que se van pasando la pelota de unos a otros, sin ser serios y objetivos.

¿Cuantos políticos y directivos dimiten de forma voluntaria por su mala gestión?
Muy pocas excepciones, ya que a la gran mayoría, les tiene que invitar a irse, si pueden eludir responsabilidades lo hacen, echando culpas a sus asesores o colaboradores de partido/empresa.
3.- Aunque jamás la van a reconocer los partidos políticos, esa cordialidad existente entre sus miembros no se la cree nadie, porque a la espalda se dan empujones y patadas por conseguir estar arriba y quitarse a los competidores de su misma formación.
En las empresas exactamente igual, porque muchos compañeros se dedican a criticar al resto, muchas veces por envidia. Y otras muchas se hacen amigos de otros por interés, además si tienen oportunidad, no dudaran en cambiar de árbol al que arrimarse.
Por desgracia, muchas veces no se ve venir a este tipo de individuos a tiempo, porque son grandes actores.
La conclusión de esto, es que nos dedicamos a criticar el mundo de la política, sin darnos cuenta, que nuestras empresas son verdaderos partidos políticos, donde pasa exactamente lo mismo, con una gran diferencia, que ahí somos nosotros los protagonistas de la vida política empresarial y que nos comportamos de forma similar a los representantes públicos.
Tenemos que saber asumir, nuestro papel dentro de nuestra trabajo y comportarnos de forma adecuada a como queremos que se comporten nuestro políticos con nosotros. Sino lo hacemos, tendremos que cambiar el chip, para comenzar a actuar de lo forma adecuada.
Para finalizar formulo una pregunta:
¿Cual es la forma adecuada de comportarse?