El ritmo al que debemos realizar la entrevista va a variar mucho según sea la personalidad de las personas a la que realizamos la entrevista por un lado y por otro de los candidatos entrevistados.

No se debe valorar una entrevista favorablemente o adversamente por el tiempo que hayamos invertido en su realización. Lo realmente importante es cómo hayamos realizado la entrevista en aquellos aspectos más importantes.

En el ritmo de las entrevistas intervienen otro factores como son la abundancia de personalidad y profesionalidad de cada candidato. Si tiene la persona entrevistada una breve vida académica y profesional, es normal que vayamos a dedicar más tiempo con otro candidato de mayor trayectoria.

Por otro lado, puede ser necesario invertir más tiempo de lo previsto para que indaguemos aspectos de la personalidad de un candidato atractivo desde el punto de vista del perfil buscado, aunque no tenga ningún tipo de experiencia profesional.

Si a los pocos minutos de empezar una entrevista nos percatamos que este candidato no responde para nada a lo que esperábamos de él por su currículo, o no manifiesta interés por el puesto ofertado, podemos acortar la duración de la entrevista de forma disimulada, ya que no da buena imagen hacerlo de forma brusca, por que ante todo estamos tratando con personas, que aunque no encajen para esta ocasión, pueden ser perfectamente válidas para otro tipo de puestos, por lo tanto se tiene que llevar la mejor imagen posible de nuestra organización.

La duración habitual de las entrevista suele ir de un mínimo de media hora a un máximo de hora y media. De todas formas va un poco en función de cómo nos queramos organizar, porque no hay una duración mínima de obligado cumplimiento; va a variar en función del tipo de puesto buscado, de las características del candidato entrevistado y del ambiente generado alrededor de la misma.

Y no olvidemos que la personalidad de cada candidato y su capacidad de comunicación van a influir considerablemente en el tiempo a invertir por nuestra parte en cada entrevista. Algunos candidatos responden rápidamente y concisamente a las preguntas que les formulamos y llegamos muy pronto al fondo de la información requerida para analizar su perfil. Otros, sin embargo, son personas que hablan demasiado y dan demasiada información carente de interés que dificulta mucho nuestra labor y hay que saber encauzar la conversación y cortar de una forma diplomática. Y luego esta el tipo de candidato que son reacios a la conversación, teniendo que hacer un gran esfuerzo por nuestra parte para que nos cuenten lo necesario.

En esto influye considerablemente el tipo de formación académica recibida. Ya que yo he comprobado en la vida real, que al practicar una entrevista a recién titulados muy jóvenes, influye mucho el tipo de carrera cursada. Los titulados en carreras técnicas suelen ser mucho más parcos en palabras y les cuesta mucho más comunicar de forma adecuada su trayectoria académica y profesional. Teniendo el caso contrario en los licenciado en carreras más humanísticas (derecho, empresariales, historia, etc.) que suelen tender a expresarse con mucha mas facilidad y fluidez, aunque lógicamente nunca se puede generalizar.

Por lo tanto, cada entrevista es un mundo diferente, aunque sean todas para el mismo puesto, por que va a depender en gran medida de las características particulares de cada candidato y del ambiente que consigamos introducir en la realización de cada entrevista. Ya que no hay dos entrevistas iguales, a no ser que entrevistemos al mismo candidato, por que cada candidato entrevistado es único.