De cara a tratar con personas problemáticas, debemos saber que la clave del éxito radica en conseguir dialogar para llegar a un entendimiento razonable.


Según la manera de actuar de estas personas, podemos clasificarlas en:

Agresivos activos:

Son personas peleonas, aplastantes, prepotentes y que con su comportamiento invaden a los demás ( Ejemplo: Mira, déjame tranquilo y no me molestes!!!).

Agresivos pasivos:

Son personas más dañinos y ponen de manifiesto su actitud porque no contestan, son más reservados, guardan rencor, son indiferentes al sufrimiento o ante cualquier situación. En pocas palabras, son crueles con su silencio (Ejemplo: No hay nada que hablar, tú lo dijiste todo).

Mis recomendaciones de cara a saber tratar a este tipo de personas habituales en todos los ámbitos, incluido el laboral, de forma satisfactoria, son las siguientes:


– Aceptar a una persona conflictiva como es y no intentar cambiarla.

– Protegerse de esa persona no haciéndole caso y marcándole un límite (evitando un posible conflicto).

– Hablar de ‘‘tú a tú’’ y con confianza con este tipo de personas sobre sus problemas si la persona se lo permite.

– Recordarle de vez en cuando que debe buscar ayuda profesional debido a que nadie puede procurar mejorar su situación.